Si bien su estética, las acrobacias y las canciones no fallan, es el enfoque de la película lo que no permite quedar completamente satisfecho con el producto final. El personaje principal puede que conforme avanza la trama se vuelva indispensable, pero es la mínima ampliación de la historia de él lo que hace que se pierda el interés en sus motivaciones incluso para los momentos decisivos.

Dougherty logró plasmar correctamente que es lo que atrae a los fanáticos al género y luego hacer que la película funcione. "Godzilla: El rey de los monstruos" no le interesa ser pretenciosa con su construcción de historia; simplemente quiere una mezcla de mitología, espectáculo y discurso social que es la verdadera finalidad de esta clase de películas.

La mejor parte de su historia es que nunca se sale del hecho que su perspectiva para todas las situaciones, ya que son vistas por un niño de 14 años. La inocencia, la poca visión de las consecuencias y las ganas de vivir, están planteadas de manera inteligente y sencilla.

Para el DCEU, que no se molestó en establecer franquicias sólidas primero antes de forzar a presentar la Liga de la Justicia; es un respiro y una gran adición  al concepto de "Wonder Woman" y "Aquaman" sin pretender ser igual. Shazam, ahora es una prueba que probablemente han entendido sus personajes y ahora saben en qué dirección deben seguir. 

El mensaje de "El Rey León" se siente más urgente ahora que hace 25 años, dada la crisis climática y el discurso de Mufasa en que "un verdadero rey debe buscar lo que puede dar", y se puede argumentar que esta versión presenta a nuevos espectadores esta historia clásica.

Así que, a medida que la cultura de los remakes avanza solo podremos esperar una imitación de algo que ya era bueno para empezar y con un mayor presupuesto, pero eso no le quitará seguir manteniendo la mayor probabilidad de no acertar en obtener el mismo o mejor resultado.

Aunque es limitada en cuanto a las propuestas visuales, es apta para todos, con un humor nada forzado y que evita perder su contundente mensaje. Si bien está basado en eventos reales (aunque modificados para hacerlos más cinematográficos), Green Book evita la santidad al presentar esta historia, sin embargo sigue siendo muy familiar, y evoca a borrar los límites de la raza, la orientación sexual o la clase social.