Siempre Alice es una película que va ganando fuerza a medida que la enfermedad de Alice (Moore) se va agravando, pero que sin embargo se desploma en un final que nos deja algo fríos. Eché de menos que la cinta ahondase más en algunos aspectos como la relación de Alice con una de sus hijas interpretada por Kate Bosworth. Pese a que a veces, como digo, se quede simplemente en aspectos superfluos, Julianne Moore consigue llevar, de principio a fin, toda la película con una interpretación que le pondrá las cosas muy difíciles a Rosamund Pike (Pérdida) de cara al Oscar. En definitiva, tener a Julianne Moore en tu equipo es casi una victoria asegurada.