Película que en algunas escenas combina el horror del maltrato animal con la ternura, la ley de la naturaleza: la vida y la muerte. De las muchas versiones realizadas de este libro, está parece la versión realizada por Tarantino.

En la actualidad el gobierno colombiano, en su afán por quedar bien ante las autoridades internacionales que vigilan y protegen a los menores de edad, para que no le sean vulnerados sus derechos, y si es el caso, restablecer esos derechos fundamentales no solo para la niñez, sino para la sociedad en general. Se ha creado un programa de Madres Comunitarias, las cuales, en teoría, se encargan de brindar afecto, protección, educación, salud y en general vigilar que le sean reintegrados los derechos fundamentales a los niños y adolescentes. Este programa, en la actualidad, no cuenta con un buen filtro en la selección del personal que se encarga de restituir los derechos vulnerados. El Chico, debería ser una película obligatoria para todo aquel que se encargue de atender niñez en estado de vulneración, ya sean trabajadores sociales, psicólogos, o defensores de familia, de las enseñanzas de Charlot, se podría sensibilizar a aquellos profesionales que trabajan con niños y adolescentes.

Interesante película con una trama en algunas escenas predecible, y con un final alejado de Hollywood. Es de esas películas que al principio parecen monótonas y aburridas, pero que al pasar va tomando fuerza tornándose interesante, en algunos espectadores puede generar esa extraña pero apasionante motivación para que el villano salga victorioso.

Para quiénes hemos leído y disfrutado del libro de Fitzgerald, sorprende la forma en la que ha sido llevada al cine esta obra maestra de la literatura norteamericana. Ni el gran DiCaprio, ni la producción y sus buenos efectos visuales salvan a esta película, lo mas patético es que una novela ambientada en la epoca dorada del Jazz sea sustituida gran parte de su ambientación musical por Hip Hop y ritmos modernos.

Interesante película cargada de imágenes preciosas, que sabe mezclar la cultura y folclore de los Andes peruanos con temas que aún en siglo XXI se consideran tabú, el amor incondicional entre padre e hijo, la traición y la lealtad a los que se vera enfrentado en plena adolescencia. Y como siempre con una Magaly Soler en una actuación magistral.