Obra con la que debuta el cómico americano Jordan Peele. El largometraje relata una serie de sucesos acaecidos cuando Chris conoce a la familia de Rose, su novia, y se sume en una espiral de creciente horror debido a un oscuro secreto oculto tras la fachada aparentemente apacible de los suegros. La película en su conjunto emplea gran variedad de recursos típicos y canónicos de los thrillers y films de terror actuales, no se aparta de los convencionalismos y posee ciertos amaneramientos comerciales, sin embargo los combina con la suficiente elocuencia y originalidad como para crear un relato fluido y creativo que mantiene la atención del espectador. Cabe resaltar que la obra tiene golpes escondidos, la proyección de las escenas y las situaciones denota habilidad y precisión, produce un cierto efecto de subyacente inteligencia, consciencia y sofisticación por parte del autor que otorgan profundidad al film y lo posicionan varios peldaños por encima del entretenimiento vacuo.
Altamente disfrutable y con un uso de los recursos audiovisuales que sabe tender un puente hasta el espectador e introducirlo en los acontecimientos narrados, no lo aliena, además de aliñar la composición con toques de humor cuyo refinamiento es muy apreciable en el panorma del cine actual. No obstante me parece justo apuntar que el cierre de la obra peca, en cierto grado, de predecible y cae en la simpleza, se hace notar ligeramente la ausencia de un final un tanto más apartado del manual.