Lo que más me ha llamado la atención de esta película han sido sin duda tres cosas... la manera de utilizar un único protagonista -algo que no es nuevo- la manera de mover la cámara dentro de los diferentes decorados que representan el ataúd y como no, el final que no es "made in Hollywood" sino un final real después de casi hora y media de tensión asegurada.
Es muy crítica con la realidad del negocio de la guerra del que se nutre la economía de Estados Unidos... bastante cruda.
Los conflictos armados en zonas de recursos energéticos en los que participan los países del primer mundo para "sacar tajada" están a la orden del día así como las películas que tratan estos temas, pero no deja de partir de una posición un poco estereotipada que se puede resumir en que el pobre americano, que no tiene culpa de nada ha ido a trabajar honradamente a un país en el que hay malvados árabes que se vengan del infiel que les ha destrozado el país; no digo que no exista una gran parte de realismo en todo esto ya que ni he estado en un conflicto armado ni soy experto en el tema... pero mi modesta opinión es que la película consigue transmitir tensión y hace reflexionar a quien la ve, si esa persona deja que la historia se explique por sí misma... que al final lo hace.