Film de acción sin alardes, aunque relativamente entretenido. Lo penaliza demasiado la primera mitad de la cinta, en la que no ocurre gran cosa y se ve poquísima acción (que es lo que uno debería esperar). Lo favorece su duración, ajustadísima (no llega a la hora y media), que hace que no aburra ni desespere.

No es la película más brillante de Jason Statham ni de lejos, pero se agradece mucho el binomio que forma con un actor tan interesante (a mí parecer) como lo es Ben Foster. Las secuencias de acción están decentes y ofrecen alguna pequeñita innovación. Por su parte, el guión intenta ser un poquito complejo, pero no alcanza la profundidad deseada y peca de bastante previsible.

Al final queda un entretenimiento pasable, apto para los amantes de la acción y del bueno de Statham. El resto, mejor abstenerse.

Rango es, ante todo, una película extraña, de esas que tienen personalidad propia y, como mínimo, levantan algunos gestos de sorpresa entre el público. Mezcla de western con típica película de animación, además de elementos oníricos, debo decir que no acaba de ser apta ni para los más pequeños (que no entenderán algunas cosas, ni soportarán su ritmo trabado durante buena parte del film) ni para los más adultos, que rechazarán su original propuesta.

Al margen de eso, cuenta posiblemente con una de las primeras medias horas más divertidas que le recuerdo a ninguna película de animación en años, con un inicio fresco, rompedor, trepidante e hilarante a más no poder. Lástima que, a medida que avanza, va perdiendo fuelle a discreción y acaba resultando un poco larga.

Una película interesante por su principio y por los elementos absurdos que incluye, pero sólo recomendada si se es consciente de lo que se va a ver.

Había leído hasta la saciedad la similitud de esta cinta con el cine de Guy Ritchie (un director que me agrada muchísimo) y debo decir que así es: Carne de Neón bebe de Lock and Stock, de Snatch, de Rocknrolla e, incluso, de la menos conocida Revólver. Sin embargo, Paco Cabezas le ha dado algo más de empaque y gravedad al estilo, añadiendo más seriedad y drama a una historia que bien podría haber firmado el director inglés.

El film, sin ser ninguna maravilla, se deja ver y pasa volando, pero pierde fuelle a ritmo alarmante hacia los últimos 20 minutos, que hacen que la película baje el listón de forma sensible.

En fin, sin ser una copia ritchiana, bebe lo suficiente del bueno de Guy como para coger algunos puntos fuertes de su estilo, aunque dándole entidad propia y cambiando ese tono burlesco del británico por un toquecito más sentimental. Recomendada si interesa el experimento realizado.

Una película dinámica e incansable a más no poder, que no deja casi lugar al descanso para el espectador. Plagada de referencias, detalles visuales y buen humor, los únicos defectos que se le pueden achacar es que no es para todo tipo de público y que, en ocasiones, resulta excesiva en cuanto a su grado de hilaridad y sorpresa. Si te atrae, ves a verla.

Siendo una comedia romántica bastante típica, previsible y con una trama bastante trillada, es sorprendente la cantidad de carcajadas que puede conseguir, y sin abusar de un humor vulgar. Recomendable si gusta el tipo de cine.