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Críticas ordenadas por utilidad
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6.0
58,815
1
15 de marzo de 2010
15 de marzo de 2010
19 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mel Gibson encarna a un pastor protestante que pierde la fe a partir del momento en que su mujer fallece en un accidente de tráfico (lo típico, mucha gente deja creer cuando de pronto e inadvertidamente recibe un colosal bofetón por parte de la vida), y la recupera cuando se enfrenta a la más que posible muerte por una invasión alienígena (de nuevo el ser humano tan predecible como siempre, los borregos interpretan la invasión como el fin del mundo y abarrotan las iglesias buscando la salvación y el perdón de una vida repleta de "pecados"; tienen miedo de ir al infierno -una invención de la iglesia con el objeto de controlar a las masas mediante el terror-, y buscan desesperadamente congraciarse con su supuesto dios, cuando el concepto de infierno carece absolutamente de sentido, ya que si dios nos ama realmente resulta totalmente contradictorio que castigue a las personas de una forma tan desproporcionada como son las torturas y padecimientos eternos; además si la única razón por la que la gente no comete crímenes o asesinatos es por miedo a arder en el infierno es patético y dice muy poco de las personas que se declaran "creyentes" -desde luego no son motivo de orgullo para ninguna divinidad creadora responsable de su existencia, ser adorado por semejantes individuos debe ser bastante deprimente para dicha divinidad).
La invasión alienígena (de patética factura) no es más que una cortina de humo, una excusa para colar el mensaje de fondo, que es el de lo virtuosos y buenos que son aquellos que tienen fe religiosa (por supuesto en el cristianismo, subsección protestantismo), y lo inmorales, malvados y abyectos que son los ateos (incitando de paso al odio, violencia, recelo y desconfianza hacia ese colectivo, lo que demuestra una vez más lo dañina y peligrosa que es la religión). Nada nuevo, el sistema que subyuga, aterroriza, explota y aliena a las personas está basado en varios pilares: el sistema monetario (crédito, deuda, etc.), las grandes empresas y corporaciones que forman grupos de presión tremendamente influyentes en cuanto a decisiones que afectan a la vida millones de ciudadanos, el sistema financiero, la clase política y por supuesto la religión como herramienta esencial de control social. Todos estos factores se encuentran interconectados y profundamente interrelacionados y de todos ellos se vale la reducidísima élite privilegiada que dirige el mundo y así necesitan mantener viva la llama de la fe, el patriotismo, el individualismo, la segregación, el odio, etc., en el populacho para de esta forma poder manipularlo a su antojo con el objetivo de seguir ampliando sus esferas de poder.
La invasión alienígena (de patética factura) no es más que una cortina de humo, una excusa para colar el mensaje de fondo, que es el de lo virtuosos y buenos que son aquellos que tienen fe religiosa (por supuesto en el cristianismo, subsección protestantismo), y lo inmorales, malvados y abyectos que son los ateos (incitando de paso al odio, violencia, recelo y desconfianza hacia ese colectivo, lo que demuestra una vez más lo dañina y peligrosa que es la religión). Nada nuevo, el sistema que subyuga, aterroriza, explota y aliena a las personas está basado en varios pilares: el sistema monetario (crédito, deuda, etc.), las grandes empresas y corporaciones que forman grupos de presión tremendamente influyentes en cuanto a decisiones que afectan a la vida millones de ciudadanos, el sistema financiero, la clase política y por supuesto la religión como herramienta esencial de control social. Todos estos factores se encuentran interconectados y profundamente interrelacionados y de todos ellos se vale la reducidísima élite privilegiada que dirige el mundo y así necesitan mantener viva la llama de la fe, el patriotismo, el individualismo, la segregación, el odio, etc., en el populacho para de esta forma poder manipularlo a su antojo con el objetivo de seguir ampliando sus esferas de poder.

7.8
50,926
1
11 de agosto de 2010
11 de agosto de 2010
16 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como se suele decir en estos casos, esta es una película que ha envejecido terriblemente mal. Puede que estuviera bien en 1957, pero en la actualidad queda como un producto de consumo exclusivo para los ciudadanos de los imperios británico y estadounidense que todavía siguen convencidos de que sólo ellos encarnan los más altos valores de honor, justicia, libertad y democracia, mientras que los demás son seres abyectos y malvados por naturaleza. Poco se puede añadir a lo ya escrito en otras críticas; se recomienda ordenarlas por voto y empezar a leer desde la última página.
La propaganda vertida en la película dice que los ejércitos de los imperios británico y estadounidense ponen extremo cuidado en no violar ninguno de los artículos de la Convención de Ginebra, hasta tal punto de llevar bajo el brazo una copia de dicha Convención durante la guerra. Como es natural, los crímenes y las atrocidades los cometen los enemigos. Ellos, la raza superior, no.
El Protocolo I, Artículo 54, de la Convención de Ginebra dice lo siguiente:
"Se prohíbe utilizar el hambre como método de guerra.
Se prohíbe atacar, destruir, sustraer o inutilizar los bienes indispensables para la supervivencia de la población civil, tales como los artículos alimentarios y las zonas agrícolas que los producen, las cosechas, el ganado, las instalaciones y reservas de agua potable y las obras de riego, con la intención deliberada de privar de estos bienes, por su valor como medios para asegurar la subsistencia, a la población civil o a la parte adversa, sea cual sea el motivo, ya sea para hacer sufrir hambre a las personas civiles, para provocar su desplazamiento, o con cualquier otro propósito".
[continúa en el "spoiler"]
La propaganda vertida en la película dice que los ejércitos de los imperios británico y estadounidense ponen extremo cuidado en no violar ninguno de los artículos de la Convención de Ginebra, hasta tal punto de llevar bajo el brazo una copia de dicha Convención durante la guerra. Como es natural, los crímenes y las atrocidades los cometen los enemigos. Ellos, la raza superior, no.
El Protocolo I, Artículo 54, de la Convención de Ginebra dice lo siguiente:
"Se prohíbe utilizar el hambre como método de guerra.
Se prohíbe atacar, destruir, sustraer o inutilizar los bienes indispensables para la supervivencia de la población civil, tales como los artículos alimentarios y las zonas agrícolas que los producen, las cosechas, el ganado, las instalaciones y reservas de agua potable y las obras de riego, con la intención deliberada de privar de estos bienes, por su valor como medios para asegurar la subsistencia, a la población civil o a la parte adversa, sea cual sea el motivo, ya sea para hacer sufrir hambre a las personas civiles, para provocar su desplazamiento, o con cualquier otro propósito".
[continúa en el "spoiler"]
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Sería imposible enumerar aquí todas y cada una de las violaciones de derechos humanos y artículos de la Convención de Ginebra cometidas por los imperios británico y estadounidense. Basten como ejemplos el rociado de los cultivos vietnamitas con agente naranja para destruirlos y así matar de hambre a la población civil (y seguir horrorizándolos y matándolos durante décadas dado que aun hoy en día siguen naciendo niños con espeluznantes deformaciones debidas al agente naranja) o el brutal bloqueo económico que sufrió Irak desde 1990 a 2003 (sólo levantado a partir de la invasión de 2003: salir de Guatemala para meterse en Guatepeor), y que prohibió la importación de artículos necesarios para reconstruir las estaciones de depuración de aguas residuales, devastadas junto con otras infraestructuras durante los bombardeos, el cloro necesario para desinfectar el agua, así como elementos vitales para la supervivencia de la población civil como vacunas y leche en polvo. Se calcula que como consecuencia de estas acciones criminales murieron en torno a un millón de personas, medio millón de las cuales eran niños, debido a enfermedades evitables como el cólera o la gastroenteritis.
Estos son los "elevados" valores que los imperios británico y estadounidense, a través de su propaganda cinematográfica, pretenden hacer creer al resto del mundo que defienden.
El "americano", una vez llega a la base militar, le dice a un oficial superior que lo consiguió gracias al helicóptero de rescate. Lo que se le olvida decir es que cuando estaba vagando moribundo por la selva, los "incivilizados" habitantes de un poblado lo atendieron, le dieron de beber, de comer, lo limpiaron, lo vistieron y hasta le regalaron una barca para que siguiese su camino río abajo. Poco antes uno de los protagonistas había calificado esa región de "incivilizada". Por supuesto ellos se creen con el derecho inalienable de civilizarlos a base de métodos tan civilizados como aplastarlos mediante el poder militar, matarlos de hambre y violar a sus mujeres. Muy civilizado todo.
Estos son los "elevados" valores que los imperios británico y estadounidense, a través de su propaganda cinematográfica, pretenden hacer creer al resto del mundo que defienden.
El "americano", una vez llega a la base militar, le dice a un oficial superior que lo consiguió gracias al helicóptero de rescate. Lo que se le olvida decir es que cuando estaba vagando moribundo por la selva, los "incivilizados" habitantes de un poblado lo atendieron, le dieron de beber, de comer, lo limpiaron, lo vistieron y hasta le regalaron una barca para que siguiese su camino río abajo. Poco antes uno de los protagonistas había calificado esa región de "incivilizada". Por supuesto ellos se creen con el derecho inalienable de civilizarlos a base de métodos tan civilizados como aplastarlos mediante el poder militar, matarlos de hambre y violar a sus mujeres. Muy civilizado todo.

7.4
3,056
1
4 de abril de 2010
4 de abril de 2010
23 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película rodada en plena caza de brujas, durante la guerra fría en la que dos superpotencias se disputaban el control del mundo, disputa en la que salieron victoriosos finalmente los EE.UU.
Resulta triste tener que calificar esta película con un 1, pero más triste resulta el ver cómo sistemáticamente y desde hace décadas el cine y en general los medios de masas, son empleados como herramienta de control social y manipulación de masas en función de los intereses del poder establecido.
El cine debe ser un medio de expresión artística donde se cuenta una historia desde el particular punto de vista de su director. Por lo tanto siempre va a tener sesgos, ya que la película es realizada por personas, las cuales tienen sesgos cognitivos de forma inherente.
Pero esto no es una película. No está realizada con el afán de contar una historia humana, está realizada con el único afán de difundir propaganda ideológica. Eso, independientemente de las convicciones de cada uno, causa un profundo asco y rechazo. Cómo mediante los medios de masas se manipula la conciencia de millones de personas que ni siquiera se dan cuenta de que están jugando con sus mentes. Terrible.
Este tipo de propaganda está diseñada científicamente para tener el mayor impacto sobre la mente de las personas. Ahí entra de lleno la psicología social. Nótese cómo es elemento indispensable el combinar el elemento emocional para conseguir mayor éxito en la difusión de la propaganda. Al añadir una elevada carga emocional, la audiencia a la que va dirigida el mensaje, relaciona y fija de una forma indeleble el mensaje: comunista = ser malvado, abominable, despiadado, sin escrúpulos y asesino. En el spoiler digo a qué escena en particular me refiero, aunque el elemento emocional es omnipresente en toda la película, para provocar mayor impacto en la audiencia.
Esta técnica no por antigua es menos efectiva. Es de una efectividad total, y así es empleada masivamente y con rotundo éxito en la actualidad. Véase por ejemplo en la película de 2002 (los panfletos propagandísticos no son cosa exclusiva del pasado, existen multitud de ejemplos actuales), "Señales", en la que se emplea el mismo elemento emocional en la escena de la niñita a punto de morir y salvada gracias a la fe religiosa de su padre (Mel Gibson), enviando el mensaje: cristiano=bueno, no cristiano=malo, que es el único y exclusivo motivo y razón de ser de dicha película, propaganda ideológica.
Otro caso escandaloso de propaganda lo tenemos en la película "Camino a Santa Fe", de 1940, que no es otra cosa que un panfleto racista y antiabolicionista. Resulta aterrador cómo se puede hacer una película, ya en esa época, con un mensaje semejante. Es por eso que este tipo de películas es imposible valorarlas desde un punto de vista artístico, ya que el pestazo a propaganda ideológica que desprenden es tal que lo impregna absolutamente todo.
Resulta triste tener que calificar esta película con un 1, pero más triste resulta el ver cómo sistemáticamente y desde hace décadas el cine y en general los medios de masas, son empleados como herramienta de control social y manipulación de masas en función de los intereses del poder establecido.
El cine debe ser un medio de expresión artística donde se cuenta una historia desde el particular punto de vista de su director. Por lo tanto siempre va a tener sesgos, ya que la película es realizada por personas, las cuales tienen sesgos cognitivos de forma inherente.
Pero esto no es una película. No está realizada con el afán de contar una historia humana, está realizada con el único afán de difundir propaganda ideológica. Eso, independientemente de las convicciones de cada uno, causa un profundo asco y rechazo. Cómo mediante los medios de masas se manipula la conciencia de millones de personas que ni siquiera se dan cuenta de que están jugando con sus mentes. Terrible.
Este tipo de propaganda está diseñada científicamente para tener el mayor impacto sobre la mente de las personas. Ahí entra de lleno la psicología social. Nótese cómo es elemento indispensable el combinar el elemento emocional para conseguir mayor éxito en la difusión de la propaganda. Al añadir una elevada carga emocional, la audiencia a la que va dirigida el mensaje, relaciona y fija de una forma indeleble el mensaje: comunista = ser malvado, abominable, despiadado, sin escrúpulos y asesino. En el spoiler digo a qué escena en particular me refiero, aunque el elemento emocional es omnipresente en toda la película, para provocar mayor impacto en la audiencia.
Esta técnica no por antigua es menos efectiva. Es de una efectividad total, y así es empleada masivamente y con rotundo éxito en la actualidad. Véase por ejemplo en la película de 2002 (los panfletos propagandísticos no son cosa exclusiva del pasado, existen multitud de ejemplos actuales), "Señales", en la que se emplea el mismo elemento emocional en la escena de la niñita a punto de morir y salvada gracias a la fe religiosa de su padre (Mel Gibson), enviando el mensaje: cristiano=bueno, no cristiano=malo, que es el único y exclusivo motivo y razón de ser de dicha película, propaganda ideológica.
Otro caso escandaloso de propaganda lo tenemos en la película "Camino a Santa Fe", de 1940, que no es otra cosa que un panfleto racista y antiabolicionista. Resulta aterrador cómo se puede hacer una película, ya en esa época, con un mensaje semejante. Es por eso que este tipo de películas es imposible valorarlas desde un punto de vista artístico, ya que el pestazo a propaganda ideológica que desprenden es tal que lo impregna absolutamente todo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me refiero a la escena en que el rojo comunista desalmado asesino etc., asesina vilmente a Moe la confidente de la policía. Ella gimotea al ver que está a punto de morir, dice "ya no tendré un funeral de lujo", que era su mayor ilusión y para lo que intentaba ganar compulsivamente la mayor cantidad de dinero posible. También dice "estoy cansada", rindiéndose y tirando la toalla frente al inevitable final. Ante esto nos muestran a un comunista malísimo, indiferente al llanto de la pobre mujer, despiadado, un criminal voraz, sediento de sangre, que la asesina sin piedad de un tiro en la cabeza. Es decir, la carga emocional es tremenda: la pobre mujer indefensa, desvalida, etc., es asesinada a sangre fría por un despiadado criminal. El mensaje es claro: "comunista=malo, pero malísimo, es decir, malo hasta decir basta; son peligrosos y del todo indeseables, muerte a los comunistas". Ah, por cierto la mujer también dice instantes antes de morir: "Sólo sé una cosa sobre los comunistas: no me gustan". Demoledor.
La carga emotiva es fundamental: cuanto mayor sea la carga emotiva tanto más hondo cala el mensaje en el exiguo cerebro del rebaño que constituye la audiencia. En los años 50 eran los comunistas, hoy son otras cosas, otros objetivos, pero la estrategia y las técnicas empleadas son exactamente las mismas que hace décadas. Conviene tener esto presente si queremos analizar desde un punto de vista crítico lo que nos llega a través de los medios de comunicación de masas. En caso contrario no seremos otra cosa que un autómata más al servicio del sistema.
La carga emotiva es fundamental: cuanto mayor sea la carga emotiva tanto más hondo cala el mensaje en el exiguo cerebro del rebaño que constituye la audiencia. En los años 50 eran los comunistas, hoy son otras cosas, otros objetivos, pero la estrategia y las técnicas empleadas son exactamente las mismas que hace décadas. Conviene tener esto presente si queremos analizar desde un punto de vista crítico lo que nos llega a través de los medios de comunicación de masas. En caso contrario no seremos otra cosa que un autómata más al servicio del sistema.
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