Soltero en Navidad

Cuando uno tiene pensado echar la tarde de un viernes con un producto navideño mínimo de calidad, uno espera en este tipo de películas "fast food" un guión medianamente ocurrente o unos personajes entrañables y graciosos. Si esperas encontrar algo de eso en "Soltero hasta Navidad" ya puedes esperar sentado: el protagonista es insufrible, un gay pijo con "terribles" problemas del primer mundo (Oh, no tengo novio para Navidad, qué horror) que, cómo no, tiene como amigos en su mayoría histéricos (o más bien as) de lenguaje frívolo y ocurrencias aún más frívolas; la historia de base no hay quien se la crea, pues esa presión familiar en el mundillo gay de tener que estar en pareja como mera norma social por parte de la familia no se produce bajo ningún concepto en la vida real. Otra cosa diferente es esta actitud vergonzosa que se transmite en algunas familias hacia ciertas mujeres por cometer el "pecado" de estar solteras con 45 años. Pero ¿que esta situación se muestre en la película con un chico repelente y neurótico? Pues mira, no. Para eso ya existe Bridget Jones y con mucha más gracia. Además, que resulta increíble que tenga a su alrededor a tíos tan atractivos cuando él es, a ojos vista, bastante del montón. No cuela ni en una película navideña. El resto de secundarios no aportan nada: el chico de color es el más normal y todavía me pregunto qué hace aguantando a alguien tan pesado, la madre cotilla, familiares cursis a más no poder... Hay una escena que me ha dado bastante vergüenza ajena donde la propia familia conspira para que la pareja se líe, forzando la situación desde casi el comienzo, dando una sensación horrible y bastante poco natural. Sólo el personaje interpretado por la siempre simpática Jennifer Coolidge salva un poco de la quema a un producto sencillamente horrible y falto de situaciones graciosas. Desastrosa, cursi y, lo más imperdonable, poco divertida. Si buscas aburrirte, esta es tu película.
Muchísimo más conseguida está la serie noruega "Navidad en casa" (2 temp. De Netflix) con una situación preliminar similar, pero que cuenta con una protagonista más simpática y humor más gracioso y hasta gamberro.

La ridiculez llevada al cine gay. Es idéntica a esas películas románticas heteras donde el argumentos es clónico, cambian las caras y salen cada año un buen montón de ellas para satisfacer los deseos visual-amatorios de las chicas mas ingenuas, majas y sencillas.

Pese a ser homosexual, la simpleza me hizo alejarme. Necesito potencia argumental, conflictos reales... no sonrisitas mariquitas. En fin, creo que existe poco cine diseñado verdaderamente para gays que nos mantenemos alejados del estereotipo.

‘Soltero hasta Navidad (Single All the Way)’ es la enésima producción navideña de Netflix. No se cuántas van ya, pero no negaré que esperaba un poco más de ésta, pero no ha podido ser. Y es que la propuesta peca de excesivamente insustancial, sin aportar absolutamente nada al género, más allá de una relación gay que destaca por como la abordan, aunque es mejor no adelantar acontecimientos.

Poco se puede decir de la dirección, siendo un trabajo correcto, que no es poco, y más en los tiempos que corren. Eso sí, el aroma a peli de tarde no se lo quita nadie, por mucho que quiera aparentar ser otra cosa. En cuanto a la historia, no es el colmo de la originalidad, presentando a dos amigos (en esta ocasión del mismo sexo), que se aman en silencio, y que tienen que ir a ver a la familia de uno de ellos por Navidad. Lo sé, a vosotros también os suena, pero es lo que hay.

Cierto es que los personajes caen bien (aunque las sobrinas son insufribles), y hay cierta emotividad en el conjunto, pero el tono es demasiado ñoño, sin un conflicto auténtico que mueva la trama. Todos sabemos cómo va a acabar desde el minuto uno, y eso le resta interés a la historia. No digo que al final de la película irrumpa un psicópata y asesine a toda la familia (bueno, a las sobrinas…), pero un poco de innovación no habría estado mal. La cinta se conforma con ofrecer lo justo y necesario, cumpliendo como entretenimiento navideño, pero nada más.

Eso sí, me veo en la necesidad de destacar la relación gay de los protagonistas (y de uno de los secundarios), no definiendo a los personajes por su orientación sexual ni siendo estereotipos con patas (bueno, hay un par de tópicos, pero se perdonan). Es esa normalización de los personajes, sin conflictos ni denuncia social, lo que hace que se vea con otros ojos esta producción. Simplemente son dos hombres que se aman con locura. ¿Hay algo más normal que eso? Y es que ya era hora de que se hiciese una película de estas características, normalizando una relación entre dos personas del mismo sexo, sin destacar a cada minuto que son gays. Chapó.

En cuanto al reparto, todos funcionan y parece que se lo pasan bien, especialmente una Jennifer Coolidge (‘American Pie’), pasada de rosca y, seguramente, haciendo de Jennifer Coolidge. Nada que objetar.

En conclusión, lo único destacable del film es el detalle de la normalización de los protagonistas y sus sentimientos, pero si te gustan las comedias románticas navideñas (vaya combo), seguramente la disfrutes, aunque no te pongas exigente porque seguramente saldrás decepcionado. Una lástima que no haya habido un poco más de esfuerzo por parte de sus responsables, porque esta producción navideña apuntaba maneras, pero al final se queda en una simpática propuesta que todos habremos olvidado mañana. Otra vez será.

Más críticas: ocioworld.net

*La soltería da mucho juego

El argumento es sencillo y lo hemos visto en otras comedias románticas protagonizadas por parejas heterosexuales. El soltero que vuelve a casa por Navidad y se niega a presentarse sin una pareja ante su familia. Para ello, le pide a su mejor amigo que finja que tienen una relación y éste, tras resistirse un par de veces, acepta. Antes de que empiece el juego de fingir, aparece el tercero en discordia: una cita a ciegas que la madre ha tenido a bien acordar para su retoño sin su consentimiento.

Ya el título en inglés nos pone en situación y nos instala en la Navidad a través de un juego de palabras con el estribillo del popular villancico ‘Jingle bells, jingle bells, jingle all the way’. En el título en castellano, Soltero hasta Navidad, no hay juego de palabras ni villancico oculto, sino más bien una intencionalidad: desvelar el disparador de esta comedia. En esta ocasión, no estamos ante una joven soltera desesperada por encontrar el amor (como Bridget Jones), sino ante un joven soltero de New Hampshire, Peter, que vive en Los Ángeles y a quien le duran los novios menos de lo que quisiera. Y sobre todo, menos de lo que quisiera su familia. Tiene una bonita casa llena de plantas en la que vive con su mejor amigo, Nick y, además, tiene un trabajo fascinante que, sin embargo, a él parece aburrirle un poco.

*Lo de siempre con algún tinte diferente

Tenemos a una familia convencional en la que los dramas no existen (vale, es cierto, es una comedia): matrimonio bien avenido, dos hijas felizmente casadas, y madres, un hijo soltero que se marchó a la costa Oeste a buscar fortuna y la tía, hermana de la madre, histriónica y extravagante, que, también y además, empina el codo de vez en cuando. Pueblecito nevado, coreografías en casa con los niños, adolescentes románticas y mucha decoración navideña. Hasta aquí, Soltero hasta Navidad no aporta nada nuevo, exceptuando a los personajes gays a los que conocemos al principio de la cinta. Considerando que se explota el estereotipo de la pluma y la gracieta del mundo urbanita gay, tampoco sería nada nuevo, pero le damos una oportunidad y la trama nos ofrece algunas pequeñas conquistas.

Una de ellas es que Soltero hasta Navidad es una película gay en la que salir del armario no es el tema central del conflicto, algo que se agradece. El conflicto, si lo hubo en su momento, no ha dejado rastro y para la familia el tío Peter es un ser maravilloso que será aún más maravilloso si encuentra una pareja (nadie es perfecto). Por eso, madre, padre, hermanas y sobrinas se empeñan en buscarle una. Por otro lado, ver a un hombre gay apegado a su familia hasta el punto de estar tentado de volver a vivir en su pueblo natal, alejado de toda efervescencia urbanita, tampoco es habitual en personajes queer.

*Comedia del año no, pero…

Soltero hasta Navidad (Single all the way) quizás no se convertirá en la comedia del año, sin embargo, tiene cierta luminosidad que merece la pena resaltar, sobre todo por el hecho de que puede abrir el camino a más comedias de temática LGTBIQ. Y esto es importante para todos los colectivos, pues la cultura siempre suma. Como decía Almudena Grandes “El territorio de la cultura es la emoción. Las experiencias artísticas, los libros, las películas, las imágenes, la música, son emociones, son vidas de más”. Disfrutemos de ellas.

Escrito por Susana R. Sousa

Single All the Way, es la tipica producción navideña de Netflix, con un aroma a peli de tarde que no se lo quita nadie, por mucho que se quiera aparentar otra historia con el trailer oficial. La verdad esperaba un poco más de la película, pero no ha podido ser. Y es que la propuesta peca de excesivamente insustancial, sin aportar absolutamente nada al género, más allá de una relación gay que destaca por como la abordan, y la normalidad que existe de una relación homosexual en el ámbito familiar y social.

Un trabajo de dirección correcto, que no es poco. En cuanto a la historia, no es el colmo de la originalidad, pero se puede ver para pasar la tarde de un fin de semana como hago alusión en el comienzo.

Los personajes caen bien y las actuaciones están correctas, además, hay cierta emotividad en el conjunto, pero el tono es demasiado cursi, sin un conflicto auténtico que mueva la trama. Todos sabemos cómo va a acabar desde el minuto uno, y eso le resta interés a la historia, un poco de innovación no habría estado mal. La película se conforma con ofrecer lo justo y necesario, cumpliendo como entretenimiento navideño, pero nada mas.

Cabe resaltar la relación gay de los protagonistas, no definiendo a los personajes por su orientación sexual ni siendo estereotipos de este nuevo mundo LGTBIQ+. Es esa normalización de los personajes, sin conflictos ni denuncia social, lo que hace que se vea con otros ojos esta producción. Simplemente son dos hombres que se aman con locura. Y es que ya era hora de que se hiciese una película de estas características, normalizando una relación entre dos personas del mismo sexo, sin destacar a cada minuto que son gays.

En conclusión, lo único destacable del film es el detalle de la normalización de los protagonistas y sus sentimientos, pero si te gustan las comedias románticas navideñas, seguramente la disfrutes, aunque no te pongas exigente porque seguramente saldrías decepcionado.

Se puede ver y seguramente olvidaras igual de rápido.