Bonita, bien hecha, bien interpretada (Judi Dench es salvajemente buena).
Cuenta una historia muy desagradable con unas pequeñas píldoras de humor que la hacen aún más entrañable. Es un crítica social tremenda y brutal, además.

Muy muy recomendable.

Pues eso. Esta película es sencilla. Ojalá todas las películas fueran así de sencillas y así de bonitas, de verdad. No es por nada en especial, no tiene nada que destacar, pero te engancha y te motiva a seguir viéndola. Me parece una película cálida.

Cualquier crítica negativa a esta película parte de la base de no entender los gustos del espectador medio, que no es otro que el que mantiene vivo este mercado.

De vez en cuando hago caso a la crítica para ver una película. A partir del momento en que ví esta película, dejé de hacerlo. Es el mayor truño que me he echado a la cara. Infumable. De verdad, si no eres un gafapasta que quiere dárselas de listo o zumbarse a una tía porque ella quiere verla, NO LA VEAS. A no ser, claro está, que quieras echar la siesta.

Pensándolo bien, la peli tiene una función, como las etapas llanas del Tour de Francia, sirven para dormir la siesta.

En serio, por favor, NO LA VEAS.

Lo único que pensé cuando acabé de verla la primera vez (en Telecinco a las tantas de la madrugada) fue: "No puede ser que ya se haya acabado". Es tan maravillosa que cada capítulo se hace corto, cada escena la saboreas, cada personaje se hace tu hermano.
Cuando Canal+ emitió The Pacific, justo antes fue emitiendo Hermanos de Sangre y, claro, cualquier comparación es odiosa, pero la diferencia era demasiado grande. Ojo, la otra no es mala, es que esta es insuperable.
Es demasiado grande como para escribir más de ella.

Es eso, que no me ha gustado, que la considero vacía. Aceptable como entretenimiento estúpido, como peli engañosa. Pero es que me habían prometido buen cine. Y en esta peli no hay buen cine. Actores "guapos", ritmo, pero vacía de todo lo demás.

Para mí, la gran decepción del año.