Tras un arranque prometedor, con una trama interesante y un buen elenco de actores, el guión empieza a mostrar fallos que te van alejando hasta que te das cuenta que te encuentras en un sinsentido de relato, una especie de quiero y no puedo de peli de saltos temporales. Hay que agradecer la voluntad que ponen todos los actores en dar verosimilitud a sus personajes, destacando una Adriana Ugarte que da la talla (al menos durante la primera parte). Mención aparte para Chino Darín, quien no hace justicia a su estirpe y su talento interpretativo es más bien limitado. Quizá el personaje ayuda poco, pero desentona bastante entre el resto del cásting.
El montaje a veces se vuelve torpe, usando el viejo truco de la música constante para hilvanar escenas cosa que hace que el draatismo no evolucione y pasada la hora de metraje empieza a volverse tedioso. Resultado, una peli que promete pero acaba por no darte lo que esperas.

Eisenberg haciendo de Eisenberg. Culkin haciendo de Culkin. Para los que nos enamoramos de Roman Roy en la serie Succession, pocos matices nuevos vemos en esta interpretación de un Benji que, no obstante, es lo mejor de la película. La crítica a los tours turísticos desalmados parece interesante en un principio pero da la sensación de que no termina de llegar a ningún sitio.
Por otro lado, se hace difícil llegar a empatizar con el sufrimiento judío cuando se está cometiendo un genocidio delante de nuestros propios ojos y no hay ni el más mínimo atisbo de autocrítica en la cinta. Quizás me estoy perdiendo algo, viendo las buenas críticas que recibe esta cinta, pero no he terminado de conectar con el mensaje y las interpretaciones, como he dicho al princpio, son más de lo mismo.

La cuota indie en los varios festivales en los que ha sido nominada a mi parecer no está a la altura. Grande Laurie Metcalf que mantiene el tipo en una historia que no llega, que no te remueve las entrañas, que va perdiendo interés a medida que avanza. Una protagonista repelente que se acaba volviendo insufrible, con una interpretación sobreactuada que no hay por donde cogerla. Todavía me estiro de los pelos pensando que Greta Gerwig ha sido nominada en los oscar a mejor dirección dejando fuera al director de Call me by your name. Totalmente incomprensible. Bueno, quizás eso de "vamos a nominar a una mujer para que no se nos echen encima" tiene algo que ver. Es una peli visible, pero totalmente sobrevalorada.

¿Dónde están esos diálogos ácidos y mordaces a los que nos tenía acostumbado? ¿Dónde están esos secundarios de lujo que a veces les robaban el protagonismo a los actores principales? ¿Dónde está ese uso magistral de la música que te abría y cerraba escenas con un arte inconfundible? Es la primera vez que Tarantino me defrauda con una película que no es mala, que tiene ritmo y que está muy bien interpretada, que está bien rodada y sin embargo le falta algo. Le falta todo aquello que hacía de una peli de Tarantino algo redondo. Que la vendan como un homenaje y un acto de amor al cine y la televisión de los 60, vale. Pero eso no hace una buena película.
Interpretaciones más que correctas, a pesar de que Margot Robbie está totalmente desparovechada. Una trama sin trama, un retrato de una época sin historia más allá de un final efectista para contentar a la galería. Escenas a veces largas y mal hilvanadas y un batiburrillo de canciones que a veces parecen impostadas para alargar la lista de Spotify.

Película difícil de ver, por momentos rozando el ridículo. La mezcla de géneros que muchos elogian crean un batiburrillo de escenas mal hilvanadas en las que se quiere contar mucho pero se transmite poco. Una Marivel Verdú forzada en su papel de choni, que no acaba de encajar con el personaje, un José Mota comedido y que por momentos parece no saber en qué película está. Banda sonora que divaga entre géneros sin acabar de encontrar una personalidad propia. Diálogos cargados de muletillas almodovarianas que aquí rechinan y te alejan de una historia que podría haber dado mucho más de si. Aún así, a partir de media película la trama se hace algo soportable para intentar entender de qué va todo esto.