La he visualizado varias veces en distintas etapas de mi vida y en cada una de ellas de una manera diferente (siendo soltero, casado, padre, etc...) me he emocionado siempre y siempre me ha llenado el corazón de ternura y de admiración.
Preciosa la secuencia de Guido y Nora penetrando de noche en el jardín enamorados y, a la siguiente escena, envuelto en la magistral partitura de Nicola Piovani, aparece Josué, el fruto de su amor.
BUENOS DÍAS PRINCESA!!!
MI más sincero agradecimiento a sus creadores e intérpretres por esta obra de arte atemporal. C. Sánchez