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Críticas 1
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
26 de septiembre de 2020
524 de 567 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tuve el placer de verla en el festival de San Sebastián, y antes de empezar con la crítica quiero agradecer a quienes han contribuido, ya sea como espectadores o trabajadores, a dar un empujón a una industria que está viéndose muy afectada por la pandemia actual, y animar a los cinéfilos a desplazarse, ver cine y disfrutar, pues así conseguiremos oportunidades para las personas del mundillo y, consecuentemente, una vida más plena para este sector que tanto queremos. Dicho esto, vamos allá:

Durante la vida de una persona consumidora de alcohol, independientemente de la frecuencia del consumo de este, es muy usual que juegue un papel determinante en la toma de decisiones y en las formas de actuar en momentos concretos. Uno es más propenso a decir lo que piensa, a centrarse en el acto sin pensar en la consecuencia; el introvertido pasa a ser extrovertido, el arisco reparte abrazos y te quieros, el vergonzoso se convierte en osado, y así.

En Druk se plantea el uso del alcohol con consciencia para provocar estos actos:
Cuatro profesores amargados con su vida se plantean, basándose en un estudio de dudosa credibilidad, tomar una pequeña dosis diaria para tener el cuerpo "a tono" y dar una versión mejor de sí, más motivada y acogedora para los demás, más feliz y productiva con el objetivo de encontrar algo de vida en sus días.

Las actuaciones de los cuatro son impecables, en especial en las escenas de embriaguez; ni son forzosas, ni sobreactuadas. Y eso que abarcan desde el mínimo síntoma de la primera copa hasta el descontrol provocado por el no-sé-cuántas-llevo. Mención especial a Mads Mikkelsen ("Hannibal"), un actor que generalmente hace de malo (bueno, porque tiene cara de malo)... Excepto aquí, donde el papel de padre y amigo bonachón le sienta de lujo. A los cuatro los vemos contentos, enfadados, borrachos y bailando (coreografías de las que se quedan en la memoria)... Y no flojean en ninguno de los estados.

La película tiene muy buen ritmo, ya que hace avanzar la historia sin entretenerse y con toques de humor que sacan varias sonrisas fáciles. El principal ejemplo se encuentra en la escena de la cena, donde se expone la loca idea que llevarán a cabo: Con conversaciones largas pero divertidas, arranca con felicidad y humor y avanza poco a poco hacia la decaída, esperada desde el inicio. Y es genial porque, sin tratar de sorprender, consigue mantener la expectación hasta el final -que pone los pelos de punta y comento en la zona spoiler- gracias a los altibajos constantes en el transcurso del metraje.

Es espectacular cómo consigue, en sus dos horas de duración, hacernos empatizar con los cuatro profesores. Con todos. Conocemos sus debilidades y sus fortalezas dentro y fuera del trabajo, y eso permite a "Druk" ser más profunda de lo que aparenta. Temas tan delicados como la soledad, la desmotivación o el hecho de hacer lo que apetezca hacer, dejando atrás las responsabilidades y lo que es políticamente correcto, son tratados con muchísima elegancia y realidad.

Y es tan fácil sentirse identificado que asusta. La gran mayoría nos hemos pasado alguna vez y hemos hecho cosas que no deberíamos haber hecho por la influencia del licor. La presión social, la normalización del consumo de una droga diferenciada de las demás por ser legal es un problema que requiere mucha concienciación, y muchas veces no la tenemos. Pero no es una película para eso: "Que se encargue otro, de educar", debió pensar el director Thomas Vinterberg, así que hizo una película sobre la vida y la amistad muy bien escrita. Mejor no perderlo de vista.

Antes de comentar el ya mencionado final voy a remarcar el buen trabajo de la dirección de arte. La construcción de los planos y escenarios es bonita y el movimiento de cámara es crucial; dominante en el desenfoque y el plano en movimiento. La música, además, tiene personalidad y el tema principal ("What a life") nos traerá el recuerdo de la película cada vez que se escuche.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En realidad, probablemente son los últimos 20 minutos los que dejan tan buen sabor de boca. Como a mí me gusta, lo mejor para el final.

Al morir el profesor de educación física, empieza la montaña rusa de emociones: Ese funeral, con Gafitas agradecido de quien le ha salvado la infancia, desborda mucha ternura.

Pero el clímax llega en esa última comida de los tres amigos. Esas pantallas negras en las que aparecen los mensajes de la mujer de Martin nos dejan saltando de la butaca. Es ese momento, la decisión de los protagonistas, lo que corona la película: Les importa cuatro pimientos esa segunda oportunidad caída del cielo, piden otra ronda a la salud de su amigo y de sus ya graduados alumnos, empieza a sonar "What a life" (el tema de la película) y Martin se marca el absurdo aunque epiquísimo baile de Jazz.

No han aprendido la lección, pero se sienten vivos. Y eso es algo muy diferente y más importante que vivir, pues mucha gente muere a los 25 y es enterrada a los 80.

Gracias por leer mi primera crítica.
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