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9
8 de febrero de 2007
8 de febrero de 2007
87 de 107 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siento usar este reclamo publicitario, pero lo creo necesario para evitar desastres mayores.
Se me hace muy complicado hablar de esta película sin romper parte de la trama. Hay críticas, sinopsis e incluso el propio trailer, que destripan la esencia del argumento y si hubo algo con lo que disfruté, además de la propia película, fue con la experiencia de descubrirla por completo desde el primer segundo.
Por eso y para intentar ser mínimamente útil a aquellos que aún no la han disfrutado, os recomiendo que leáis la condensada y axiomática crítica de “Alexis” que conserva la esencia, da pistas pero no la destroza en absoluto. Además, si vi esta película fue por su crítica así que en cierto modo tengo que darle las gracias ya que ha sido todo un hallazgo.
Nota: 8,5
Continuaré en el spoiler, donde me sentiré mucho más cómodo…
Se me hace muy complicado hablar de esta película sin romper parte de la trama. Hay críticas, sinopsis e incluso el propio trailer, que destripan la esencia del argumento y si hubo algo con lo que disfruté, además de la propia película, fue con la experiencia de descubrirla por completo desde el primer segundo.
Por eso y para intentar ser mínimamente útil a aquellos que aún no la han disfrutado, os recomiendo que leáis la condensada y axiomática crítica de “Alexis” que conserva la esencia, da pistas pero no la destroza en absoluto. Además, si vi esta película fue por su crítica así que en cierto modo tengo que darle las gracias ya que ha sido todo un hallazgo.
Nota: 8,5
Continuaré en el spoiler, donde me sentiré mucho más cómodo…
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
… y es que no se puede decir que el protagonista escucha una voz en off, aunque ocurra en el minuto 5. No se puede desvelar que la voz en off es una escritora, aunque ocurra en el minuto 10 y no se puede mencionar que esta voz en off es la escritora que narra la vida del protagonista, ocurra en el minuto que ocurra….
Su seductora intro atrapa al espectador, pero ¿por qué nos gusta? Personalmente creo que el “gran culpable” de ese exquisito placer es la voz en off y algo que siempre me he preguntado:
¿Qué tendrán las voces en off que nos gustan tanto?
¿Es porque ofrecen una visión mucho más profunda de los sentimientos de los personajes?
¿Es porque consigue golpear al espectador mucho más que una imagen o una melodía?
¿Es porque constituye un nexo de unión entre el espectador y los personajes que además nos acerca mucho más a la película?
Aunque esta voz es diferente y constituye una ruptura con su presentación clásica en otras películas puesto que el protagonista escucha a esa voz, aunque ella no parece escucharle a él.
Todo cambia cuando la voz en off y escritora de su vida, decide matar a su protagonista, aunque tanto él, como nosotros, e incluso la propia escritora, ignora cuándo y cómo se dará el fatídico momento. Lo que podría suponer una inyección letal para su vida, acaba por tener el efecto contrario y supone un fuerte impulso para la búsqueda virtual y real de su futuro verdugo literario: Kay Eiffiel (interpretado majestuosamente por Emma Thompson).
La realidad se enreda de forma sutil con la ficción llegando a convivir casi de forma poética durante un breve período de tiempo con una maravillosa primera toma de contacto entre la escritora y su protagonista, en la que Harold, suplica a Eiffiel casi en voz baja que no quiere morir. Su vida empezaba a cobrar cierto significado, sentía estar vivo y comenzaba a desenvolverse en una nueva dimensión pasando a ser un personaje real. Pero Eiffiel se debatía entre realidad, ficción y su futuro hasta que finalmente supo discernir el final y muerte de Harold.
El día final ya había llegado, él lo sabía y nosotros también. La dulce y deliciosa música del maestro Vangelis titulada “La petite fille de la mer”, pone fin al último día de la vida de Harold; un último adiós con el que mis ojos acabaron empañados de lágrimas…
… al menos así creo que debería de haber sido el punto y final de la película, pero su verdadero y algo empalagoso desenlace, con cierto toque de moralina y con una entrada en el hospital desconcertante y poco creíble de Pascal, fue su único punto negativo. Pero es un mal menor y no puede eclipsar al resto, ni a la idea, ni al guión, ni a la música, ni al encanto… ni a mis lágrimas derramadas.
Hacía tiempo que no veía una película que me gustara tanto.
Su seductora intro atrapa al espectador, pero ¿por qué nos gusta? Personalmente creo que el “gran culpable” de ese exquisito placer es la voz en off y algo que siempre me he preguntado:
¿Qué tendrán las voces en off que nos gustan tanto?
¿Es porque ofrecen una visión mucho más profunda de los sentimientos de los personajes?
¿Es porque consigue golpear al espectador mucho más que una imagen o una melodía?
¿Es porque constituye un nexo de unión entre el espectador y los personajes que además nos acerca mucho más a la película?
Aunque esta voz es diferente y constituye una ruptura con su presentación clásica en otras películas puesto que el protagonista escucha a esa voz, aunque ella no parece escucharle a él.
Todo cambia cuando la voz en off y escritora de su vida, decide matar a su protagonista, aunque tanto él, como nosotros, e incluso la propia escritora, ignora cuándo y cómo se dará el fatídico momento. Lo que podría suponer una inyección letal para su vida, acaba por tener el efecto contrario y supone un fuerte impulso para la búsqueda virtual y real de su futuro verdugo literario: Kay Eiffiel (interpretado majestuosamente por Emma Thompson).
La realidad se enreda de forma sutil con la ficción llegando a convivir casi de forma poética durante un breve período de tiempo con una maravillosa primera toma de contacto entre la escritora y su protagonista, en la que Harold, suplica a Eiffiel casi en voz baja que no quiere morir. Su vida empezaba a cobrar cierto significado, sentía estar vivo y comenzaba a desenvolverse en una nueva dimensión pasando a ser un personaje real. Pero Eiffiel se debatía entre realidad, ficción y su futuro hasta que finalmente supo discernir el final y muerte de Harold.
El día final ya había llegado, él lo sabía y nosotros también. La dulce y deliciosa música del maestro Vangelis titulada “La petite fille de la mer”, pone fin al último día de la vida de Harold; un último adiós con el que mis ojos acabaron empañados de lágrimas…
… al menos así creo que debería de haber sido el punto y final de la película, pero su verdadero y algo empalagoso desenlace, con cierto toque de moralina y con una entrada en el hospital desconcertante y poco creíble de Pascal, fue su único punto negativo. Pero es un mal menor y no puede eclipsar al resto, ni a la idea, ni al guión, ni a la música, ni al encanto… ni a mis lágrimas derramadas.
Hacía tiempo que no veía una película que me gustara tanto.
4
28 de enero de 2008
28 de enero de 2008
144 de 243 usuarios han encontrado esta crítica útil
Escuchando una emisora que ponía bandas sonoras, descubrí una pegadiza melodía japo llamada “Mi vecino Totoro”.
Busqué vídeos en youtube y al ver las imágenes pensé que era una serie de dibujos animados, así que miré en filmaffinity. Resulta que no era una serie, si no era una película y del mismo director que “El viaje de Chihiro” y “El castillo ambulante”, cuyas melodías principales me habían encandilado. Dos películas en las que el surrealismo infantil más tierno me había conmovido. Dos películas en las que había descubierto canciones de esas que llegan al corazón.
Pensé… ¿será una señal?
Si con “Chihiro” y con “El castillo” descubrí no sólo dos buenas películas, sino dos grandes melodías ¿descubriré gracias a esta la pegadiza canción, una nueva película cargada de emotividad?
Había que intentarlo y todo pintaba muy bien… buenas notas, buenas críticas, una canción que no me podía sacar de la cabeza ni en sueños, una posible señal… y muchas ganas de verla.
Me senté en el sofá y pulsé play. Me encerré en una manta y poco me faltó para ponerme en posición fetal intentando abrir mi corazón hacia el lado más infantil, lejos de toda visión cinéfila crítica y ansiosa de disección…
… no conseguía atraparme y yo lo intentaba con todas mis fuerzas. Bajé la luz para intensificar más mi unión con la pantalla, pero los gritos histéricos de las niñas en lugar de acercarme a su inocente curiosidad, conseguían distanciarme de ellas.
… que no cunda el pánico: llegó el momento de conocer al gran Totoro, un “bicho” con el que se me tenía que derretir el corazón. Era él TOTORO, el que daba nombre a la película. ¡Tenía que gustarme! Pero me daba miedo. Esa boca gigantesca y llena de colosales dientes con las que se percibía el aliento del “animal”, me asustaba.
… y poco después Gatobús con unos ojos amarillos que iluminaban el exterior, hileras de piés en ambos costados y una sonrisa maléfica al más puro estilo del gato obeso del villano Mr Gang en el “Inspector Gadget”, que volvía a aterrorizarme.
Finalmente la peli concluye de una forma en la que te acabas preguntando ¿YA?
Mucho miedo, poca magia y una historia demasiado simple, pensé. Todo muy alejado las dos películas que consiguieron transportarme a un mundo especial.
Y me niego a pensar que eso es así. No puede ser.
¡En realidad sí era una serie de dibujos!
Una serie de dibujos de la que sólo he visto el primer episodio,
Porque sé que me va a gustar y aún estoy esperando el segundo episodio…
…por que es que lo hay, verdad? ó_ò
Busqué vídeos en youtube y al ver las imágenes pensé que era una serie de dibujos animados, así que miré en filmaffinity. Resulta que no era una serie, si no era una película y del mismo director que “El viaje de Chihiro” y “El castillo ambulante”, cuyas melodías principales me habían encandilado. Dos películas en las que el surrealismo infantil más tierno me había conmovido. Dos películas en las que había descubierto canciones de esas que llegan al corazón.
Pensé… ¿será una señal?
Si con “Chihiro” y con “El castillo” descubrí no sólo dos buenas películas, sino dos grandes melodías ¿descubriré gracias a esta la pegadiza canción, una nueva película cargada de emotividad?
Había que intentarlo y todo pintaba muy bien… buenas notas, buenas críticas, una canción que no me podía sacar de la cabeza ni en sueños, una posible señal… y muchas ganas de verla.
Me senté en el sofá y pulsé play. Me encerré en una manta y poco me faltó para ponerme en posición fetal intentando abrir mi corazón hacia el lado más infantil, lejos de toda visión cinéfila crítica y ansiosa de disección…
… no conseguía atraparme y yo lo intentaba con todas mis fuerzas. Bajé la luz para intensificar más mi unión con la pantalla, pero los gritos histéricos de las niñas en lugar de acercarme a su inocente curiosidad, conseguían distanciarme de ellas.
… que no cunda el pánico: llegó el momento de conocer al gran Totoro, un “bicho” con el que se me tenía que derretir el corazón. Era él TOTORO, el que daba nombre a la película. ¡Tenía que gustarme! Pero me daba miedo. Esa boca gigantesca y llena de colosales dientes con las que se percibía el aliento del “animal”, me asustaba.
… y poco después Gatobús con unos ojos amarillos que iluminaban el exterior, hileras de piés en ambos costados y una sonrisa maléfica al más puro estilo del gato obeso del villano Mr Gang en el “Inspector Gadget”, que volvía a aterrorizarme.
Finalmente la peli concluye de una forma en la que te acabas preguntando ¿YA?
Mucho miedo, poca magia y una historia demasiado simple, pensé. Todo muy alejado las dos películas que consiguieron transportarme a un mundo especial.
Y me niego a pensar que eso es así. No puede ser.
¡En realidad sí era una serie de dibujos!
Una serie de dibujos de la que sólo he visto el primer episodio,
Porque sé que me va a gustar y aún estoy esperando el segundo episodio…
…por que es que lo hay, verdad? ó_ò

7.7
77,424
6
4 de noviembre de 2006
4 de noviembre de 2006
72 de 109 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres historias ligadas entre sí por el “mejor amigo” del hombre que determina de forma drástica la forma de vida de los protagonistas a partir del hecho que acontece al principio de la película.
El arranque no puede ser mejor: absolutamente preciso y contundente, consigue que el espectador quede atrapado desde el primer minuto. A partir de ese momento se suceden las tres historias de la película.
La primera sin duda es la mejor de las tres. Tiene un buen ritmo y la historia es bastante sólida, sin embargo la segunda flojea bastante y a pesar de ser correcta, no está a la altura haciendo que el clima se vaya desvaneciendo poco a poco hasta perder el interés del principio. La última historia sube un poco el nivel pero no lo suficiente como para redondear la película.
Si en la segunda historia estamos mirando el reloj, cuando empieza la tercera ya he perdido las ganas de continuar... y en cierto modo es por su previsibilidad y la exceso de global metraje en las tres historias.
La música encaja, pero no sobresale y las actuaciones son sobresalientes... por lo demás la película se deja ver, pero eso sí... hay que tomarla con calma. Es una película larga que se hace larga.
Nota: 6
El arranque no puede ser mejor: absolutamente preciso y contundente, consigue que el espectador quede atrapado desde el primer minuto. A partir de ese momento se suceden las tres historias de la película.
La primera sin duda es la mejor de las tres. Tiene un buen ritmo y la historia es bastante sólida, sin embargo la segunda flojea bastante y a pesar de ser correcta, no está a la altura haciendo que el clima se vaya desvaneciendo poco a poco hasta perder el interés del principio. La última historia sube un poco el nivel pero no lo suficiente como para redondear la película.
Si en la segunda historia estamos mirando el reloj, cuando empieza la tercera ya he perdido las ganas de continuar... y en cierto modo es por su previsibilidad y la exceso de global metraje en las tres historias.
La música encaja, pero no sobresale y las actuaciones son sobresalientes... por lo demás la película se deja ver, pero eso sí... hay que tomarla con calma. Es una película larga que se hace larga.
Nota: 6

7.6
24,914
8
18 de octubre de 2006
18 de octubre de 2006
42 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
El poder de las palabras cobra su máximo esplendor en esta película en la que el guión está cuidado de forma milimétrica.
Evidenciando algunos escalafones sociales, la película se centra en otro tipo de escala: la (a)moral, en la que Glen Close y John Malkovich ocupan los lugares más privilegiados y nos brindan actuaciones memorables, cargadas de personalidad.
Los falsos juegos de seducción elaborados con gran maestría gracias a la casi total ausencia de moralidad, nos muestran lo maleable que son las personas y lo fácil que es obtener de ellas lo que se desea. En estos juegos nos encontramos ante diálogos lapidarios que merecen ser escuchados cientos de veces y transmitidos de boca en boca.
Las interpretaciones cargadas de erotismo y sensualidad que embriagan al espectador con un exquisito aroma de falsedad y ética clásica a partes iguales, hacen desear a todas y cada una de las bellezas que aparecen por la pantalla, sin importar su edad.
Las piezas musicales no se quedan atrás en toda esta puesta en escena, con una música de época en la que Xerxes del maestro Haendel pone la guinda a un pastel delicioso al que le falta muy poco para alcanzar un 8... (quizás si lo vuelvo a degustar dentro de un tiempo, paladee nuevas texturas y sabores que hagan asentar a ese 8 en una cama del siglo XVIII).
No puedo evitarlo, os la recomiendo... no puedo evitarlo.
Evidenciando algunos escalafones sociales, la película se centra en otro tipo de escala: la (a)moral, en la que Glen Close y John Malkovich ocupan los lugares más privilegiados y nos brindan actuaciones memorables, cargadas de personalidad.
Los falsos juegos de seducción elaborados con gran maestría gracias a la casi total ausencia de moralidad, nos muestran lo maleable que son las personas y lo fácil que es obtener de ellas lo que se desea. En estos juegos nos encontramos ante diálogos lapidarios que merecen ser escuchados cientos de veces y transmitidos de boca en boca.
Las interpretaciones cargadas de erotismo y sensualidad que embriagan al espectador con un exquisito aroma de falsedad y ética clásica a partes iguales, hacen desear a todas y cada una de las bellezas que aparecen por la pantalla, sin importar su edad.
Las piezas musicales no se quedan atrás en toda esta puesta en escena, con una música de época en la que Xerxes del maestro Haendel pone la guinda a un pastel delicioso al que le falta muy poco para alcanzar un 8... (quizás si lo vuelvo a degustar dentro de un tiempo, paladee nuevas texturas y sabores que hagan asentar a ese 8 en una cama del siglo XVIII).
No puedo evitarlo, os la recomiendo... no puedo evitarlo.

5.7
8,458
5
28 de diciembre de 2006
28 de diciembre de 2006
63 de 95 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ví el trailer e inevitablemente me recordó demasiado a la estética de “Saw”. Si a eso le sumamos que la película se llama “Mentes en blanco”, parece que nos vamos a encontrar ante una especie de cutre-clon tal y como lo que fue “Resurrection” a “Seven”, aunque por fortuna no es “del todo” así.
La película empieza, como no puede ser de otra forma, presentándonos a los personajes en un garaje encerrados sin tener ni idea de quiénes son ni cómo han llegado hasta ahí y ¡que tiene el mismo water de “Saw”! (anda que ya le vale al novel director Simon Brand, copiarle hasta ese tono azulado de los fotogramas, los lavabos, los espejos y la luz... un poquito más de criterio, por favor).
Ya nos podemos imaginar qué es lo que ocurre a partir de ese momento: empiezan los típicos enfrentamientos entre los personajes, en los que todos desconfían de todos. Algo que ya hemos visto en “Cube” y en “Saw” de forma mucho más original, así que podemos decir que este planteamiento no nos interesa, salvo que queramos ver una y otra vez calcos de películas sin aportar nada nuevo.
A medida que la película avanza, su argumento cambia sutilmente y se empieza a vislumbrar el horizonte de la trama y ese cambio hace que la película tenga situaciones previsibles. Hay un par de pequeños giros de guión que son de agradecer, pero no son los suficientemente impactantes como para que uno se replantee si algo de lo que ha visto ha merecido la pena.
Música de tensión, algo floja.
Fotografía copiada directamente de Saw en abultadas dosis.
Interpretaciones normaluchas.
Guión un tanto irregular con algún momento interesante y algunas escenas que, literalmente, sobran (como el discursito que da el tío que está colgado del brazo), además de algunos errores garrafales (*ver spoiler*)
Nota: 5
La película empieza, como no puede ser de otra forma, presentándonos a los personajes en un garaje encerrados sin tener ni idea de quiénes son ni cómo han llegado hasta ahí y ¡que tiene el mismo water de “Saw”! (anda que ya le vale al novel director Simon Brand, copiarle hasta ese tono azulado de los fotogramas, los lavabos, los espejos y la luz... un poquito más de criterio, por favor).
Ya nos podemos imaginar qué es lo que ocurre a partir de ese momento: empiezan los típicos enfrentamientos entre los personajes, en los que todos desconfían de todos. Algo que ya hemos visto en “Cube” y en “Saw” de forma mucho más original, así que podemos decir que este planteamiento no nos interesa, salvo que queramos ver una y otra vez calcos de películas sin aportar nada nuevo.
A medida que la película avanza, su argumento cambia sutilmente y se empieza a vislumbrar el horizonte de la trama y ese cambio hace que la película tenga situaciones previsibles. Hay un par de pequeños giros de guión que son de agradecer, pero no son los suficientemente impactantes como para que uno se replantee si algo de lo que ha visto ha merecido la pena.
Música de tensión, algo floja.
Fotografía copiada directamente de Saw en abultadas dosis.
Interpretaciones normaluchas.
Guión un tanto irregular con algún momento interesante y algunas escenas que, literalmente, sobran (como el discursito que da el tío que está colgado del brazo), además de algunos errores garrafales (*ver spoiler*)
Nota: 5
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Si al final te paras a pensar todo lo que ocurre, es que tiene menos sentido aún:
- ¿Qué sentido tiene ese sitio esté blindado?... al fin y al cabo se trata de un garaje donde los secuestradores tenían que mantener a 2 rehenes. Al principio de la peli, lo podrías llegar a entender, porque no sabías de qué iba la película, pero en realidad no tiene ningún sentido que todo esté con verjas, con cristales duros, con puerta de seguridad, etc, etc cuando está en medio del desierto y tiene más pinta de caerse a trozos que de otra cosa.
- No es nada creible la forma que tiene de contestar el protagonista a la llamada de teléfono. Yo creo que nadie en una situación similar hubiera contestado de esa manera... pero claro, si no, la película no tiene ningún sentido.
- No me creo que haya gases que inhalan que produzcan tal efecto (¡¡además la etiqueta decía que era infeccioso!!... ¿pero qué clase de garaje es ése?). No sólo borra la memoria reciente si no que además borra la memoria que le apetece al señor director borrar, porque los nombres no se encuentran almacenados en la memoria reciente; se encuentran en la memoria remota (solo hay que buscar un poco en el google). Por eso no se explica la sobrante historia del tío que está colgado del brazo en el que cuenta toda la historia de su infancia.
- ¿Qué sentido tiene ese sitio esté blindado?... al fin y al cabo se trata de un garaje donde los secuestradores tenían que mantener a 2 rehenes. Al principio de la peli, lo podrías llegar a entender, porque no sabías de qué iba la película, pero en realidad no tiene ningún sentido que todo esté con verjas, con cristales duros, con puerta de seguridad, etc, etc cuando está en medio del desierto y tiene más pinta de caerse a trozos que de otra cosa.
- No es nada creible la forma que tiene de contestar el protagonista a la llamada de teléfono. Yo creo que nadie en una situación similar hubiera contestado de esa manera... pero claro, si no, la película no tiene ningún sentido.
- No me creo que haya gases que inhalan que produzcan tal efecto (¡¡además la etiqueta decía que era infeccioso!!... ¿pero qué clase de garaje es ése?). No sólo borra la memoria reciente si no que además borra la memoria que le apetece al señor director borrar, porque los nombres no se encuentran almacenados en la memoria reciente; se encuentran en la memoria remota (solo hay que buscar un poco en el google). Por eso no se explica la sobrante historia del tío que está colgado del brazo en el que cuenta toda la historia de su infancia.
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