Nunca antes en la gran pantalla se había deslumbrado tanto con tan pocos colores.

El negro, pues ésta película nos muestra la cara más violenta de una ciudad y de la oscuridad que encierra las almas y mentes de sus perversos protagonistas. Del blanco, pues toda buena historia necesita de héroes que originen el conflicto con los que desean imponer su ley y por último el rojo. El rojo que nos indica que las escenas que estamos visualizando no son aptas para mentes sensibles.

Quién haya leído el cómic de Frank Miller habrá notado que la única diferencia entre éste y la película es la forma de pasar las páginas que en éste último caso se hace de forma automática y que las voces no surgen de tu interior sino de los altavoces. Para muchos ésto les parecerá una "pega" pero para mi parecer y experiencia personal, si algo es perfecto o funciona, mejor no tocarlo. Cada situación y personaje está tan bien definido que se han tomado el lujo de narrar 3 en un solo film, enganchando al espectador de principio a fin sin que exista la más mínima confusión. Los pensamientos internos de los protagonistas nos ayudan a comprender perfectamente el porqué de cada uno de sus violentos actos, aportando lógica a historias prácticamente inverosímiles para la mente de una persona cuerda.

El tema de la película es algo arriesgado, puesto que no es apto para todos los públicos. Realmente hay que reconocer que para saborearla uno tiene que sentirse cómodo con la violencia y la locura, pues muchos de los actos que se narran solo pueden provenir de una mente algo enfermiza.