De pena, vamos. Esperaba mucho, lo dio de verdad, pero es que me sentí estafado. Si a una superproducción ahora lo llaman ambientarlo todo bien ambientado (con rexona), y hacer planos larguisimos en sitios cerrados, prefiero 'infopoducciones', que, al menos, te cuentan cosas, te entretienen y te llegan.
Esto, sencillamente, es un "bluff", en el que, bien es cierto, acudirá la gente en masa; otra cosa es que salgan cabreados (como donde yo estaba) o incluso antes de hora (temí quedarme solo con mis colegas).
Del reparto, tampoo nada que destacar, aunque Viggo hace un buen papel o le ves metido en el personaje (pero, Dios!!!, que acento, parecía borracho), Echanove y Cámara muy bien (se les nota tablas y buen hacer, y, por cierto, no han aparecido nada en la promoción, lo cual dice mucho de su sentido común). El resto indiferencia. Ya me explicará alguién que pinta Blanca Portillo por allí.
De pena Eduardo Noriega, forzado, e inexpresivo como el mármol; como siempre. Afortunadamente no le han puesto de 'prota', como dice alguna por aquí, pués se hubiera terminado de cargar la pelí.
Y ese pasodoble final: olé y olé. Paseíllo y vuelta al ruedo.
Y nosotros vuelta a casa estafados, una vez más, por culpa del puto marketing.