Estamos ante una de esas películas poco conocidas, que injustamente la industria cinematográfica hollywoodiense ha dejado en segundo plano y que podría ser perfectamente uno de los cinco mejores films de la década. Kárate a muerte en Torremolinos te hará temblar, estremecer, te hará sentir el horror en cada epitelial de la piel como antes jamás una película lo habrá hecho.

Aún siendo obvias la similitudes con la mediocre obra de Lo Wei (Kárate a muerte en Bangkok), este film coge la idea, la mejora, la potencia, y le añade un toque de realismo que sólo podría conseguirse con las nuevas tecnologías.

Por lo demás, el guión es sublime, sencillo y directo, pero con un gran trasfondo metafísico que te hará pensar durante meses sobre cuál es el origen del universo, que hará que cuestiones todo el entramado ético que hemos heredado de nuestros antepasados, e incluso te hará meditar sobre la posición del ser humano como superpredador en un sistema monopolista. Las actuaciones son exquisitas, y estamos ante caras desconocidas que sin duda, darán mucho que hablar en Hollywood. No descartéis futuros Oscar´s para estos diamantes aún por pulir. La fotografía es preciosa, los planos de la ciudad bajo la gran masa de mutantes karatecas, son maravillosos, y desprenden belleza por cada fotograma. La música es otra sorpresa, ya que no sólo encaja directamente con el resto de apartados, sino que resulta superior a muchas otras composiciones sonoras muy sobrevaloradas como la de Blade Runner, Réquiem por un sueño o Birdemic. Para terminar, especial mención a la recreación del maestro miyagi, que encajan directamente en la acción, no notaremos ni en un sólo segundo que se trata de un complejo y entramado sistema de efectos especiales de última generación. El fotorrealismo parecerá una pintura rupestre al ver las cualidades técnicas de esta obra.

Súmmum del cine de horror. Magnificiencia a raudales. Originalidad y puesta en escena insuperables. No te la puedes perder.