Incongruencias. Muchísimas incongruencias. Empecemos:

- Si Maléfica se vuelve tan tan tan oscurísima y mala, ¿qué hace vigilando a la niña a todas horas y salvándola de los malos cuidados de las hadas? (las que por cierto me parecen muy cutres, podrían haber desarrollado un poco de cariño hacia la niña que llevan cuidando 16 años, no alegrarse de que al fin vuelven a tener alas) ¿Es que ya estaba desarrollando ese instinto maternal que finalmente pone la guinda?

- Volviendo a las hadas. ¿No se daban cuenta de que la niña estaba todo el día por ahí?. En la película original no la dejaban siquiera hablar con desconocidos.

- ¿Podrían haber metido al príncipe Felipe (o Philips) de una manera más artificial?. Quedaba mucho más real la de la película original, y no creo que debieran haberlo tocado. En la época medieval era lo más común que una pequeña recién nacida ya tuviera por intereses de unificación de reinos un futuro marido. Disney podría haber jugado con eso, el beso de amor verdadero no funcionó porque no se conocían de nada apenas incluso estando destinados a ser un matrimonio.

- Falta epicidad en el beso que la despierta. MUCHA epicidad. Para mi gusto el beso tendría que haberse dado después de que Maléfica peleara con el padre. Habría sido mucho mejor, para mi gusto, haber tirado la toalla respecto a intentar despertarla y que al abandonar el castillo el rey Stephan la avasallara. Una vez después de esto, si, ahí si venía a cuento.

- Las alas de Maléfica. Sin ellas no es nadie. En el guión original ni siquiera tiene y es ella misma la que se convierte en dragón, pero bueno, está bien que use la figura del cuervo para convertirlo en esto.

- La muralla de pinchos. Esta es genial. Al principio es inquebrantable y después es jauja. Entra y sale todo Dios de ahí.

En fin, tampoco es que me haya disgustado tanto la película, pero si que es verdad que el guión a veces carece de sentido. Quizás, será que Disney me mal acostumbró mucho con Frozen, la anterior creación a esta.