Freedom (Miniserie de TV)

Más de tres horas. En condiciones normales, hubiese optado por ver los OVA's sueltos, como he acostumbrado a hacer siempre (como con, por ejemplo, "Dominion: Tank Police"), pero como las condiciones no las imponía yo, tocaba tragárselos uno tras otro.

Así que la sesión empezó. El típico opening con canción de nipones aficionados al J-Pop, imágenes atrayentes por doquier y un rápido recorrido entorno a todos los personajes.
La cosa no podía pintar mejor, no en vano, de oriente salen cada año animes y más animes que, a no ser que se apoyen en humor zafio y vulgar (como por ejemplo, "Ebichu"), suelen ser, como poco, interesantes.

"Freedom" no es tanto la propuesta de acción que parecía (como suele suceder en el género, que se encuadra, por lo general, todo en un contexto futurista, para desarrollar el relato en un marco de acción. Véase "Venus Wars"), sino más bien viene a resultar un conjunto de episodios, a cada cual mejor, que tratan temas vistos en cintas muy cercanas a ésta ("Wall-E") y logran dotar al conjunto de un dramatismo acertadísimo.
Porque cada vez que los protagonistas de "Freedom" logran una meta, tú estás con ellos, a su lado, haciendo que tus emociones despeguen junto con sus ilusiones, y viviendo cada segundo como si fuera el último.

Por suerte (y también por desgracia, todo sea dicho), nunca es así, ya que los OVA's encabezados por Shuhei Morita sorprenden a medida que avanza, y por mucho que algunos de los tópicos en los que caiga sean de lo más recurrentes, siempre sabe llevar al espectador por el camino idóneo para que se identifique y viva con todos aquellos seres que deambulan en pantalla.

El paréntesis del párrafo anterior, sin embargo, se debe a que, tras 6 maravillosos episodios, que contienen emociones de lujo y secuencias de lo más moviditas que dan un poco de dinamismo al conjunto, todo concluye con una última cinta que, por lo visto, fue un anexo a aquel brillante resultado ya conseguido. Dicho anexo es frío, tan manido que resulta desangelado, y cae tantas veces en las mismas trampas ya repetidas en multitud de ocasiones, que a uno se le apagaría el aliento de no ser por haber vivido antes prácticamente tres horas de maravilloso ensueño que, pese a no culminar del mejor modo, explotan sus virtudes hasta tal límite, que siempre saben cuando debe el público debe vibrar en la butaca, o debe sonreír.

Hasta los themes se coreaban en la sala al principio de cada episodio. Inolvidable.

Otra producción anime que, a mi parecer, no triunfa en todos los aspectos por diversos motivos:

En primer lugar el metraje. Aunque esta compuesta por siete OVA que componen un mismo film, es excesivo. Estando acostumbrados a producciones anime de una hora, hasta dos de duración esta supera con creces la cifra con casi tres horas.

El segundo punto es la banda sonora, prácticamente inexistente y que no logra acompañar las grandes escenas del film. Todo ello ignorando el bonito tema principal de la gran Hikaru Utada. Los sonidos de motocicleta y automóvil de competición adaptados a las ''naves de carreras'' logran un buen resultado como efectos sonoros.

Como última crítica, los diálogos a veces repetitivos de los protagonistas se extienden demasiado en varias escenas contribuyendo a aumentar metraje.

Por lo demás, el argumento, la calidad de las imágenes así como el detallismo en los dibujos son notables.
Muy recomendada para fans del anime y la ciencia ficción.

Hombre, no sería una obra maestra imprescindible, pero está muy bien. Quizás su mayor problema sea la ingenuidad de los personajes, y cómo se resuelven algunos conflictos bajo la misma premisa. A mi modo de ver a la historia le falta algo de profundidad.
Por lo demás, la ambientación y el diseño son muy buenos, la historia no está mal (más allá de las debilidades del guión), y en general el visionado es una experiencia agradable y gratificante. Desde luego no es un anime del montón, pero le faltó una vuelta de tuerca para ser excelente.

Suele pasar y es una pena, que muchas de las películas o series de animación japonesa sean una gozada visual y que sin embargo el desarrollo, los diálogos y situaciones tontas te van sacando poco a poco y dejan mal sabor de boca por lo poco currado del guión frente al desborde técnico.

Esta es de esas.

La historia en sí misma es interesante y la primera mitad de la serie esta bastante bien, sin embargo poco a poco empieza a decaer la tensión y se suceden muchas escenas de "humor" nipón que no termino de pillar. Personajes muy ingenuos, situaciones tontas, discursos y heroísmo barato, diálogos bobos, fugas imposibles y persecuciones repetitivas.

Una pena y le bajo un montón de puntos.

Por contra, para mí, está el dibujo que es excepcional. Es lo que me empujaba a terminar de verla e incluso algún día repetir. Aunque va de gustos para mí Otomo esta de sobresaliente. La música está bien, aunque el tema principal no me gusta, el resto esta chulo.

Para muy fans del anime bien dibujado.

Por lo que leo aquí, la película no la ha escrito ni dirigido él, sino que tan solo los diseños son suyos... pero es que hay algo más, hacia el tercio final el parecido con Akira se hace patente y ridículo: pase el amor por las máquinas y la velocidad, pero es que cada personaje de Akira tiene su contraparte aquí Kaneda es Takeru, Kei es Bismarck, Tetsuo es el otro chico... desde las motivaciones (Takeru, igual de enamoradizo y bocazas que Kaneda; Bismarck es como el llorica Kei... más en el spoiler).

Parece ser que se trata de una colección de OVAs, pero salvo un fundido a negro y una repetición mínima, al espectador esto le pasa por alto: ni una transición, ni un título, número de capítulo, interludio... es demasiado larga para presentarse de esta forma, lo cual la vuelve un coñazo.

Hay que tragar muchos sinsentidos desde el principio, y muchos más parecidos con Akira (como los bunkers)... empiezas a preguntarte que le ha pasado a Otomo... ah ¿que no es de Otomo? Entonces no se perdona.

Técnicamente, aunque es una de las "falsas animaciones tradicionales" (CGI+Cel Shading) más sofisticadas que he visto es triste ver esta despedida del dibujo plano. De hecho hay cierto momento en el que la infografía empieza a oler, nos empezamos a dar cuenta de que los figurantes son los únicos dibujados (junto con el escenario y, ojito, ciertos efectos como el humo) y ni siquiera tienen el patente estilo Otomo. Cuando, en cierto punto, empiezan a meter primeros planos dramáticos de ojos dibujados ya es para enfadarse ¡haberla dibujado entera si así tienen más gracia y sentimiento!