El clásico animado de Disney, "Blancanieves y los siete enanitos" (1937), creo que es una obra maestra atemporal. A casi 90 años de su estreno, me sigue sorprendiendo por su proeza artística y visual. Sin embargo, al ver la nueva versión de acción real de "Blancanieves" (2025), en lugar de evocar el legado del original, mi mente viajó a otra adaptación: "Blancanieves y la leyenda del cazador" (2012), la cual, sin ser una maravilla, resulta ser una experiencia mucho más satisfactoria que esta nueva entrega de Disney.

La película de 2012, protagonizada por Charlize Theron, Kristen Stewart y Chris Hemsworth, optó por una visión más oscura y sin canciones. A pesar de no haber recibido el favor unánime de la crítica ni del público (como se puede reflejar en los comentarios de esta página), al menos lucía visualmente bastante bien y consiguió una nominación al Oscar a mejores efectos visuales. Lo que más entristece de la comparación con la nueva "Blancanieves" es que evidencia el declive del cine comercial actual, sobre todo en el apartado visual. En 2012, con un presupuesto de 145 millones de dólares, lograron una estética cuidada y atractiva; en cambio, en 2025, Disney ha gastado más de 200 millones para entregarnos un producto visualmente artificial, saturado de CGI y carente de autenticidad.

Uno de los mayores defectos de "Blancanieves" (2025), aparte de Gal Gadot como villana, es el abuso del fondo verde. No es solo el polémico diseño de los enanos lo que desentona, sino todos los escenarios, que parecen sacados de un videojuego de presupuesto moderado. Esto plantea una pregunta inevitable: ¿valía la pena gastar esa cifra exorbitante para rodar en un entorno tan irreal y poco creíble?

En términos narrativos, la película tampoco aporta grandes innovaciones respecto a la versión animada. Sinceramente, es preferible revisitar una y otra vez el clásico de 1937 o incluso la adaptación de Universal, que al menos es más entretenida y no supone un esfuerzo visual tan frustrante.

Entre los aspectos positivos, cabe destacar a Rachel Zegler. Su interpretación se percibe entregada y, aunque la versión doblada desmerece su actuación debido a problemas de sincronización labial, su talento vocal es innegable, como ya demostró en "West Side Story" (2021). En el otro extremo, Gal Gadot resulta una decepción. Su falta de carisma como villana es evidente, probablemente porque está demasiado encasillada en papeles de heroína. Su actuación se ve aún más perjudicada por una escena musical en la que exagera sus expresiones de manera casi caricaturesca, generando más vergüenza ajena que temor.

En definitiva, si decides ver "Blancanieves" (2025), es posible que al terminar te sientas tentado a darle otra oportunidad a la versión de 2012 y termines valorándola más de lo que imaginabas. Al final, este remake de Disney deja una sensación clara: si esto era lo mejor que podían hacer, tal vez era mejor no hacer nada.

Como seguramente la mayoría tenía las expectativas bajas para esta nueva producción de Marvel, por eso me sorprendió en ciertos momentos ya que me pareció simpática y incluso llegue a pasármelo bien. Pero una película no son solo 4 momentos buenos, aunque en tu memoria solo te quedes con eso, sino que debe tener una historia coherente (dentro del universo que nos habla) de principio a fin. Este no es el caso ya el guion acaba siendo un desastre, parece echo con prisas (los reshoots no han ayudado) y la parte final está llena de despropósitos. Es una lástima porque no empieza mal, y sin haber visto Mrs. Marvel, he de decir que me gustó el personaje de Kamala Khan aunque no tanto su familia.

En conclusión, puede gustar a los menos exigentes y solo quieran pasárselo bien, de hecho yo la hubiera aprobado si no fuera por la batalla final y sobre todo por una escena que te descoloca del resto de la película. Pero debemos ser más exigentes con las tramas y con los villanos, sino darán la razón a los que creen que se hacen este tipo de películas para contentar a todo el mundo.

Es una cosa que pienso muchas veces, y más si la película es española: ¿pensarán sus creadores o los actores al terminarla “joder, pues ha quedado bien”? Y luego, con los años, ¿se la volverán a poner y dirán “hicimos un buen trabajo”?
Creo que Tierra de nadie, de Albert Pintó, sería un buen ejemplo de eso. No es una película perfecta —ni lo pretende ser—. Tiene algún cambio de tono un poco brusco, la historia es sencilla y la hemos visto muchas veces. Pero tiene algo que muchas otras no tienen: una buena construcción de personajes.

Los tres protagonistas, con un Luis Zahera en el centro de todo, están muy bien trabajados y se complementan con naturalidad. Si nos ponemos quisquillosos, el personaje de Karra Elejalde es quizás el que queda más cojo, pero aun así funciona y convence. La película se sostiene sobre ellos y eso le da alma, aunque no innove especialmente en la trama.

No pasará a la historia como una de las grandes del cine español, pero sí merece una oportunidad de visionado. Estoy convencido de que si entras con expectativas bajas (o ninguna), es bastante probable que te acabe gustando. Porque al final, lo que buscamos en una película es que nos entretenga, que haya tensión, y que el final nos deje un buen sabor de boca.
Y eso es exactamente lo que consigue Tierra de nadie.