Club de padres

Dudo mucho que esta película la vean más de mil personas en toda España. No porque sea mala si no por pasar desapercibida y que estamos en un momento de estrenos de otras películas que si pueden llamar más la atención, tanto en cine o en plataformas estilo Netflix o Amazon

Esta película es una comedia agradable, muy blanca y respetuosa, con un humor que no va a causar carcajadas en el espectador pero que al menos esboza una leve sonrisa. La historia de la película es muy simple aunque algo forzada. Pasa por todas las etapas de este tipo de películas.

Etapa número uno: El protagonista se mete en un "fregao"
Etapa número dos: El protagonista en vez de arreglar el lío en el que se ha metido, hace más complicada dicha resolución
Etapa número tres: El protagonista empieza a cogerle el gusto al lío en el que se ha metido y a verse aceptado por el resto de las personas
Etapa número cuatro: El lío en el que se ha metido se le está cayendo poco a poco
Etapa número cinco: El lío se soluciona de la peor manera posible haciendo que ciertos personajes dejen de confiar en él
Etapa número seis y última: Todo se soluciona porque la vida es un mundo de color rosa muy bonito sin cosas tristes
Etapa adicional: Mete alguna historia de amor forzada por el medio si realmente quieres hacer una comedia con todos los gags típicos del género dentro de la trama.

Bogavante.
Un niño probeta, la película sí que está congelada, hecha en laboratorio, pareciera financiada por la comunidad económica europea, qué miedo, o las Naciones Unidas, cada vez peor me lo pones, o el tribunal de los derechos humanos, ya salgo corriendo, algo bueno, seguro, limpio como la patena, rico, sieso, nunca ruso, moderado, impoluto, higiénico, expurgado, no anacoluto, científico, experto, morigerado, correcto, educado, perfecto, bien adiestrado, como un perro, con las dosis justas, gota a gota, como de deportistas o graduados, lo mejor de lo mejor, de cada casa, con el color y la temperatura adecuados, pimpolla.
Pasan de puntillas por miles de temas como ladrones de guante blanco, perdón arcoíris, racistas no somos, tenemos amigos negros y de otros muchos modos, en la noche más oscura tampoco, más bien variada, con una amplia gama de tonos, ancho rango lumínico, sin dejar huellas de carbono apenas, también de medio pelo, o calvos que tienen sus derechos, no les discriminemos, si se hace realidad, de hecho, lo crees de verdad, muy cierto.
Dios aprieta y solo muy de vez en cuando no.
Dan ganas de adoptarla y criarla/amamantarla entre nuestros maternales senos o ubres llenas de leche pasteurizada en los mejores centros, de educarla en los mejores (poner en) valores, de llevarla a la universidad para que allí aprenda y, ya de paso, se saque un doctorado en cambio climático o nuevas perspectivas morales, quizás solo de género, veremos, algo serio y de provecho, empático, de inteligencia emocional lleno, nada tóxico, con mucho input la mar de positivo, sin odio ninguno que valga la pena echarle la cuenta o ponerle el ojo, democrático sobre todo.

Siempre interesado en estrujar el humor agradable y facilón de las comedias francesas contemporáneas, lo he intentado con este Club de Padres y me he ido como he venido, sin gota.

Un joven de mediana edad sobrevive, entre otras chapuzas, como canguro de un chaval de once años y, a ruegos del chico, se hace pasar por su padre cuando le trae-lleva al colegio.

Esto da pie a que el impostor se introduzca en la asociación de padres motivado por el, eso sí, rotundo atractivo de la maestra -rotundo, rotundo- y, quitando eso, la nadería de las situaciones se sucede escena tras escena cual teleserie patria que intente ser coherente.

En mi caso, faltando la maestra, y a falta de cualquier atisbo de ingenio, mordacidad, absurdo... las idas y venidas del enamorado son de lo más cotidiano y con ello tan aburridas como mi día a día, esperando que salga la profe.

Lo dicho, bien por la maestra, ni fú ni fa por el resto y en suma es poco para echarle 90' ya irrecuperables, amén de los empleados en estas líneas. Échele cuentas como encima no le llame la atención la maestra y, ¡ojo!, no se vaya a pensar. Esto no es una comedia italiana de los 70, la maestra no es del montón, pero tampoco se luce, no se vaya a llamar a engaño, es que no hay mucho más.

Feliz Noche Vieja al que me lea hoy.