es patético el final. Los personajes cantan emocionados "God bless America", en lugar de preguntarse porqué (en lo personal) se alistaron para invadir Vietnam, o porqué (en lo general) su país acometió esa invasión. Hasta en la fiesta de casamiento se exhiben por todos lados banderas y mensajes nacionalistas ("serving God and country proudly"). Pero esta euforia inicial, no es rechazada con ese final lacrimógeno-musical, sino que, por el contrario, se sigue alimentando esta forma de ver el mundo. Si bien se dicen a sí mismos durante la batalla que no debieran estar en esa selva, el "dios salve a América" parece justificar la guerra, sus secuelas, y las desgracias personales que padecen, porque su intención ha sido guiada por el patriotismo, que es enaltecido. Y si es patriótico es correcto, aunque tenga un costo terrible. Y aún así cantaremos emocionados a nuestro "home sweet home".
Sobran en este film muchos minutos. Tiene, eso sí, momentos buenos, como cuando Mike pasa de su fiesta de bienvenida o la escena en que va a buscar a su amigo al hospital de veteranos.

Una peli supuestamente crítica que se queda a medias. No sorprende que haya recibido tantos Oscar, porque ya se sabe que allí gusta mucho el chauvinismo.