Pillas Arde Misissippi, The Green Book, le metes música blues y soul (que, aunque ambientada en los años 40/50, se le cuela hasta un rap moderno) lo tiras todo de cabeza a la termomix (eso sí a base de dinero, la producción se ha dejado un dinero para recrear la ambientación de la época y los momentos musicales)... y finalmente te sale un alegato antirracial en el que lo de Lovecraft (por cierto, racista confeso) y sus libros de terror es lo de menos. El guión parece haberlo escrito alguien ha escuchado campanas y no sabe dónde. Si quieres hacer una denuncia cinematográfica sobre el problema racial norteamericano, no metas monstruos sacados de la mente de HP Lovecraft, porque ya es bastante monstruoso lo que perpetran los propios "humanos" contra ellos mismos, sólo por el color de la piel.
Me seguiré quedando con The Green Book o Arde Mississippi.

Que la historia a veces se retuerce para conectar forzadamente: pues sí. Que el metraje es más largo de lo que debiera: pues también. Pero no deja de ser una interesante pieza de dolor y hermosura a partes iguales. Los actores están magníficos. Más pastelosa o cursi era Titanic y se llenó de elogios. Lo que no le podemos pedir al bueno de Gus es que nos regale con un Indomable Will Hunting todos los años.

Pues a mi me aburrió sobranamente. Nunca me tocó la fibra. Me parece un bluff dadass las expectativas. Y luego critican duramente a The sea of trees... en fin para gustos los colores.

Decepcionante Brian De Palma. Ni con algunos actores de Juego de Tronos y Guy Pearce se salva de la mediocridad que le da un tufillo a telefilm de las 4 de la tarde. La trama danesa-usa-española-árabe hace aguas por doquier.
Y ahora viene la crítica de verdad en la zona spoiler

Como amante del cine negro que soy, siempre he sabido degustar las virtudes del uso de un narrador con voz en off. Pero en este caso, el uso se convierte en abuso y una película que tiene buena trama y un montaje novedoso (para aquella época, ganadora de dos óscars técnicos,uno al montaje), se desgasta con el narrador espoleando a los buenos y choteándose de los malos, lo cual especialmente en escenas trepidantes, relaja la acción hasta convertirla casi en un chotis pausado y divertido. De poder haber sido una obra culmen (otros dirán que ya lo es) del cine negro, en mi modesta opinión, se queda en sólo una buena película víctima de la forma más que del fondo (que en sí es muy bueno). Un 6.