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Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
10
11 de agosto de 2007
58 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
He redescubierto esta maravillosa serie recientemente, ya que cuando se emitió en Telecinco hace años, yo era muy pequeño y apenas tengo recuerdos. Ahora, tras verla con otros ojos, puedo decir que el episodio piloto es una auténtica obra maestra. ¿Cómo no dejarse atrapar por ese misterio fascinante? Al terminar el capítulo, te quedas con mil preguntas en la cabeza, intentando conectar las pocas pistas que ofrecen, sin lograr siquiera intuir qué ha pasado con Laura ni qué oculta ese humilde pueblo perdido en el tiempo.

Sólo David Lynch y unos pocos elegidos son capaces de transmitir miedo, locura, tensión y tristeza a la vez, envolviéndote en ese ambiente onírico que tanto le caracteriza y que, en esta serie, alcanza sus momentos más icónicos y "pop". El episodio piloto es un ejemplo brillante de cómo debe empezar una serie: intrigante, sugerente y cargado de una atmósfera única.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Existe un episodio piloto alternativo, conocido como Twin Peaks: Episodio Piloto Europeo Final Alternativo. Logré encontrarlo subtitulado en español gracias a Emule, ya que sólo se editó en VHS a principios de los 90. Es una versión más larga que el piloto original y revela algunas claves adicionales sobre la serie. Totalmente recomendable para quienes quieran profundizar en el universo de Twin Peaks.
El asesino de Pedralbes
Documental
España1978
7.2
897
Documental, Intervenciones de: José Luis Cerveto
8
20 de febrero de 2009
20 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
El documental ofrece un retrato sin filtros de la cara oculta de un sistema social que muchos prefieren no ver. Al eliminar la voz en off, nos obliga a prestar atención directa a la realidad y a los testimonios, especialmente el de Cerveto, un individuo atrapado en un ciclo de exclusión y violencia. Este recurso narrativo permite que el espectador asuma un papel activo en la interpretación del mensaje, en lugar de ser guiado por una narración externa. La experiencia se vuelve más íntima y perturbadora, ya que no hay nadie que nos explique qué pensar; somos nosotros quienes debemos conectar los puntos y enfrentarnos a nuestras propias conclusiones.

La reflexión final a la que nos lleva el documental es la de un círculo vicioso de exclusión, criminalización y reclusión. La sociedad genera desigualdad, y cuando esta desigualdad produce delincuencia, en lugar de cuestionar el origen del problema, opta por castigar a quienes caen irremediablemente. El sistema crea marginados, y luego los castiga por serlo. El castigo no sólo es ineficaz, sino profundamente inhumano, ya que convierte a las víctimas en chivos expiatorios de un modelo social fallido. En lugar de ofrecer segundas oportunidades, educación o apoyo, muchas veces las instituciones prefieren el camino del confinamiento y la violencia, perpetuando así un ciclo que, lejos de resolverse, sigue girando.
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El documental se organiza en torno a tres temas fundamentales que permiten explorar a fondo la historia de Cerveto y analizar la influencia del contexto social en su vida, la criminalidad y las limitaciones del sistema para abordar estos problemas.

1. Condicionantes
Cerveto nace en un entorno que no elige, enfrentando desde el principio una estructura social desigual que le priva de oportunidades. Su infancia está marcada por el abandono de su madre, lo que lo lleva a vivir en internados y reformatorios, lugares donde en lugar de recibir apoyo, es víctima de violencia y abusos constantes por parte de sus tutores. La falta de recursos y alternativas le deja atrapado en un ciclo de miseria y agresión desde muy joven. La infancia de Cerveto, lejos de ofrecerle un espacio de protección y desarrollo, se convierte en un terreno fértil para el sufrimiento y el trauma, generando una base emocional profundamente dañada. Aquí se evidencia cómo la exclusión y la brutalidad institucional perpetúan un círculo de marginalidad que resulta casi imposible romper.

2. Crímenes
La violencia y la exclusión a las que fue sometido desde niño acaban reflejándose en sus actos, convirtiéndose él mismo en un perpetrador. Los crímenes de Cerveto no son meramente producto de una maldad inherente, sino una respuesta a las agresiones que ha experimentado. Se ve impulsado a cometer delitos tanto por venganza como por imitar los patrones de conducta aprendidos en un entorno de desigualdad extrema. Comete abusos a menores, replicando la violencia sufrida en su infancia, y termina asesinando a la familia que le había ofrecido trabajo, posiblemente como un acto de desesperación y rechazo hacia un sistema que nunca le brindó una oportunidad real de escape. Estos crímenes son el resultado de condicionantes invisibles a simple vista, pero que operan en el trasfondo de su historia, como una cadena de causas y efectos generada por la exclusión social.

3. Reinserción
La última parte del documental expone la incapacidad del sistema para abordar la rehabilitación de personas como Cerveto, cuya violencia no proviene de una psicopatía innata, sino de una vida marcada por la exclusión y la falta de oportunidades. Las instituciones, en lugar de proporcionar apoyo o tratamiento, optan por la vía fácil de la reclusión y el castigo. Son tratados como si fueran enfermos o animales, sin un intento genuino de ofrecerles herramientas para reinsertarse en la sociedad. La cárcel, en este contexto, no es un lugar de rehabilitación, sino un depósito donde los marginados son abandonados, sometidos a trabajos forzados y violencia institucional. El documental cuestiona esta lógica punitiva, mostrando cómo el sistema contribuye a perpetuar el ciclo de violencia, en lugar de romperlo. La reinserción se convierte en una promesa vacía; no hay esfuerzo real para comprender las causas de la criminalidad ni para ofrecer una salida a quienes han sido víctimas de la desigualdad estructural.
3 de junio de 2020
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Barcelona Sur, a pesar de contar con un guion predecible, escenas de relleno y actuaciones correctas sin grandes destellos, es un documento de notable valor histórico y social. La película, grabada a principios de los años 80, captura una imagen fascinante de la Barcelona de aquel entonces, muy distinta de la ciudad turística que conocemos hoy.

Lo que vemos en pantalla no es la Barcelona cosmopolita repleta de souvenirs y turistas en chanclas, sino una ciudad decadente y auténtica, saliendo a trompicones del franquismo y en proceso de consolidarse como un referente en el Mediterráneo, para bien y para mal. El puerto y sus alrededores no eran entonces un destino fotogénico para turistas, sino espacios marginales que reflejan el cambio social y urbano de la época. La película también muestra lugares emblemáticos del centro de la ciudad, como antiguos centros comerciales, discotecas, la hamburguesería Pokin's (la primera de su estilo en Barcelona) e, incluso, escenas grabadas en el Metro de la ciudad, capturando una atmósfera única de esa era.

El cine de Jordi Cadena se inspira más en la nouvelle vague de Godard —con su irreverencia y estilo narrativo experimental— que en el cine quinqui de Eloy de la Iglesia, máximo exponente de esa corriente en España. Por ello, etiquetar esta película como cine quinqui es algo arriesgado; su enfoque es más experimental y menos centrado en la marginalidad clásica del género.

Un aspecto que desentona es el doblaje "castellanizado" de las actrices principales, que sugiere cierta manipulación en la producción. Se comenta que la película fue coproducida con México, y la participación de Alma Muriel, actriz mexicana, parece haber influido en esta elección. Esto le resta naturalidad a los diálogos, haciendo que pierdan la frescura propia del cine quinqui y diluyendo parte de su esencia.

A pesar de todo, Barcelona Sur es una película que se disfruta, especialmente por su retrato nostálgico y sincero de una Barcelona ya desaparecida. Además, ofrece una perspectiva interesante sobre la emancipación femenina, algo poco habitual en el cine de la época. Para cualquier barcelonés, es un film que evoca recuerdos y una forma de ver la ciudad desde una lente de añoranza.
9 de marzo de 2008 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me he quedado sorprendido tras ver esta película. Me la recomendaron por su premisa: cuatro jóvenes que trabajan de noche, compartiendo sus penas, inquietudes y aspiraciones mientras toman una taza de café. Desde el inicio, la película nos advierte: somos simples engranajes en la maquinaria de la sociedad. Y qué gran verdad es esa: somos piezas diminutas de un rompecabezas gigantesco.

A pesar de contar con actores desconocidos y un aire claramente indie, la película logra enganchar. Apuesta por generar nostalgia en el espectador a través de los temas y debates que plantea. El guion es original, y aunque las interpretaciones no son brillantes, los actores cumplen con su papel de manera efectiva.

El guion, en lo personal, me ha hecho reflexionar profundamente sobre nuestra realidad. Vivimos en una sociedad capitalista y materialista que nos aliena y nos arrastra a una existencia de la que resulta difícil escapar. ¿Realmente elegimos el rumbo de nuestra vida o nos lo imponen? ¿Somos realmente felices? Pareciera que estamos condenados a trabajar sin descanso, para luego cobrar una pensión y morir. Y al final, ¿cuál es el propósito de todo esto? Con la forma en que está organizada nuestra sociedad y la precariedad de nuestras relaciones, da la sensación de que nos estamos perdiendo algo esencial.

Sin embargo, a pesar de estas reflexiones, la película no resulta completamente pesimista. El final transmite una especie de esperanza con tintes moralistas, subrayando que, gracias a la amistad y a esos pequeños momentos de evasión, podemos encontrar destellos de felicidad. La vida sigue, y hay que vivirla. Sin duda, una película recomendada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En el final del metraje, cuando logran cambiar la emisora de música 80's (la cual no podían cambiar porque la radio estaba estropeada) es una clara metáfora optimista hacia el cambio a algo diferente. ¿Que será?
27 de febrero de 2025 Sé el primero en valorar esta crítica
Cuando Esta casa es una ruina (The Money Pit, 1986) se estrenó, fue recibida como una comedia ligera sobre las desventuras de una joven pareja que compra la casa de sus sueños solo para descubrir que es un desastre estructural. Protagonizada por Tom Hanks y Shelley Long, la película explotaba el slapstick y el humor físico para narrar la odisea de estos personajes en un hogar que se desmorona a su alrededor. Los dos actores cumplen, aunque la película tiende a hacer que Walter (Tom Hanks) sea el verdadero foco de la comedia, dejando a Anna (Shelley Long) con menos momentos memorables.

La química entre ambos es convincente, aunque el guión no profundiza demasiado en su relación más allá del conflicto que genera la casa. Su historia de amor queda en un segundo plano frente a las secuencias de destrucción y desastre, lo que hace que la parte romántica de la película se sienta un poco débil en comparación con el humor físico. Sin embargo, casi cuatro décadas después, su mensaje resuena de una forma mucho más oscura en el contexto de la crisis inmobiliaria actual.

En los años 80, la premisa de la película era una exageración cómica: una pareja ingenua adquiere una propiedad demasiado barata para ser verdad, solo para darse cuenta de que están atrapados en un pozo sin fondo de reparaciones. En 2025, esta historia ya no suena tan descabellada. La especulación inmobiliaria, la inflación de los precios y la precarización de la clase media han convertido la compra de vivienda en un campo minado donde una mala inversión puede hundir financieramente a una familia.

Hoy en día, muchas parejas jóvenes (y no tan jóvenes) enfrentan un dilema similar al de Walter y Anna: precios absurdamente altos para viviendas en condiciones deplorables, hipotecas asfixiantes y la incertidumbre de si algún día podrán pagar su hogar. Aunque Esta casa es una ruina juega con la exageración (el suelo que colapsa, las escaleras que se desintegran, los constructores que desaparecen), la base del problema sigue siendo la misma: el acceso a una vivienda digna se ha convertido en una lotería en la que pocos ganan y muchos terminan arruinados.

Quizás la única diferencia entre Walter y Anna y la generación actual es que ellos al menos podían comprar una casa, aunque fuera un desastre. En 2025, para muchos, esa opción ni siquiera está sobre la mesa.
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