La vi por casualidad con mi hijo de 9 años y vaya preciosidad de película. La técnica y el diseño de personajes es brutal, pero la historia es una maravilla, llena de emoción, valores... Ojalá más películas así, es un pequeño tesoro que ha sido un placer descubrir con mi hijo. Qué potencial tiene la animación bien hecha para contar todo tipo de historias.

Es de agradecer que se hagan series así de originales, con giros que ni te esperas, entretenidas, que te provoquen emociones que no sabes bien cómo clasificar. A medio camino entre géneros está Bronca. Cuando empieza no saber bien por dónde cogerla y a media que avanza, más te sorprende y te interesa.

La edición ayuda al trasladarse a las vidas de sus protagonistas. Con dos detalles ya entiende perfectamente su contexto y origen. El guion está muy bien hilado para que funcione con ese fluir entre géneros. La música, otra buena elección que realmente construye. Y los actores son maravillosos, desde los protas hasta la brigada de secundarios.

Es una serie diferente para los más aventurados, con el sello de a24, se ve del tirón y te deja ganas de más.

Es una peli maravillosa para adolescentes pero tengo que decir que la disfruté muchísimo, porque ojalá cuando era pequeña hubiera habido películas así. No solo porque son divertidas e inteligentes, que tratan con respecto al público que son chavales, sino porque la heroína es una chica que no sufre los defectos de muchos personajes femeninos que hemos tenido que tragarnos desde el principio de los tiempos.

La producción es tremenda, el diseño espectacular, el CGI resultón. El retrato del Londres victoriano es muy atractivo, sólo por eso apetece verla.

Los actores están fenomenal, todo fluye y apenas hay momentos sin acción. Te quedas con ganas de más, porque entra como un tiro la película.

Me ha recordado a El secreto de la Pirámide, una película de un joven Sherlock Holmes que fue una joya de los 80 que no tuvo continuidad, tristemente.

Se vé que ya han bajado los brazos con Sean Gunn y lo han dejado hacer lo que le ha dado la gana, porque hay que rendirse a la evidencia: cuando lo dejan por su cuenta, todo le sale bien.

Esta despedida de Marvel y de la saga de Guardianes es una sucesión de buenas decisiones en guion, producción, ritmo, música, dirección, CGI. Haber metido troma a tope le da un tono orgánico, imperfecto, sucio, auténtico que te hace conectar enseguida incluso con algunos personajes nuevos. Incluso hay momentos que parece inspirados por Muchachada Nui, así es el nivel de locurón.

Es larga pero va todo tan picadito que no se te hace incómoda la butaca del cine. El guion está bien encajadito. Y el mensaje es precioso, alguna lagrimita se puede escapar. Una vez acabada la saga, hay que destacar también el buen ojo para el casting, porque le tienen tomada la medida al tono a la perfección, en especial Chris Pratt, que parece haber nacido para ese papel. Incluso el malo es uno de los mejores malos de Marvel, que siempre adolece de malos creíbles y consistentes.

En definitiva, un cierre de lujo para una saga icónica de Marvel.

Es una rareza de serie, porque enlaza dos mundos distintos: una época en la que no había plataformas, las serie obedecían dictados de audiencias de tele, sus códigos todavía eran muy rígidos, y la época que conocemos ahora de plataformas, series nicho y mayor libertad a la hora de elegir historias que contar y cómo contarlas.

Esta serie es heredera de mucha televisión, muchas referencias. Y a su vez, abre la puerta para otras muchas series que se han pensado y desarrollado gracias a que Freaks and Geeks existió y se hizo con todo el respeto, sutileza y cariño con los que está hecha.

Los temas que selecciona la serie, la manera en que los aborda hace que sea mucho más que una serie de instituto. Es una referencia que va mucho más allá de lo intergeneracional, porque está escrita con una voluntad de universalidad complicada de conseguir sin caer en lugares comunes o alejarse de lo que afecta a cualquier espectador.

Sólo hay que mirar a los créditos para ver dónde han llegado sus creadores, guionistas y actores. Pero su influencia va mucho más allá.