Haz click aquí para copiar la URL
You must be a loged user to know your affinity with Ismael Alzola
Críticas 325
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
7
16 de septiembre de 2020
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película basada en la novela homónima de Pollock lleva consigo una gran moraleja que gira en torno al fanatismo y a la falta de madurez intelectual. El filme acierta en el gran elenco de actores que lleva consigo, los cuales hacen todos una labor increíble para expresar las diferentes mentalidades complejas que poseen, relacionándose a la perfección con la imagen cruda que da el pueblo en dónde se sitúa el relato. Destaca el papel de Robert Pattinson y se hace algo desencajado el de Tom Holland, que no termina de convencer del todo su encarnación en el personaje que interpreta, así como los actos que determinan la mentalidad del personaje. El argumento viene a relatar la historia de los diferentes componentes de un pequeño pueblo americano y sus respectivas familias, influenciadas por la corrupción moral y religiosa. Es el poder de la religión y la presencia que tiene en los pequeños pueblos más alejados de las sociedades modernas lo que interfiere en la madurez emocional de los individuos. Al menos esto es lo que vemos de forma general en gran parte de la película. Con una narración en tercera persona y omnisciente, junto a la forma cruda y sórdida de contar los sucesos que acontecen, el ritmo narrativo es eficiente y dedica su tiempo a que la historia transcurra de manera progresiva. “El diablo a todas horas” sorprende por el manejo tan directo y desvergonzado de llevar a sus personajes hacia el dolor y la tragedia, siempre teniendo como recurso la presencia constante del impacto de la corrupción a cualquier esfera socio-comunitaria. Una película que no sorprenderá a demasiados por la condición argumental que se impone desde la adaptación de la novela pero que conmueve y sabe retratar a la perfección la percepción psicológica y emocional que viven los personajes.
31 de marzo de 2021
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en el libro de Jessica Bruder, el cual habla de una historia real a partir de la crisis ecónomica del 2008 en los Estados Unidos. Antes de explicar nada habría que aplaudir el trabajo actoral de Frances McDormand. Apoteósico.

El guion es tremendamente cercano, una imagen de credibilidad y de inspiración hacia el viaje personal que toda persona desamparada y desubicada de su materialismo tiene que afrontar para vivir y sobrevivir en una situación fría y desesperante. Zhao tiene un cuidado muy calibrado, una puesta en escena donde cada paraje recóndito del terreno estadounidense evoca un sentido que llena de alma a todas esas personas que se encuentran en el camino arduo de la protagonista.

El filme es un ejercicio cinematográfico donde el sentimentalismo de una persona que vaga con una autocaravana y que busca incesamente un trabajo tras otro debido a la precariedad laboral hace mella en el espectador. Un tarro de agua fría hacia toda conformación de privilegio. "Nomadland" es una road movie que habla de lo importante que es ser consciente de que algo no funciona bien en un sistema político cuando una persona se ve condenada a la monótona inseguridad de no saber cuándo se acabará la incertidumbre.

Una visión existencialista del individuo promedio víctima de los grandes estragos e irresponsabilidades de un modelo ecónomico que sustrae a las clases bajas como moneda de cambio para la salvaguarda de interes ilegítimos. No sólo se emplean formas literarias en cada plano extraordinario en el que, desde la perspectiva de Zhao, se da un impulso costumbrista y natural de unas vivencias atípicas para el espectador inconsciente, sino que está presente una mentalidad acorde con la contemporaneidad.

Se describe el sentimiento de ser una máquina inservible al no estar supeditado a una rutina, una configuración deudora del western más clásico que reconfigura el modelo tipológico del forastero y lo reconvierte en un retrato crudo de una vida opaca, juvenilmente estancada. No cesará, a modo de leitmotiv, la figura del sistema capitalista neoliberal que aparta de forma fotográfica al personaje y lo convierte en algo insignificante, una imagen minúscula de nervio y músculo que reposa en la construcción de la esperanza y del viaje interior.

No imperan tanto los hechos políticos sino el distinguido perfil psicológico de vagabundos modernos sumergidos en una era que les arrebata su añoranza, los despoja de sus necesidades y los invita de forma drástica a sobrevivir como mártires temporales de una vida indiscreta. El espectador podrá cambiar su paradigma vitalicio y su emoción rutinaria y selectiva de cada sentimiento para fraguarse una conciencia colectiva al mismo nivel que puedan tener sus congéneres de todas las edades, solamente si es capaz de saludarlos en el camino.
17 de noviembre de 2020
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El precedente de la reciente "El Hoyo", de Galder Gaztelu-Urrutia, expone a modo de thriller psicológico un relato donde seis individuos desconocidos entre sí deben escapar de un lugar cubicular lleno de misterios. El guion supuso en 1997 la aclamación por parte de la crítica y sobra decir que la dirección tambien reafirma este recibimiento.

Un ensayo sobre la normalizada vida sistemática que define en nuestros tiempos a la humanidad. Los protagonistas se rigen por ideologías sociales y filosóficas. El tono del filme consigue mantener al espectador en suspense y consigue equilibrar la puesta en escena con la tensión que se siente a lo largo de la película. No hay precisamente en el argumento ningún elemento externo que manipule o presione a los personajes, sino que la trama está muy bien construida de forma que sean los propios protagonistas quienes decidan irónicamente el destino que les aguarda según las decisiones tomadas.

Mientras que "El Hoyo" extendía la metáfora hacia la lucha de clases y comparaba la estructura arquitéctónica con las diferentes clases sociales, "Cube" consigue dar una especie de tridimensionalidad al sistema social que rige la vida humana: cada estilo de vida que posee el individuo (1) se ve condicionado por sus quehaceres rutinarios y sus oficios (2), y por consiguiente este factor también formaría las actitudes y el tipo de toma de decisiones que se ejecutarían con los demás en situaciones de crisis (3). Además de esta reflexión crítica, otro tipo de lecturas también podrían manifestarse, como el choque de aspectos filosóficos como el nihilismo pasivo y nihilismo activo o el cómo los espectros burocráticos y elitistas de las sociedades desmoralizan al individuo y los alienan.

En cualquier caso, podemos aceptar este filme como un clásico indiscutible que pudiera servir de inspiración para otros clásicos como “Saw” (James Swan, 2004). La banda sonora con la capacidad de reproducir la constante visceral y siniestra del filme es digna de reconocimiento. Vincenzo Natali ha traído al género del terror uno de las bases que hacen evolucionar el súbgenero de las "survivor movie", influyendo en posterior producciones y actualizando sus condicionantes narrativos hacia contextos contemporáneos de diversa índole.
29 de enero de 2022
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
El último trabajo de Del Toro después de su oscarizada "Shape of The Water" (2017) es el remake homónimo de la que dirigió Edmund Golding en 1947, basado en la novela de William Lindsay Greshman. Su premisa fundamental es bastante intimista con respecto al epicentro de su esencialidad, puesto que la película se centra primordialmente en su protagonista principal, quien vive su propia odisea personal en un marco social marcado por la Segunda Guerra Mundial y el nacimiento del psicoanálisis freudiano.

Lejos de toda comparativa entre magia y ciencia o terapia vs espiritismo, su pretensión por escenificar las consecuencias existencialistas de producir el mal ajeno, la codicia y la ambición fatal en un mundo decadente forma parte de ese tratamiento básico hacia temas universales ya vistos en la historia de la ficción. A partir de aquí comienza el cuerpo del filme, se sustenta en esta idea para conceptualizar una historia sórdida, conflictiva y derrotista, pero su desarrollo narrativo no concuerda bien con esa rima perfecta que elabora Del Toro en su clímax.

Los giros bruscos que definen el camino hacia el desenlace de actitudes y capítulos de su narración no se sienten como identificados de forma natural con el ritmo de la película, el espectador se sitúa entre la espada y la pared en esa lucha por buscar la armonía entre el hilo conductor y la estética del argumento. Los personajes están atrapados en ese continuo trazo funesto y determinante, ese aura de peligrosidad en el que se proyecta de principio a fin la interpretación protagónica de un Bradley Cooper que no entra en sintonía total con el peso de su argumento.

Su principal fallo es la poca chispa y la inarticulada dinámica que posee su guion, ya que no hay una mera sensación de estar en pleno deleite o empatía real con los sucesos que pasan, sino que van sucediéndose las páginas de esta novela negrísima con el entretenimiento de que llegará tarde o temprano su final, reconociendo el subtexto de sus intenciones temáticas y la semiótica empleada con respecto a los clichés sobre el bien y el mal y la reconceptualización cínica e interiorizada del pecador contemporáneo.

Del Toro deja una recepción desafiante en lo que concierne a cómo enjuiciar su trabajo, maravillado por diferentes adjetivos pero ninguno en donde haya una lógica disfrutable del filme, debido a que, si bien es cierto que no es una mala película, lo cierto es que no se le puede decir que sea buena; lo peor de todo es que parece indiferente, probablemente esta sea la estafa más mortífera después de sus desubicados 150 minutos.
25 de febrero de 2020
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya genialidad. Una mirada hacia la sociedad de consumo, la cultura pop y la cultura de masas desde una perspectiva crítica construida a base de conspiraciones juveniles. El personaje es un chaval del siglo XXI que sabe que la actualidad social, política y moral está basado en los elitismos de consumo que provocan ideologías apropiadas para generaciones que dictan tendencias y a la vez las ejecutan y reciben. Una película bastante más nitzscheana que "El Club de La Lucha" pero más disfrazada. Si en la de David Fincher nos encontrábamos una dualidad caracterizada por el sujeto pasivo y activo en torno a su sociedad y la propia inclinación psicológica distribuyéndose hacia una pulsión instintiva o hacia la construcción impuesta de los ya establecidos órdenes morales y éticos, en "Under the Silver Lake" el personaje tiene en sí mismas las dos dualidades, que gracias a la interacción entre los personajes secundarios se va desarrollando ambas en cada confrontación semióticamente ideológica que se va exhibiendo. Por supuesto que en el final vemos lo que se puede declarar como la cruda realidad de entender cómo funciona el mundo actual y la decadente filosofía que representa esta sociedad de consumo adueñada por las tecnologías y la indecencia crítica y moral. Película bastante recomendable con uno de los mejores papeles que he visto a Andrew Garfield desempeñar, homenajes al cine y a los géneros más exitosos y una dirección impecable.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para