Cada vez que veo esta película pienso fríamente, esta vez no me va a emocionar, esta vez ya me la sé de memoria y no voy a sentir lo mismo que aquella noche de viernes cuando con 12 años vi esta maravilla.
Cada vez que veo Love Story pienso que no va a suceder, que no va a entrarme por la garganta ese nudo que lleva un mar de lágrimas, esperando desbordarse sin cesar.
Cada vez que la veo pienso, esta vez no, esta vez me defraudará y entonces veo a Ali McGraw con esa soltura con la que se desenvuelve en la película, veo a Ryan O'Neal que ya no ha vuelto a estar mejor en ninguna otra. Escucho esa maravilla de melodía y me convenzo de que por muchas veces que vea Love Story siempre acabaré irremisiblemente con lágrimas en los ojos.

Garci ha hecho lo que nadie en este país, en el año del centenario del nacimiento de Miguel Mihura no ha habido ni un solo homenaje conocido a este genio de la escena española.
Es fácil atacar a Garci sobre todo por parte del "pseudo" crítico M. Torreiro de El País, ya que no le baila el agua, y digo que es fácil atacarle porque los críticos de Garci os habéis aprendido unas cuantas frases que repetís hasta la saciedad: que si es melancólico, que si es ñoño, que si es lento pero nunca entrais a profundizar su cine, un cine que no necesita escenas acrobáticas en una cama, no necesita freakies purulando por la pantalla y tampoco necesita de esa nueva moda instalada en el cine actual que es coger la cámara y moverla hasta marearnos ( a eso le llaman ahora hallazgo cinematográfico) en fin una vergüenza las críticas preestablecidas a Garci, qué moderno es criticarle, qué progre ¿verdad? Lamentable y dicho todo esto, Ninette es una película muy correcta y con una apariencia teatral muy conseguida,

En tono de comedia vemos lo absurdo que es que durante nueve meses te vistan con ropa militar, te enseñen a disparar, te digan lo que puedes o no hacer, lo que puedes o no comer, te anulen como persona y todo en pos de una supuesta defensa de la patria??? Ahora es fácil reirse de esta situación, ahora puede parecer absurdo todo lo que ocurre en la película pero en aquel momento no lo era, ésta no es una obra maestra pero sí es una película con momentos muy emotivos. Giménez Rico consigue emocionar como ya hizo en El disputado voto del Señor Cayo. Una película sin muchas pretensiones que es entretenida, a ratos te arranca una sonrisa y sobre todo es una denuncia sin intentar ser panfletaria.