Arranca bien, pero el guion se les va pronto de las manos y acaba siendo una sucesión de escenas sin sentido ni lógica interna, que lastran la credibilidad y cercenan de cuajo el humor inteligente que inicialmente parecía iba a ser la propuesta, para acabar siendo simplemente grotesco, ese repertorio de humor fácil y manido. Los actores, en especial Malena Alterio y Julián Villagrán, se esfuerzan y brillan por momentos, pero lamentablemente el conjunto termina siendo un nuevo disparate del cine nacional pretendidamente cómico. Y es una pena porque el punto de partida, la idea, la intención o el objetivo del personaje protagonista, podría haber propiciado una gran película, pero claro, esta "Mala persona" no la dirige Berlanga y, sobre todo, no la ha escrito Azcona.

La película se centra en una familia expulsada de su comunidad, que se instala cerca de un bosque donde no habita nadie más allá de una bruja sexy y morbosa. La familia en cuestión, el matrimonio y sus cuatro hijos, son exageradamente religiosos, se les va todo el tiempo en orar, invocar a Dios, a Jesús y al Espíritu Santo, en vez de cultivar la tierra o intentar prosperar. No hay problema, pues la cinta no rinde culto al realismo precisamente. Ciertamente es una película de género, de terror, y logra aterrorizar, con una sinfonía de sustos bien dosificados y bien rodados, otra cosa sería hablar de su coherencia argumental o simbólica, pues pese a rezar en los títulos de crédito que está inspirada en leyendas de época en torno a posesiones demoniacas, en la película se antojan un tanto gratuitas cuando no forzadas, aparte de tópicas, como el hecho de recurrir al macho cabrío como trasunto de Belcebú, Los actores están muy bien así como la atmósfera turbadora que logra imponer el director en todo momento, en una conjunción excelsa entre la imagen sobria e inquietante y la música, especialmente los golpes de efecto sonoros que funcionan muy bien. En definitiva, una película de género correcta pero en mi opinión sobrevalorada por la crítica profesional.

Película sobria y seria, en el mejor sentido de la palabra. Un padre (enorme interpretación), una madre (no menos grande), una hija (bella y luminosa), un tío (hermano de la madre y traficante sin escrúpulos de seres humanos ), y el mejor amigo del padre (más joven y atractivo). La película se estructura en torno a estos personajes que luchan por su supervivencia económica, arrojados a iniquidades morales bien por avaricia o por necesidad, creando una atmósfera de mentiras familiares, que en un guion muy bien estructurado, que va a más y que no deja de sorprender ante los inteligentes y perfectamente hilvanados dilemas morales que acaban golpeando el alma de los tres personajes protagonistas: padre, madre e hija, una familia, un delicado trío de amor y silencio. Un film en definitiva muy estimable, pues contiene humanismo, realismo social y una cierta poética, bella e intangible, la de los perdedores con gran corazón.