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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
5
28 de abril de 2019
205 de 282 usuarios han encontrado esta crítica útil
No entraba en mis planes escribir una crítica sobre esta película, pero me siento en la obligación después de haberme tragado tres horas de un espectáculo insustancial, narrativamente mal construido y trufado de fan service. Alguno me preguntará, ¿esperabas algo diferente? Y no voy a ser cínico, dentro de mí tenía la esperanza de que aprovecharían el excelente trabajo de Infinity War para crear una película que dejara huella. El resultado es que han pasado dos días, y los únicos momentos que vienen a mi mente son aquellos que me indignaron, muy por encima de las pocas escenas que lograron mover algo dentro de mí.

Para que nadie se lleve equívocos, soy admirador y seguidor del producto Marvel desde los albores de este viaje cinematográfico. En mayor o menor medida, he disfrutado cada una de sus películas sin esperar nada más que un interludio de entretenimiento pueril y palomitero. Salvo decepcionantes excepciones como Ant-Man, o Age of Ultron, la mayor parte de largometrajes me han satisfecho al darme lo que podía esperar de ellos. Pero Endgame no ha sido así. Infinity War dejó el listón insuperable, con unos Vengadores derrotados y un villano victorioso que al fin tenía trasfondo y mensaje. El problema capital de esta película, y voy a ser claro, es que parece que a todo el mundo le ha gustado. Y cuando algo satisface a todo el mundo, cuando creas algo para contentar al vulgo, se convierte en un producto artificial, pobre y, como reflejo en el título, decepcionante.
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Voy a intentar no ser demasiado prolijo para no aburrir a a aquel que, seguramente en desacuerdo conmigo, dedique su tiempo a leer mis palabras. La premisa general de la película es: tenemos que encontrar a Thanos para deshacer el chasquido. Hasta aquí, es decir, hasta el minuto cinco del metraje, ningún problema. Es más, puedo confesar que era el planteamiento que me esperaba: unos Vengadores rotos por el dolor llevan tiempo buscando a Thanos, sin éxito. El primer problema llega cuando de repente Thanos se acuerda que tiene que destruir las gemas y lo hace, desvelando en ese momento su ubicación debido a la energía liberada en el proceso, En este punto ya empecé a crisparme, no me gustaba lo que estaba viendo, y y anticipé para mí mismo lo que acaecería a continuación, mas aún me mantuve expectante, aguardando verme sorprendido. Y lo que ocurre es que llegan, encuentran a Thanos y lo decapitan al saber que ha destruido las gemas. Fin.

Sin reflexionar demasiado, se me ocurren varios desarrollos de este mismo planteamiento narrativo mucho más entretenidos, como por ejemplo: Buscan a Thanos pero encuentran el lugar donde estuvo, no donde está ahora. Saben que ha vuelto a a usar las gemas pero no saben para qué, lo que te da la oportunidad de darle una capa más al personaje del villano que incluso, carcomido por la culpa, puede haber tratado de recuperar a Gamora, o incluso a un personaje anterior de su vida. Cuando lo encuentran, Thanos decide dar un nuevo chasquido para recuperar a los Vengadores fenecidos en una versión "oscura", y los confronta a sus compañeros. Es una idea,
desde mis perspectiva, mucho más atractiva. En su lugar, ¿A qué nos lleva el guión a continuación? A uno de los recursos más ramplones y peligrosos de cualquier narración, sobre todo si están mal llevados, viajes en el tiempo.

No voy a entrar a discutir como pervierten la mecánica cuántica, o las incongruencias narrativas de, en lugar de buscar a un experto en la materia que haya sobrevivido al chasquido de Thanos, recurrir a Tony Stark para resolver el principio de coherencia causal de los acontecimientos y viajar en el tiempo, pero sí quiero detenerme un poco en la figura de Iron Man. La escena que protagoniza a la deriva en el espacio era capaz de transmitirte la desesperación de una muerte inexorable. Por desgracia, no es más que un burdo anzuelo pues al comienzo de la película aparece Capitana Marvel para rescatarlo. Tony Stark tendría que haber muerto en esa nave, dedicando sus últimos instantes de vida a desarrollar algún tipo de artilugio capaz de arrebatar las gemas del guantelete del infinito. En su lugar, como sabéis, se arroga un papel de salvador con un "Yo soy Iron Man" final, desde mi prisma, terrible.

En fin, al final resuelven, sin demasiado esfuerzo, la problemática de los viajes en el tiempo, y entramos en una soporífera fase de reciclaje en la que los Vengadores se van a buscar las gemas del infinito para traerlas al presente y deshacer el chasquido, recorriendo momentos de películas pasadas. La consecuencia de este bloque es que el Thanos del pasado descubre lo que está pasando y viaja al futuro con su nave (que me expliquen cómo, por favor) todo esto mientras se deshace su chasquido. Después absurda batalla campal, los buenos ganan, Thanos pierde, muere Iron Man, todos tristes.

¿Cuál es el resultado de la gran epopeya de Marvel? ¿La muerte de Tony Stark? Insuficiente. ¿De qué sirve que me muestres una escena de todas las mujeres combatiendo unidas sí el protagonismo que debería ser para Capitana Marvel se lo lleva Iron Man? ¿Por qué desperdiciar tres horas de metraje para no seguir reforzando el personaje de Thanos? ¿Por qué la escena del Fortnite? Y podría seguir. Salvo algún momento aislado, para mí esta película es la materialización de mis mayores temores. Estoy decepcionado y hastiado del producto y miro a lo que vendrá a continuación con profundo escepticismo.
18 de agosto de 2015
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Actualmente existe una corriente literaria/cinematográfica de explotar el terreno de la distopía que nos está conduciendo poco a poco, y sin darnos cuenta, a bazofia narrativa que pretende expresar ideas que el autor debe de considerar profundas, pero que en realidad embozan las proyecciones de un/una adolescente calenturienta/o. Cuando vi la primera parte de esta "serie Divergente", me quedé con la sensación de que era una mezcla de "Crepúsculo", "Harry Potter" y "Los juegos del hambre". Bien, lo que me ha aportado “Insurgente” es que además de mezclar elementos de estas sagas sin orden ni concierto, añade además características de una mala película de acción.

No voy a ahondar en las incongruencias argumentales del largometraje en este apartado, o mejor dicho, de la autora Verónica Roth en su libro, el cual, según tengo entendido, es incluso peor que su versión cinematográfica. No es mi deseo cometer el terrible error de desvelar parte del argumento a aquel ser pertinaz que tenga la intención de arrojar parte de su tarde a un estercolero. Eso lo haré más adelante. Sí diré que se trata de una película de transición, que no aporta nada al espectador y que salvo algún elemento, no ejerce ni de nexo con el que será el cierre de la trilogía.

Hay autores que cometen el error de crear personajes que poseen todas las virtudes que a ellos les encantaría poseer. Es algo que abunda, y que no voy a criticar puesto que a todos nos puede ocurrir. El problema llega cuando la señora Verónica Roth pasa la línea y forja un personaje que posee todas las virtudes existentes en la realidad que ha construido, que se enrolla con el tío bueno de turno y que además, se enfrenta a innumerables desgracias que solo nos muestran una y otra vez lo maravillosa que es. Esto lo vimos en la primera parte, y lo vemos en esta segunda de una manera todavía más explícita.

El personaje interpretado por Shailene Woodley es el epicentro del metraje, como ocurre, por ejemplo, con la protagonista femenina de "Los Juegos del Hambre". La diferencia es que la primera es una mala copia de la segunda, rodeada de un contexto peor trabajado y con una profundidad psicológica casi nula. Y si los elementos positivos, por así llamarlos, están mal plagiados, los negativos son los mismos, es decir, un protagonismo que anula al resto del elenco impidiendo que posean relevancia alguna.

Pero esto no es lo peor, no. También está Theo James. El supuesto hombre edénico de la película. En la primera parte descubrimos que no solo era guapo -supuestamente-, fuerte, honesto, leal, y tenía la espalda tatuada -elemento de decisiva relevancia para comprender el intrincado sistema creado por Roth-, sino que además pasó por una infancia tremebunda que lo convirtió en un ser más deseable todavía. Bien, su personaje es la proyección calenturienta de la autora de su hombre ideal, sin más. Es un monigote cuya única función es aparecer para salvar a la princesa en apuros. Al menos han cambiado su doblaje, el cual me hizo creer que en “Divergente” sufría serios problemas de dicción.

Por último voy a hablar de las pocas luces interpretativas. Kate Winslet está impecable en la primera, y también en esta secuela, mas es un personaje el suyo plano en su sociopatía, muy al estilo de Snow en "Los juegos del hambre". Es la teórica antagonista, pero es cruel porque sí, con una explicación soterrada tan manida que hastía. Por otro lado tenemos a Miles Teller. Brilla por sí solo, es un talento que en "Whiplash" me impresionó y que ya mostró su descontento por formar parte de este intento de película de ciencia ficción. No lo hace mal, pero su personaje actúa de una forma tan absurda, que ni él puede salvarlo. Si se equivocó metiéndose en este embrollo, más lo ha hecho en el reboot de los "4 fantásticos”. Miles, cambia de agente.

“Insurgente” posee más acción que la primera parte. ¿Eso es bueno? Si son escenas de malas películas de acción de los 80, no. Es un largometraje tan vacuo a nivel argumental, que necesita introducir un ritmo que haga que el tiempo pase más rápido. Técnicamente nada espectacular, con elementos de "cartón" en las ilusiones sufridas por la protagonista que no pasan desapercibidos. Por cierto, los fans de Dragon ball estarán encantados con alguna de estas ensoñaciones... No tienen ningún sentido.

Para concluir, si vamos a los datos económicos, una inversión de 110 millones y un beneficio de 250. Entiendo el éxito ya que la historia gira en torno a un modelo de personaje muy de moda y que triunfa entre el público femenino, ahora, no comprendo de dónde sale la inversión. Me gustaría saber en qué se han gastado gran parte del dinero.

Un largometraje para jóvenes/adolescentes que fantaseen con ser las heroínas que salven a la humanidad, y además, quieran compartir lecho con el malote de Cuatro. Si le doy un 3 es solo por obra y gracia de mi finita magnanimidad.
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Por dónde empezar. Es una película con tantas taras y un argumento de tamaña mediocridad, que podría desparramar una crítica tan prolija que os llevaría a odiarme. Como no creo que "Insurgente" merezca mucho más del tiempo que he dedicado a verla, que ya es demasiado, reflejaré solo un par de cosas. El sistema de facciones, ya me lo pareció en la primera, y la segunda refrenda mi opinión, es una burda copia de las Casas de "Harry Potter". Burda porque, aunque aquella no era nada del otro mundo, nos quieren hacer creer que está establecida con algún tipo de sentido, cuando la definición, por ejemplo, de los miembros de Osadía es que: "saltan". Sí, saltan, y porque saltan, son osados. Pero claro, luego tenemos a los de Verdad, que por supuesto, dicen la verdad, o a los de Erudición, que no, no es que sean eruditos, son sociópatas sin emociones. Y no sigo, eso que os ahorro.

Bien, debemos creer que esta sesuda pseudoconstrucción social tiene el objetivo, por nadie columbrado -entiéndase la ironía-, de ser un experimento. No sabemos por quién, ni para qué, ni nos interesa seamos sinceros. No puedo concebir que a alguien le interese que hay más allá del muro. Lo que os interesa, sed sinceros, es saber si la fémina protagónica y el buenorro malote, terminan juntos. Sabéis como yo que la explicación detrás de esta estructura social tan bien construida -de nuevo, ironía- será nefasta y decepcionante, y que por ende, no os importa. Al menos espero por vosotros que terminen juntos y tengan muchos hijos divergentes. Sí, divergentes, de esos que son los más especiales de la existencia, pero que además entre ellos, nuestra adorada Katniss... quiero decir Tris -hasta los nombres tienen su similitud- es la más extraordinaria de todos ellos. ¿Cómo lo sabemos? Gracias a una máquina detectadivergentes que, cuando los "malos" asaltan la sede de Cordialidad no mide el porcentaje de divergencia, pero que gracias a una actualización -supongo- luego nos desvela que Tris es la más especial entre los especiales al ser 100% divergente. Hablando de los de Cordialidad, ¿alguien me puede explicar su diferencia con Abnegación? Lo dudo. No hablemos de los pijos de Verdad, que os recuerdo, dicen la verdad.

Bien, ¿por dónde iba? Sí, Tris es la más chupiguay entre los guays, y por ello tiene que pasar las pruebas de las cinco facciones para así abrir una caja de los fundadores que contiene un mensaje. Aquí es cuando ocurre el milagro. Todos los que intentan la prueba, perecen. Pero claro, llega nuestra divergente preferida y hace la prueba. Supera cuatro de estas ensoñaciones diseñadas por un nutrido y abigarrado grupo de psicólogos -sí, irónico otra vez, mis disculpas-, y en la quinta, falla. Creemos que muere, pero sabemos que no, y pronto descubrimos que sigue viva porque el bipolar Peter le ha metido un tranquilizante poco antes. Vamos a ver, ¿qué tendrá que ver? Quiero decir, el fallar la prueba significa morir, Tris falla, debería morir, pero, ¿no lo hace por un tranquilizante que Peter le ha puesto a la vista de todos? Venga ya.

Sí, nuestra heroína al final abre la caja y nos desvela eso que no esperábamos. Y lo hace mientras los malos casi los matan, pero claro, en el último momento aparece la madre de Cuatro para salvar la situación. La mala malísima muere sin que sepamos porque es tan mala, y... Ah, bueno, el hermano es un sociópata que tiene dos frases en toda la película, aunque eso ya lo sabíamos, porque es de Erudición.

La sociedad creada por Roth es un engendro pestilente, que aglutina elementos de sagas de éxito, y se aprovecha de los anhelos de adolescentes enajenados por sus hormonas. Al menos la película narra mejor que ella aunque lo narrado sea mediocre. Algo es algo. Lo que me sorprende es que, siguiendo la línea, la tercera parte no se llame “Convergente” y su título sea “Leal”, aunque lo peor es que estará partida en dos. No contemplo el suicidio, pero casi.
22 de febrero de 2025
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cuál debería ser el objetivo de toda expresión artística? En mi opinión, conmover, es decir, provocar u ocasionar algún sentimiento o emoción en el receptor. Que el mensaje que, como creador, envías, no solo llegue al público, sino que la forma en la que se lo mandas esté justificada. Que cada elemento que utilices para la construcción de ese mensaje tenga justificación y esté armonizado en el todo de tu creación. Y que, con mejor o peor ejecución, sea capaz de aportar en lugar de arrebatar. Por desgracia, y pese a lo que presuponía antes de entrar en el cine, The Brutalist es todo lo contrario a lo que significa para mí el arte. Una de las peores experiencias cinematográficas de mi vida y acerca de la que me veo obligado a advertir a todo el mundo; vuestro tiempo es muy valioso, no lo invirtáis en esta película. Ya he sufrido suficiente yo por todos vosotros; no permitamos que el daño siga propagándose aunque los medios de comunicación se esfuercen por convenceros de lo contrario.

Porque, The Brutalist tiene muchos problemas, el primero y fundamental y que condiciona las expectativas con las que uno decide verla es que está siendo catalogada por muchos como una obra maestra. No voy a entrar a valorar rasgos y elementos que seguramente trasciendan los límites de mis conocimientos, pero ni aunque estos factores alcanzaran la excelencia, podrían salvar este despropósito narrativo apoyado en un metraje desproporcionado. La historia que nos quiere contar The Brutalist no solo se nutre de elementos manidos y sobreexpuestos como el Holocausto, sino que se muestra incapaz de mantener el interés en sus personajes o el desarrollo de los mismos. Dividida en dos partes, el contenido de la primera de ellas podría haberse resumido en cinco minutos y no habría restado valor al largometraje. Ninguno de los elementos de la sociedad o el mundo que nos plantea nos resultan desconocidos a estas alturas y tampoco son expresados de una forma sorprendente, más allá de artificios efectistas a través de desnudos o escenas sexuales explícitas. Sí, The Brutalist es cruda por momentos, pero sin alma, sin emoción y, por supuesto, sin sentimiento. Una apelación constante al victimismo, con unos diálogos frívolos, en ocasiones hasta llegar a lo absurdo, y unos personajes encorsetados, predecibles e intrascendentes. Solo un protagonista extraordinario podría llenar este cúmulo de trivialidad, mas tampoco es el caso del personaje encarnado por un solvente Adrien Brody; László Toth es un vehículo, un transporte en el que viajar del punto inicial al punto final sin que me haya transmitido en toda la película la más mínima reacción.

Y es que, en la segunda parte del relato, la situación mejora, pues nos dirigimos al final del tedio, pero más por una cuestión inercial que por los aciertos narrativos; nada de lo que ocurre en The Brutalist puede despertar interés, ya que, al menos en mi caso, desde las primeras escenas e interacciones entre los personajes que constituyen su universo, la evolución causal es, de la forma más frustrante que he sentido jamás, predecible. Desconozco cuál era la intención del director al concebir esta obra, quizás homenajear a cine de corte más clásico, pero eso no puede ser suficiente para elevar a los altares a un largometraje defectuoso desde su primera escena y que no merece trascender a la historia. Aceptable a nivel visual y decente en el aspecto sonoro. Sin nada más y con mucho menos. Una absoluta estafa creativa y cultural.
19 de septiembre de 2021
14 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Denis Villeneuve es un director que me despierta fascinación. Tanto Prisioneros (2013), en mi opinión su obra más redonda, como La Llegada (2016), uno de los máximos exponentes de la ciencia ficción moderna, lograron conducirme a un nivel extático de inspiración. Después, con su interpretación de Blade Runner 2049 (2017) terminó de cautivarme. Por ese motivo he acudido a ver Dune con unas expectativas muy elevadas. Por desgracia, he terminado abismado en la decepción.

La mayor virtud de esta película es su esplendorosa y exuberante belleza visual. Los entornos, los escenarios, las vestimentas, las naves especiales… todo está ejecutado con una maestría sublime, digna de encomio. Si un largometraje fuera una obra artística solo visual, Dune podría ser catalogada como excepcional, por desgracia, fracasa en todo lo demás, comenzando por su inadecuado ritmo narrativo. El perfil de Villeneuve es el de un cine metódico, en el que cada detalle está calculado, incluyendo las pausas y los silencios. El problema más grave en Dune es que, durante la mayor parte de la película, te ves contemplando escenas que no transmiten ni construyen nada más que una ambientación vacía, sin trasfondo. Mi sensación es que la mitad del metraje habría sido suficiente para trasladarme el mismo nivel de información.

En materia de guion, considero que este es víctima de la circunstancia que más me ha desesperado del largometraje, el egocentrismo. Dune es Paul Atriedes, y todo lo que se expone a su alrededor tan solo es un marco para presentar a un personaje que se siente afligido ante la posibilidad de ser el elegido, y por ende, el más inteligente y poderoso del universo. El resto de personajes, incluyendo sus diálogos, son un simple y vacuo decorado para reforzar a un protagonista plano e intrascendente. Porque resulta desolador comprobar cómo el ego con el que está construido este personaje fagocita y absorbe todo lo demás. Hasta el principal antagonista, villano clásico con capacidad de levitación, está diseñado mediante un arquetipo básico y superficial, con nula aportación a la trama.

En el plano creativo, y esto es responsabilidad del autor original de la obra, el escritor Frank Herbert, Dune plantea un universo militarizado y monopolizado por conflictos de diversas casas nobles que explotan los recursos de un planeta habitado por una raza inferior en evolución y desarrollo. Estamos, por lo tanto, ante una ciencia ficción obsoleta que plantea problemas ya conocidos y expuestos mejor que en este largometraje. No despierta interés alguno ni el universo planteado ni el supuesto trasfondo del mismo. Solo los gusanos de arena logran movilizar una tímida impresión. El resto, desde los toreros hasta los burkas, es obliterable.

Dune es decepcionante. La introducción de algo más que no tengo demasiado interés por conocer y que no puede ser rescatado por su apabullante construcción visual.
20 de octubre de 2024
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo voy a dejar bien claro; Joker 2 no es una mala película, y discreparé con todo aquel que defienda lo contrario. Imperfecta, por supuesto, pero es el ideal complemento narrativo de una primera parte que tampoco fue tan extraordinaria como se pretendió trasladar por parte de la opinión pública. Como musical, un despropósito, plagada de números que solo entorpecen el ritmo del largometraje, mal integrados y prescindibles casi en su totalidad. Pero la película cumple con el objetivo de su creador, definir un mensaje que no quedó claro con el episodio precedente, y eso es lo que molesta; que Todd Phillips no ha querido darle al público lo que exigía. Y no puedo estar más de acuerdo con que, debido al éxito cosechado, como creador tenía el derecho de dar la forma que el quisiera a esta secuela que nunca estuvo en sus planes. Porque ambas películas orbitan en torno a una idea; el peligro inherente a una extremista masa de fanáticos capaz de pervertir y tergiversar conceptos -y personajes-para encajarlos con sus más perversas fantasías. Algunos no entendieron bien el Joker, esta continuación es para ellos; nunca fue lo que pensabais que era, porque este relato no trata sobre el Joker como personaje, sino como idea. Un despertar cruel, pero necesario, a pesar del descalabro que supone para Warner.
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spoiler:
El final me parece magistral, y nos refleja la circularidad de un relato que nunca quiso presentarnos al Joker, o al menos al Joker que todos creíamos conocer y que juega con esa frustración, en ocasiones hasta la desesperación, por medio de insoportables números musicales que hasta el propio Arthur implora detener al final de la película. El verdadero Joker, el que esperabas ver, el que deseabas conocer, surge al final, movido por la inspiración de la fantasiosa creación de un Arthur que, aplastado por la culpabilidad de sus actos, es incapaz de sostener durante el juicio.

Cuánto más escribo, más me gusta la estructura de la película. Ignoro todas sus facetas como musical, por supuesto; una idea que no aporta nada a la película y de la que seguro se arrepintieron al ver el resultado final. Una lástima porque, seguramente la película habría generado un disgusto similar, pero habría sido mucho más redonda.
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