The Sandman

The Sandman (Peter Luisi, 2011) es una pequeña fantasía que a su conclusión resulta simpática, pero que se olvida con facilidad ya que no ahonda en los temas que toca ni se formula como ciencia ficción absurda a partir de un argumento que daba mucho más juego.

Con un tono cómico que no molesta, pero tampoco estimula ni divierte, se mueve entre los sueños de sus protagonistas para tratar de devolverlos a una realidad mejor. Aunque en el fondo no es más que una historia de amor, y no es una especialmente conmovedora ni romántica, realmente todo lo contrario, su envoltorio de fantasía casi kafkiana se hace al final demasiado obvio y resoluble por medio de unos sueños que, aunque no explican por qué el protagonista pierde arena de su cuerpo, si que a través de ellos este puede intentar cambiar su presente y su futuro, ese que se niega a asumir aunque sus palabras mientan, antes de que irremediablemente se quede solo y nada más tenga arena hasta en los bolsillos.

LO MEJOR: La premisa y su posterior desarrollo(sobretodo el del protagonista con respecto a la arena) por su director : Peter Luisi, que dirige una historia muy complicada pero que para el espectador resulta siendo muy emocionante y satisfactoria. Los protagonistas principales, tanto Fabian Krüger como Frölein Da Capo están mas que correctos en sus roles. La BSO mola bastante.
LO PEOR: Que es una película que te gusta, o no te gusta.Pero que merece al menos un visionado.
PD: Una película muy interesante para ser una producción suiza, una grata sorpresa.

No se puede negar cierta originalidad a esta película en su planteamiento: un hombre que pierde arena. Cuando se lo cuenta a un amigo, este le dice "buena metáfora", pero el protagonista insiste en que no es una metáfora, que es algo físico y sin significado aparente. Y ese acaba siendo el problema de la película, que desaprovecha la ocasión de construir un relato metafórico interesante sobre el tiempo (que es lo que parecía por la carátula, la forma de ensayar de la camarera, etc.). Y, si lo que quería el director es una película disparatada a la que no podamos hallar un sentido, entonces mejor que tampoco hubiera acertado en sus predicciones el adivino del filme, ni el espectador medio que desde un principio intuye el final. E, incluso en ese caso, habría que recordar que también el "realismo mágico" suele tener una coherencia interna, una cierta lógica, aunque sea una lógica totalmente alejada de la habitual. Por todo esto, el resultado de la película termina siendo una estafa de arena, un desierto de ideas o emociones.