Milagro en octubre

Esta inspiradora cinta con traje de americanada superficial es, en realidad, una película que te engancha por su valentía y su ritmo narrativo. Tiene tópicos, es cierto. Pero menos de los que parecen a simple vista. Y las interpretaciones, la fotografía y, sobre todo, la historia, merecen la pena.

Una joven de 19 años descubre que es adoptada porque sobrevivió a un aborto fallido. Emprende entonces un duro camino para perdonar no sólo a su madre biológica, sino también a sus padres adoptivos, que le ocultaron su verdadera historia.

Todas las películas apoyadas por grupos religiosos o pro-vida a menudo pecan de cursis y sermoneadoras. ‘October Baby’ es una bonita excepción. Este filme no confronta dos posturas enfrentadas, no juzga. Por tanto, tampoco lo hagan ustedes. No la vean con ideas preconcebidas. ‘October Baby’ se limita a narrar una historia (basada en un caso real ocurrido en Nueva York en 1991) de forma directa y sin fanatismos. Sutil en su mensaje cristiano, es enérgica en su defensa del perdón y el amor entre los unos y los otros.

No se pierdan los créditos finales, que vienen con sorpresa (en spoiler). En definitiva, conmovedora película para todos los públicos o, al menos, aquellos que estén dispuestos a llevarse un estimulador mensaje-empujón.

El argumento es de más interés que la propia película!!! Adolescente perdida ante la novedad de los hechos descubiertos, necesidad de buscar sus raíces y encontrarse, saber de dónde vienes para saber quién eres; telón de fondo para una película sosa e insustancial, pesadamente larga, que conforme avanza se vuelve más y más empalagosa, que no encuentra el rumbo -no sabe moverse en todos los contextos que mezcla-, con una fotografía prefabricada sacada de cualquier tarjeta de felicitación y unos personajes nimios y poco maduros. Pensada -o debería ser así- más para la televisión que la gran pantalla, lo que en un inicio puede parecer interesante y arduo de llevar, pronto deriva a un claro mensaje anti-abortista, un alegato a favor de la familia que se podría soportar si no fuera por la baja calidad del guión, conversaciones poco trabajadas, nada cuidadas en un relato que acaba perfilándose como romanticismo simplón y sobrante. Un descontento sorprendente dado el arranque inicial y las posibilidades de la misma. Para dejarla pasar y no pensar mucho en el despropósito de mezcla combinada que exhibe esta historia; no hay nada peor que abarcar mucho y destacar por nada!!!

Que sea la primera película de sus directores, les deja mucho margen de mejora para las posibles próximas películas que hagan, ya que en esta ocasión el resultado es un cúmulo de puertas sin cerrar.

Para empezar, con la película , lo primero que hay que resaltar es que ciertos prejuicios no son muy recomendables, ya que si se va a ver con ellos, mi recomendación es pasar de verla.

La trama me ha resultado con demasiados altibajos no llegando en ningún momento a conectar del todo con el espectador, la trama plantea un cierto debate con un trasfondo un tanto turbio. Por otro lado resulta muy clara en lo que quiere transmitir, cosa que no es ni buena ni mala, sino simplemente otra perspectiva más a tener en cuenta. Carece también de la profundidad y dramatismo necesario para crear el impacto que busca y si no fuera por una excelente banda sonora toda quedaría reducido a un montón de secuencias vacías sin nada que contar, ya que toda la película radica cierta simpleza que es muy fácil de resumir.
Los actores por otro lado, exceptuando a su protagonista, que realiza un trabajo aceptable y bien llevado, son muy inexpresivos y carecen de carisma, por lo que es difícil creerse sus personajes, ya que aparte de esto. también recaen en ciertos tópicos de género que provocan hasta cierto punto una bochornosa actuación que en ciertos momentos recuerda a telefilm .
El final como el resto de ella, es previsible, lineal y otra vez con debate incluido, por lo que una vez terminada, hay dos opciones debatir o dejarla pasar como un intento frustrado de querer llamar a la polémica pero sin ser llamada.

Como conclusión se puede decir que se trata de una cinta mejorable en muchos aspectos, pero que, curiosamente en lo técnico saca nota y hace sobrellevar la cinta de una forma menos pesada de lo que pudiera ser.

La primera impresión que deja la película nada más comenzar es oír las voces de los dobladores que intervienen. Escuchándolos, ya sabemos que nos encontramos ante una cinta que posiblemente no alcance un alto nivel de calidad. Y mis dudas iniciales son confirmadas cuando la película alcanza el minuto cinco. Ahí, el espectador puede dilucidar ya la índole de October Baby, una película con buenas intenciones pero que se queda en agua de borrajas y cuya trama se va diluyendo como un azucarillo según avanza. Y es que según comienza, se queda anclada en convencionalismos de melodrama de TV, melosa y plana de principio a fin. La falta de carisma del plantel interpretativo puede influir en el resultado final de la obra, pero ni siquiera el mejor Robert de Niro podría sacar petróleo de esta cinta. La novata Rachel Hendrix, en busca de esa madre que la dio en adopción nada más nacer, se muestra consistente y hasta creíble en su papel como protagonista. Destacar también, si podemos salvar algo más, la interpretación de John Schneider (el conocido Jonathan Kent de Smallville) como padre adoptivo de la joven (curioso que aquí también sea eso), quien busca dar solidez a un plantel de actores que se derrumba poco a poco de forma inexorable: lamentable la actuación de Jason Burkey, que está más tiempo pidiendo disculpas que actuando. O quizás se esté disculpando inconscientemente por su más que discutible actuación.
Loable también es la intención e implicación de Jon Erwin, uno de los dos directores, que también co-escribe el guión y dirige, además, la fotografía de la cinta. Muchas tareas para un semi-nobel en este mundo y que parece sobrepasado por tanto trabajo.
Por lo demás, estamos ante una película que se puede dejar ver si el espectador sabe a lo que va: un drama familiar en busca de un origen incierto, con música almibarada y tierna hasta más no poder que se va intercalando cuando los reveses y alegrías golpean a Rachel Hendrix a lo largo de su viaje, que es también iniciático, en su nueva vida como adulta.
Recomendada a aquellos que disfrutan con los telefilmes que emite Antena 3 al mediodía los fines de semana.

Vaya con la cintita. Está muy mal interpretada (el doblaje al español da la impresión de que es aún peor), es absurdamente inocente y con un marcado tono católico antiabortista en un hipócrita "mundo color de rosa"... Puaj.