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4
16 de diciembre de 2012
16 de diciembre de 2012
59 de 83 usuarios han encontrado esta crítica útil
Toda crítica, reseña, ensayo o texto escrito comienza, inevitablemente, con una palabra, una frase o una oración.
“En un agujero en el suelo, vivía un hobbit.” Esta sería la oración que Tolkien escogería para desatar una de sus obras más famosas.
La oración que inicia mi crítica es, oficialmente, “En una butaca en el cine, había un espectador”. La palabra espectador deriva de la palabra latina "Expectatum" y comparte raíces con expectación, expectante, expectativas... Creo que ahora ya empiezan a intuir hacia donde me dirijo.
En una butaca en el cine, había un espectador.
Este espectador esperaba expectante. Esperaba regresar, una vez más, a la Tierra Media, ese paraíso que sólo la imaginación conoce, porque es únicamente la imaginación quien lo puede crear, recrear y, posteriorme, habitar. Un paraíso cuya puerta siempre se encuentra abierta a través del libro pero de la cuál sólo Peter Jackson tiene la llave a través de la pantalla. Y hasta aquí las introducciones pseudopedantes y prosaicas.
Todos hemos advertido lo que ocurre con las cuartas películas, sucesoras de trilogías anteriores. Entre los ejemplos más destacables se encontrarían la mediocre Amenaza Fantasma, de George Lucas “el oportunista” o La blasfemante Jungla de Cristal 4 de Len Wiseman “el profanador”.
Peter Jackson ya tenía su trilogía, una trilogía que, salvo algunos detalles, resultaba impecable. Ahora sólo tenía que hacer con ella lo que Steven Spilberg “el sodomita” hizo ya en su día con Indiana Jones cuando rodó el Reino de la Calavera de Cristal.
Y aquí empieza el despropósito. De discursos y diálogos épicos (porque recuerden que Peter Jackson inventó o reinventó precisamente el género ÉPICO), personajes soberbios, batallas legendarias y momentos gloriosos hemos pasado a una cofradía de enanos (cancioncitas incluidas) con Martin Freeman en el papel de blancanieves. Esta coproducción Disney-Pixar-Nadie (encargándose los primeros de las putas canciones, los segundos de la imagen y los terceros del guión) despierta de nuevo al Dragón dormido que son las trilogías de éxito. De hecho, la propia película es una metáfora en si misma. El dragón dormido (personaje de esta película, inspirado inconfundiblemente en Emilio Botín, “el usurero”) representa a las trilogías que son despertadas por la sed de oro.
“En un agujero en el suelo, vivía un hobbit.” Esta sería la oración que Tolkien escogería para desatar una de sus obras más famosas.
La oración que inicia mi crítica es, oficialmente, “En una butaca en el cine, había un espectador”. La palabra espectador deriva de la palabra latina "Expectatum" y comparte raíces con expectación, expectante, expectativas... Creo que ahora ya empiezan a intuir hacia donde me dirijo.
En una butaca en el cine, había un espectador.
Este espectador esperaba expectante. Esperaba regresar, una vez más, a la Tierra Media, ese paraíso que sólo la imaginación conoce, porque es únicamente la imaginación quien lo puede crear, recrear y, posteriorme, habitar. Un paraíso cuya puerta siempre se encuentra abierta a través del libro pero de la cuál sólo Peter Jackson tiene la llave a través de la pantalla. Y hasta aquí las introducciones pseudopedantes y prosaicas.
Todos hemos advertido lo que ocurre con las cuartas películas, sucesoras de trilogías anteriores. Entre los ejemplos más destacables se encontrarían la mediocre Amenaza Fantasma, de George Lucas “el oportunista” o La blasfemante Jungla de Cristal 4 de Len Wiseman “el profanador”.
Peter Jackson ya tenía su trilogía, una trilogía que, salvo algunos detalles, resultaba impecable. Ahora sólo tenía que hacer con ella lo que Steven Spilberg “el sodomita” hizo ya en su día con Indiana Jones cuando rodó el Reino de la Calavera de Cristal.
Y aquí empieza el despropósito. De discursos y diálogos épicos (porque recuerden que Peter Jackson inventó o reinventó precisamente el género ÉPICO), personajes soberbios, batallas legendarias y momentos gloriosos hemos pasado a una cofradía de enanos (cancioncitas incluidas) con Martin Freeman en el papel de blancanieves. Esta coproducción Disney-Pixar-Nadie (encargándose los primeros de las putas canciones, los segundos de la imagen y los terceros del guión) despierta de nuevo al Dragón dormido que son las trilogías de éxito. De hecho, la propia película es una metáfora en si misma. El dragón dormido (personaje de esta película, inspirado inconfundiblemente en Emilio Botín, “el usurero”) representa a las trilogías que son despertadas por la sed de oro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película es una sucesión de incoherencias que saltan de canciones entonadas por enanos al ritmo de platos y teteras a una barbacoa de trolls de la cuál los protagonistas consiguen escapar gracias a la ayuda de Gandalf “el arbitrario”, personaje que según le sale de los cojones puede ser omnipotente o irrelevante. Eso, o su barra de maná tarda en regenerarse la hostia.
Para cuando aparece el personaje de Radagast, caricaturizado como mago hippie-ecologista reavivando a un porcoespín a golpe de psicotrópicos y deslizándose por Nueva Zelanda en un trineo tirado por conejos, es mejor haberse acabado el cono de palomitas porque necesitarás algo dónde vomitar.
La persecución por la cueva de los trasgos culminada con la muerte del gran jefe trasgo y los dos gags siguientes es para lanzar el cono contra la pantalla.
La persecución de los orcos bosque a través consumada con la escena en la que los enanos trepan a los árboles seguida de árbol contra árbol contra árbol seguida de Gandalf “el arbitrario” convirtiendo una mariposa en 12 águilas seguida de los árboles desprendiéndose precipicio abajo mientras las águilas recogen a los enanos en el aire entre acrobacias aéreas y piruetas... eso es para repetir lo del estreno de la última de Batman en Denver.
Peter Jackson "el apóstata" abandona la fantasía y lo fantástico por lo fantasioso. Mientras una parte de ti se asfixia hasta la extenuación ante esta vorágine delirante de imágenes, planos y juegos ópticos, la otra se preguntará con indiferencia dónde coño está "lo que falta". Y lo que falta es mucho. Desde una trama más coherente a unos personajes mejor definidos, por no hablar de la ausencia de frases o diálogos memorables. NADA.
Si me preguntáis si veré las dos siguientes responderé que sí. Si me preguntais si albergo esperanza alguna, admitiré que sí, aunque muy, muy poca. Si me preguntais si recomiendo este montón de mierda diré que no.
Para cuando aparece el personaje de Radagast, caricaturizado como mago hippie-ecologista reavivando a un porcoespín a golpe de psicotrópicos y deslizándose por Nueva Zelanda en un trineo tirado por conejos, es mejor haberse acabado el cono de palomitas porque necesitarás algo dónde vomitar.
La persecución por la cueva de los trasgos culminada con la muerte del gran jefe trasgo y los dos gags siguientes es para lanzar el cono contra la pantalla.
La persecución de los orcos bosque a través consumada con la escena en la que los enanos trepan a los árboles seguida de árbol contra árbol contra árbol seguida de Gandalf “el arbitrario” convirtiendo una mariposa en 12 águilas seguida de los árboles desprendiéndose precipicio abajo mientras las águilas recogen a los enanos en el aire entre acrobacias aéreas y piruetas... eso es para repetir lo del estreno de la última de Batman en Denver.
Peter Jackson "el apóstata" abandona la fantasía y lo fantástico por lo fantasioso. Mientras una parte de ti se asfixia hasta la extenuación ante esta vorágine delirante de imágenes, planos y juegos ópticos, la otra se preguntará con indiferencia dónde coño está "lo que falta". Y lo que falta es mucho. Desde una trama más coherente a unos personajes mejor definidos, por no hablar de la ausencia de frases o diálogos memorables. NADA.
Si me preguntáis si veré las dos siguientes responderé que sí. Si me preguntais si albergo esperanza alguna, admitiré que sí, aunque muy, muy poca. Si me preguntais si recomiendo este montón de mierda diré que no.

8.1
10,674
5
13 de febrero de 2013
13 de febrero de 2013
25 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
El otro día me ví, junto con un grandísimo amigo mío, también miembro de esta página esta película. (Su nombre es "abraham_lbc" y ha redactado a su vez su propia crítica, en caso de que gusteis echarle un vistazo).
Debo advertir, antes de que todos os lanceis precipitadamente a juzgar nuestro criterio debido a la nota que ambos le hemos otorgado a esta película, que un rápido vistazo a nuestra lista de votaciones os revelará que no somos ni rookies ni no-iniciados en el cine clásico en blanco y negro o anterior a los 60. Dicho esto:
Hitchcock solía decir que el "suspense" (entiéndase también como tensión, intriga, incertidumbre, angustia...) podía definirse como: "Imagínese a un hombre sentado en el sofá favorito de su casa. Debajo tiene una bomba a punto de estallar. Él lo ignora, pero el público lo sabe".
Ahora si cambiamos el sofá por un camión, la bomba por nitroglicerina y el hecho de que los personajes SI lo saben, obtenemos "El Salario del Miedo". Claro que Hitchcock se refería a una sóla escena. Aquí la idea es algo diferente. Como resulta que el taquígrafo de la International Affiliates era amigo de un amigo de un... aquí está la conversación que se produjo en el despacho de uno de los productores:
Guionista: idea BRUTAL para una peli. Un camión con cien kilos de nitroglicerina por una carretera.
Productor: Te escucho. ¿Qué más?
Guionista: ehmm ....DOS camiones con QUINIENTOS kilos de nitroglicerina por una carretera DE MIERDA.
Productor: ¿nada más?
Guionista: metemos 40 minutos de relleno al principio sin cohesión ni solidez con el resto del guión y cuatro planos con la mujer del que lo dirija y fuera.
Productor: Valiendo.
Ahora bien, nota adicional:
¿Y el suspense? Sólo hay una escena con cierto ritmo. Entendemos que el grueso de la película es el viaje. Partiendo de la base de que toda esa historia del viaje, del modo en que está contada no da para una película (REPITO, DEL MODO EN QUE ESTÁ CONTADA), nos deja con un tedioso inicio, incluido con calzador para presentarnos a los personajes (40 minutos de presentación Clouzot, tu puta madr...) y un final tan ridículo como prescindible.
Como dice Abraham, menudo ejercicio de cine. Igual por eso acabe sudando. Igual no la entendemos porque no estamos al nivel. Para la próxima le quito peso a la barra, a ver si así la entiendo y me evito de paso las agujetas.
Buenas noches.
Debo advertir, antes de que todos os lanceis precipitadamente a juzgar nuestro criterio debido a la nota que ambos le hemos otorgado a esta película, que un rápido vistazo a nuestra lista de votaciones os revelará que no somos ni rookies ni no-iniciados en el cine clásico en blanco y negro o anterior a los 60. Dicho esto:
Hitchcock solía decir que el "suspense" (entiéndase también como tensión, intriga, incertidumbre, angustia...) podía definirse como: "Imagínese a un hombre sentado en el sofá favorito de su casa. Debajo tiene una bomba a punto de estallar. Él lo ignora, pero el público lo sabe".
Ahora si cambiamos el sofá por un camión, la bomba por nitroglicerina y el hecho de que los personajes SI lo saben, obtenemos "El Salario del Miedo". Claro que Hitchcock se refería a una sóla escena. Aquí la idea es algo diferente. Como resulta que el taquígrafo de la International Affiliates era amigo de un amigo de un... aquí está la conversación que se produjo en el despacho de uno de los productores:
Guionista: idea BRUTAL para una peli. Un camión con cien kilos de nitroglicerina por una carretera.
Productor: Te escucho. ¿Qué más?
Guionista: ehmm ....DOS camiones con QUINIENTOS kilos de nitroglicerina por una carretera DE MIERDA.
Productor: ¿nada más?
Guionista: metemos 40 minutos de relleno al principio sin cohesión ni solidez con el resto del guión y cuatro planos con la mujer del que lo dirija y fuera.
Productor: Valiendo.
Ahora bien, nota adicional:
¿Y el suspense? Sólo hay una escena con cierto ritmo. Entendemos que el grueso de la película es el viaje. Partiendo de la base de que toda esa historia del viaje, del modo en que está contada no da para una película (REPITO, DEL MODO EN QUE ESTÁ CONTADA), nos deja con un tedioso inicio, incluido con calzador para presentarnos a los personajes (40 minutos de presentación Clouzot, tu puta madr...) y un final tan ridículo como prescindible.
Como dice Abraham, menudo ejercicio de cine. Igual por eso acabe sudando. Igual no la entendemos porque no estamos al nivel. Para la próxima le quito peso a la barra, a ver si así la entiendo y me evito de paso las agujetas.
Buenas noches.

6.1
95,411
5
29 de enero de 2012
29 de enero de 2012
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ambición de todo actor debería ser realizar una interpretación de 10, sin embargo, en el caso de Nicolas Cage y John Travolta su única aspiración posible debería limitarse a procurar no sacar menos de un cinco (entre los dos).
Lo único acertado del guión es el intercalado de escenas entre ambos actores, procurando que apenas coincidan juntos, facilitando así la dosificación de tu odio, y deteniendo regularmente tu sensación de naúsea. Esta debe ser una de las pocas películas que sin ser comedia romántica te hace odiar no a uno de los dos, si no a LOS DOS actores principales. Pero la culpa es de este imbécil que os escribe, por haberse esperado algo de un director cuyo apellido es la más clara onomatopeya del abucheo.
Esta película no se presta a una crítica más extensa, así que me gustaría abandonaros ofreciéndole a los amantes de Nicolas Cage una última reflexión: (ver spoiler).
Lo único acertado del guión es el intercalado de escenas entre ambos actores, procurando que apenas coincidan juntos, facilitando así la dosificación de tu odio, y deteniendo regularmente tu sensación de naúsea. Esta debe ser una de las pocas películas que sin ser comedia romántica te hace odiar no a uno de los dos, si no a LOS DOS actores principales. Pero la culpa es de este imbécil que os escribe, por haberse esperado algo de un director cuyo apellido es la más clara onomatopeya del abucheo.
Esta película no se presta a una crítica más extensa, así que me gustaría abandonaros ofreciéndole a los amantes de Nicolas Cage una última reflexión: (ver spoiler).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Qué jodido tiene que ser que a los 20 minutos de película el director decida que intercambies tu papel con John Travolta.
Documental

--
Documental, Intervenciones de: Doug E. Fresh, Diana 'Princess' Lemon, Christopher 'Cannon' Mapp, Louis Martinez ...
6
1 de marzo de 2012
1 de marzo de 2012
Sé el primero en valorar esta crítica
El único motivo que me impulsa a escribir esta crítica es la ausencia de cualquier otra, y la redacto más como contribución informativa para todo aquel que vacile ante la decisión de ver este documental, para que disponga de algún dato que le permita sopesar si podría llegar a interesarle, que inspirado por el producto en sí.
The hip hop project es un documental ordinario, compuesto estrictamente a partir de material no ficticio, que nos muestra la evolución y desarrollo tanto artístico como personal de varios jóvenes procedentes de barrios desfavorecidos de Nueva York gracias a un programa social llamado "Art Start" iniciado y dirigido por un rapero-mentor que dice haberse reinsertado en la sociedad gracias a su música, y quiere compartir su experiencia ayudando a un pequeño grupo de jóvenes que sufren las consecuencias de una vida familiar desestructurada, y motivarles, primero personalmente, y luego artísticamente a reformar su vida, utilizando el rap como elemento catalizador y detonante, pero no único ni necesariamente prioritario.
Durante la hora y veinte de documental se entrelazan dos puntos; la creación y el progreso del disco de rap en que trabajan, interesante si eres una persona afín a este tipo de música, y la "transformación" individual de cada uno de los protagonistas del documental, resultando ésto menos interesante (aunque necesario para consolidar el eje central en torno al que gira este archivo), ya que existen documentales indeciblemente mejores que aborden este mismo tema.
La estructura del documental no es demasiado sólida, y el tema que trata lo refleja sin apenas profundizar, ni en la creación del álbum, ni en el crecimiento individual de los chicos. Es una especie de salpicón de imágenes y narrativa mediante las cuales nos podemos imaginar "más o menos" como se ha desarrollado todo el proceso, pero es demasiado unilateral y pobre en contenido como documental de hip-hop y demasiado simplón y superficial como documental social, no obstante, un fuerte punto juega a su favor, y es lo honesto y correcto que resulta. Nos muestra todo de forma muy natural y cercana.
Las apariciones de Bruce Willis y Russell Simmons se limitan a escasos segundos (Queen Latifah creo que ni aparece), y ninguno juega un papel esencial en esto más que la mera producción económica para su realización.
Como curiosidad, el 100% del dinero recaudado gracias a este documental fue donado para la financiación de programas de reinserción social similares al descrito en el mismo.
Sólo lo recomendaría a personas que pudiesen estar interesadas en material visual relacionado con el rap,y aún así podría considerarse prescindible.
The hip hop project es un documental ordinario, compuesto estrictamente a partir de material no ficticio, que nos muestra la evolución y desarrollo tanto artístico como personal de varios jóvenes procedentes de barrios desfavorecidos de Nueva York gracias a un programa social llamado "Art Start" iniciado y dirigido por un rapero-mentor que dice haberse reinsertado en la sociedad gracias a su música, y quiere compartir su experiencia ayudando a un pequeño grupo de jóvenes que sufren las consecuencias de una vida familiar desestructurada, y motivarles, primero personalmente, y luego artísticamente a reformar su vida, utilizando el rap como elemento catalizador y detonante, pero no único ni necesariamente prioritario.
Durante la hora y veinte de documental se entrelazan dos puntos; la creación y el progreso del disco de rap en que trabajan, interesante si eres una persona afín a este tipo de música, y la "transformación" individual de cada uno de los protagonistas del documental, resultando ésto menos interesante (aunque necesario para consolidar el eje central en torno al que gira este archivo), ya que existen documentales indeciblemente mejores que aborden este mismo tema.
La estructura del documental no es demasiado sólida, y el tema que trata lo refleja sin apenas profundizar, ni en la creación del álbum, ni en el crecimiento individual de los chicos. Es una especie de salpicón de imágenes y narrativa mediante las cuales nos podemos imaginar "más o menos" como se ha desarrollado todo el proceso, pero es demasiado unilateral y pobre en contenido como documental de hip-hop y demasiado simplón y superficial como documental social, no obstante, un fuerte punto juega a su favor, y es lo honesto y correcto que resulta. Nos muestra todo de forma muy natural y cercana.
Las apariciones de Bruce Willis y Russell Simmons se limitan a escasos segundos (Queen Latifah creo que ni aparece), y ninguno juega un papel esencial en esto más que la mera producción económica para su realización.
Como curiosidad, el 100% del dinero recaudado gracias a este documental fue donado para la financiación de programas de reinserción social similares al descrito en el mismo.
Sólo lo recomendaría a personas que pudiesen estar interesadas en material visual relacionado con el rap,y aún así podría considerarse prescindible.
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