Sin embargo, no toda le película es un fallo. No puede negarse que tiene un buen comienzo, que consigue crear un ambiente aceptable para lo que va a narrarse. Todo rueda con una cierta naturalidad hasta pasado el momento en el que el fantasma trata de entrar en la habitación de Elleanor y Theo. Un buen momento, ese. Es la única parte en que el "miedo" se ha tratado de obtener sin conseguir que el espectador se lleve las manos a la cabeza.

El problema llega, sobre todo, alrededor de la mitad de la película, justo el momento en el que comienzan a usarse los efectos especiales y se trata de explicar el motivo por el cual la casa está encantada. Ni los efectos tienen nada de especiales ni se consigue dar a entender qué es lo que ha ocurrido.
Todo lo contrario a lo que debería haber sido, la película acaba confundiendo al espectador con la personalidad irritante de la protagonista, unos recursos fantasmales sacados de Scooby Doo, una muerte aleatoria y unas conclusiones sin ningún tipo de lógica, entre otros.

En conclusión, pertenece al tipo de películas con las que me pregunto si el director se divierte llevando la película a la mediocridad con cada minuto que pasa.

Son geniales los personajes así como las actuaciones de los actores y, en especial, del protagonista, que consigue que la posesión de su mano resulte tremendamente divertida e inquietante a la vez. Hay escenas que, además de haber sido enfocadas con originales movimientos de cámara, te dejan con una idea de genialidad al verlas. Éstas a la vez llegan a ser momento cúlmine de un desarrollo muy bien llevado de la trama. En términos más concretos se trata, por ejemplo, del paso progresivo de Ash a la locura, lo cual llega a su punto álgido momentos antes de la llegada de los demás personajes a la cabaña.
No puedo hacer más que aplaudir esta obra, que irónicamente logra sin querer un resultado mucho mejor que otras películas que aspiran a ello.