"La gente rica es ingenua. Sin resentimientos. Sin pliegues en ellos. Todo queda planchado. El dinero es una plancha. Todos esos pliegues son alisados".

Sin duda estamos ante una de las mejores películas del 2019. Retrato vivo de nuestra sociedad de consumo y sus barreras entre ricos y pobres, todas ellas puestas en pantalla para que el espectador tome trinchera. Porque no es fácil encontrar al "villano" en el film, todos los personajes se mueven por apatía y ambición; lo que sin duda identificará al espectador por uno y otro bando.

Cuando el problema lo creíamos resuelto, el director da un giro a la trama fulminando la balsa de aceite en la que navegábamos. Las palomitas se agrían y quedamos hecho masilla en las manos de Bong Joon-ho, que con gran maestría, deja de lado los eufemismos adentrándonos en el lado salvaje del ser humano. Olores, gustos, tragedia y rabia al servicio del espectador.

Fundido a negro y la duda: ¿Quien es realmente el villano? La respuesta dependerá de la óptica de la audiencia, sus olores y empatía hacía uno u otro bando. Y con la curiosidad de que la trama hubiese calzado a la perfección en cualquier lugar de occidente.

“Quienes creen que el dinero lo hace todo, terminan haciendo todo por dinero”. Voltaire.