Una vez terminada “The road” deja el regusto de cine familiar. Da la sensación de que siempre pasan cosas pero en realidad nunca pasa nada, es monótona en las secuencias, lo cual no quiere decir que no sea entretenida, pero no hay picos en esta película, es como haber visto un día cualquiera en la vida de este padre bien interpretado por Mortensen y su hijo. Debo de reconocer que siempre que veía al niño llorar me acordaba del hijo del protagonista de “the walking dead” ¿nada que ver, eh?
Sinceramente, creo que le falta fuerza y agresividad, el exterior es muy gris y el sentimiento entre padre e hijo es muy “happy”. Se me hace difícil contrastarlo.
El final es tan predecible como desastroso. Solo falta la secuencia de la familia en una casa al lado de la chimenea todos sentados mientras los “padres” les leen un cuento.
Resumiendo, si es que no lo está ya, señor director: Si quiere que su película no pase desapercibida (que es como ha pasado) debe de dar golpes al espectador con un martillo, no dando palmaditas en el hombro. Las películas post-apocalípticas lo requieren.