Me ha impresionado mucho esta película. La he visto 2 veces en el término de 24 horas. Un sábado a la noche y el domingo a la tarde. Obviamente alquilada y en mi casa. Disponía de otras para ver, pero no. Seis horas a puro Adèle... y estoy deslumbrado!

Es una gran historia de amor. No descubre nada que no hayamos visto, pero es interesante. En su trama, aunque consistente, muestra algunos baches y situaciones vagamente resueltas o no resueltas, que por la extensión del film se podrían haber abordado, en vez de otras que se incluyeron y, a mi entender, poco o nada aportaron.

Entonces qué?... por dónde te entra?... Qué es lo que conmueve?
Según mi observación y sobre todo luego de verla por segunda vez, se debe a cinco motivos:
01. Dos actrices en estado de gracia.
02. Kechiche por su dirección de actores y por sus implacables y maravillosos primeros planos.
03. Siete escenas extraordinarias (spoiler), algunas de ellas para la antología del cine.
04. Nuevamente, dos actrices en estado de gracia.
05. Idem a 01 y 04.

El trabajo de la niña Adèle Exarchopoulos, es absolutamente prodigioso. Seguramente la implacabilidad y persistencia de los asombrosos y delicados primeros planos de Kechiche, han gatillado en esta fabulosa actriz recursos expresivos que, por lo menos a mí, me han emocionado de una manera tal que no recuerdo haber experimentado viendo una película. Es tanto lo que trasmite esta muchacha en la pantalla, que una historia por momentos pueril, la convierte a puro talento, en algo de un interés inusitado.

Los primeros 50 minutos, lentos, pero necesarios, se sobrellevan por una Adèle mágica, muy frágil, hermosa. Su vulnerabilidad, comienza a vulnerarnos.
Adèle se cruza en un semáforo con una chica de pelo azul y percibimos, a través del intercambio de miradas, que la peli realmente comienza.

La aparición en escena de Léa Seydoux es abrumadora. Su look de tortillera consumada y devoradora de mujeres, es brutal. Hasta camina como Rocky. Su composición, es impresionante.
Y Adèle, encuentra en Lèa un perfecto trampolín para impulsar su actuación a niveles antológicos. Juntas logran una escala interpretativa como no recuerdo en el cine moderno.

Las escenas sexuales, lejos del morbo, constituyen un milagro de buen gusto y de necesaria exposición para presenciar la consumación del amor desbordante de estas criaturas maravillosas.

Redondeando, "La Vida de Adèle" es una buena historia que merced a dos actuaciones descomunales y a una dirección magistral, pega un enorme salto de calidad para convertirse en una verdadera joya del cine contemporáneo.