No está mal el "remake" aunque el de Fernán-Gómez lo supera, por lo que resultaba innecesaria una nueva versión. Ésta está empañada de feminismo rabioso y no era de la época. Lo de la pobre Hildegart era un experimento eugenésico más que feminista antes de Valerie Solanas. Por otra parte cometen errores de principiante como hacer que la masa coree en la proclamación de la República en 14 de abril del 31 "El pueblo unido jamás será vencido" que fue un coreo muy posterior, del año 73 en Chile.
No está mal como intento, pero: ¿pa qué?

Una película para "boomer", sin solución. Nos quejamos continuamente de la abundancia de material para chiquillos y la película que se lo llevará todo en los Oscars será esta pieza para abuelos. Porque pese a su gran ambientación, su cuidada historia y las interpretaciones destacadas, sólo se entiende si eres seguidor de Robert desde siempre, como le ocurre al cascarrabias de Boyero. A mí me ha gustado aunque la parte final afloja bastante. Tal vez el problema radique en haber visto "No direction home" (otro verso sacado de "Like a rolling stone"), el genial documental de Martin Scorsese, un fan, un esclavo, un amigo, un siervo, de Dylan.

A ratos parece El Club de la Lucha (pero sin mariconadas), a ratos Kárate Kid y otras veces un montón de pelis de abusones. Pero en realidad es una cinta muy desagradable y estúpida con un guión hecho a pedos. Una birria. Menos mal que no tuve que pagar un duro por verla. Gracias Internet.

Desde ubicar Newark en Nueva York (está en New Jersey, spoiler) hasta las situaciones que quien haya ido a los USA le resultan inauditos, es un film bastante tramposo. Se agradece que dure algo más de una hora. Otra cosa es que evitan por todos los medios utilizar el español, que todo el mundo usa en el aeropuerto de Nueva York, aunque este es Newark. Las preguntas son inauditas, dado que alguna amistad ha pasado por este trance.

Soy cocinero, y he trabajado en muchos tipos de cocina y siempre que sale una película sobre el tema capta mi interés, para decepcionarme una vez más. Esta es otra. Desde la falta de verosimilitud de lo que se hace en una cocina, dado que todos están impecables, sin sudores, sin machas, sin caras estresadas, etc. Los dramas son de chichinabo porque no aportan nada al tema.
Desgraciadamente, la única película en la que se dignifica la profesión es en aquella de Steven Seagal, Alerta Máxima, pero porque el tocho es cocinero, y se nota.