Un mundo sin emociones está gobernado por gente que siente.
Para mi el mayor fallo de esta película y por la que no le pongo un diez, es que los personajes que no sienten no deberían gritar como lo hacen los polis durante toda la película.
La ambientación es soberbia, te da la sensación de estar en un entorno sin emoción, los edificios están construidos de manera organizada y artificial, los interiores son organizados y eficientes, toda la sociedad “funciona” ya que no tienen nada de lo que quejarse.
La manera en la que los humanos que sienten son capaces de proteger cualquier pequeña cosa que pueda hacernos sentir nos da la idea de lo que podemos hacer por proteger lo que nos hace humanos.
La música de Klaus Badelt magistral en cada compás.
El estilo de lucha del film, Gun Kata, es un elemento muy original de la película, muy visual y realmente nos hace creer que nadie puede acabar con un clérigo, salvo otro clérigo claro.
En definitiva, una película a la que tengo muy pocos peros que ponerle, solo uno (el que menciono arriba).
Al final de la película cuando se descubre que los que controlan el gobierno tienen emociones queda deslucido por ese fallo ya que se nota casi desde el principio que Dupont es un sentidor, pero aun así tienes las mismas ganas que Preston de meterle la bala en el cuerpo.
Una muy buena película con un final poderoso.