Bien. Buena. Excelente la película de Campanella. Dosis de intriga y de suspense. Violencia contenida hasta el final. Justicia terrenal. El vacío existente en aquellos que necesitan volver al pasado para rendir cuentas que les permita mirar hacia el sol de un futuro limpio de angustias. El futuro no es tal si antes no se resuelve el pasado. La película nos habla de ese TEMOR que todos hemos experimentado y de la necesidad de liberarnos de nuestros fantasmas interiores. Somos conscientes de que somos porque el pasado, nuestras vivencias internas pasadas, nos ha hecho así. Sin duda el film refleja esa angustia vital: la vacuidad del ser. Es necesario volver al pasado para conquistar nuestra libertad interior. De eso trata el film: un descenso al infierno para encontrarse cara a cara con el pasado.

Maravillosa película. Alucinante. El gran John Huston ha sabido presentar un film con una fuerte dosis de veneno, una crítica sagaz y profunda hacia lo ridículo de las guerras, de la verdaderas razones por las que se producen ( acopio de riquezas). No pude reprimir una amplia y sana carcajada junto a mi compañera, en el momento que se parodia el enfrentamiento entre los pueblos nativos. La parodia es total y lo que parece algo violento se convierte en algo divertido que produce la hilaridad no exenta de reflexión sobre la estupidez humana. La crítica se hace extensible a la estulticia de los que conquistan un terruño y caen en las garras de la ambición desmedida ( la conquista de más territorios y más acumulación de riquezas). Y además Huston sabe cómo poner en evidencias las absurdas supersticiones sin base racional, una crítica aplicable por supuesto, a las creencias religiosas de los países que consideramos civilizados.
El film además evidencia una de los aspectos que creo es el tema central de la película: la ruptura de unos principios: el hombre que "era rey" rompe el acuerdo con su compañero al pretender casarse con una nativa. Ante esta deslealtad se derrumba todo. Y el hombre ya deja de ser rey por una falta grave: la ruptura de unos principios que establecen dos personas que se constituyen en "empresarios" de sus propios destinos. Una vez se conculca el contrato todo está perdido. Sin embargo, y esto es lo que hace grande a los personajes, los amigos perdonan dicha deslealtad, y esto hace que creamos otra vez en el ser humano, y que pensemos que no todo está perdido aún. Siempre nos quedará La Amistad y El Perdón ( con mayúsculas)ante las debilidades humanas. Siempre quedará la fraternidad ( los protagonistas eran masones); y precisamente, este sentimiento, el de freternidad, tiñe todo el film de un color especial, esperanzador, que lo convierte en una obra maestra.

Como siempre seré breve, y me dejaré llevar por mi primera impresión: la peli es buena, y además la casquería se deja ver cuando tiene que verse. Sexo y droga, terror y desmesura, ingredientes necesarios para un producto final conseguido. Me ha sorprendido gratamente Roth con su tendencia a poner en evidencia lo peor del ser humano: la necesidad patológica de algunos congéneres de disfrutar del dolor e infligirlo sobre otras personas, y ha expresado ese sentimiento de manera y forma magistral: baste con recordar las "caritas" de satisfacción, casi de estar experimentando un orgasmo, que mostraban los verdugos acaudalados que se sumaban a la orgía de terror usando para ello instrumentos de toda laya: taladradadoras, pinchos afiladados y retorcidos... que infligían todo tipo de dolor sobre el cuerpo de los desdichados peleles. Eso es lo que Ruth ha conseguido con esta película: que el espectador casi se imagine el tremendo dolor físico que debían experimentar y sufrir las menesterosas e involuntarias víctimas en las escenas de terror y casquería. Y a fe que lo ha conseguido. Discutible es el efecto, para algunos burdo, de los colgajos cárnicos de la chica mutilada: de acuerdo. Pero piensen que se trata de una imitación de las escenas de películas de serie B. Eso es todo. No hay que buscarle " tres pies al gato", ni asistir a interminables y sesudos seminarios sobre la idoneidad o no de esa escena. Otro ingrediente que me parece destacable es el sentimiento de venganza: el espectador la desea, y encuentra satisfacción cuando la víctima, el chico americano, se convierte en verdugo. El dicho de "a hierro matas y a hierro mueres" adquiere carta de naturaleza en la película. En definitiva, película truculenta que merece estar entre las mejores del género. No me extraña que Tarantino, en su infinita sapiencia, haya apadrinado esta película. Definitivamente: no se ha equivocado.

Seré breve. Qué se puede decir de una película así. Nada. Mala con alevosía, premeditación y nocturnidad. Me produce una total y absoluta pereza escribir sobre un film de esta hechuras. Pero voy a hacer un intento antes de que mis neuronas se nieguen a obedecer los impulsos nerviosos que permiten aporrear las teclas del ordanata y producir una crítica mínimamente coherente. En primer lugar, provinciana y totalmente pro yanqui. Una desmedida propaganda política sobre los buenos frente a los malos. Maniqueísmo en su estado más puro. Los iraquíes aparecen totalmente sumergidos en el folklorismo más delirante: las mujeres ataviadas del traje típico. Inofensivos. Los rusos histéricos ante la avalancha de cosas verdes volantes que no hacen más que escupir humo. Pero no importa, el Comandante en Jefe, el Presidente, se erige como defensor de los menesterosos y afligidos del mundo y nos coloca felizmente un día en el calendario gregoriano: el 4 de julio, día de la independencia, día de la liberación... joder el día que me salvaron de esos seres malvados y verdosos... que vienen los americanos y nos van a salvar de los malos, un desmedido Bienvenido Mr Marshall almibarado de una proganda insufrible más que evidente. Un desatino, una triste parodia de la guerra de la Galaxia, una precursora de un engendro entre "Pearl Harbour" y "Loca Academia de Policía 6 ó 7", lo mismo da. Y lo dejo ya que mis neuronas empiezan a resbalar y ya no doy con la tecla adecuada de lo totalmente "alucinao" que me ha dejado esta joyita que recomendaré insistentemente a mi peor enemigo.

Mala. Desabrida, sin ritmo, excesivamente endeble se mire por donde se mire. Una parodia que pretende pasar por película seria. Siento de verdad que Fernando, nuestro Fernando, el de títulos memorables, haya resbalado de manera y forma tan ostensible. Un piciazo que, creo, reconocerá en la intimidad. Por partes: a la película le falta ritmo. No se sabe muy bien qué es lo que se nos quiere contar; supongo que un sacrificio: el de joven ex-presidiario desea con todas sus fuerzas liberar de complejos y miedos a una pobre infeliz huérfana de papá y mamá vilmente asesinados por la soldadesca salvaje del dictador, y genocida, Pinochet. Y para que nada falte en este intrincado argumento, la pobre infeliz es muda, consecuencia del trauma del asesinato parental. Sentimientos buenos en su estado más puro, sin duda. El alicaído personaje que representa el buen actor, pero fallido en esta ocasión, Darín sufre una especie de inflamación sentimentaloide ( desea recuperar a su hifjo, pero no puede) y se presta al sacrificio de forma involuntaria ( ¡robando a un adlátere del General genocida!). Mintras tanto, Un malo "malísimo" entra en escena ( no podía faltar) y movido por un resorte criminal comete un esperado asesinato, necesario para que el argumento cuadre, por un fajo de billetes perfectamente "controlado" desde poco después su salida de la cárcel por un apaño y acuerdo con el "violador" alcaide de la prisión.
Un entramado, un revoltijo infumable, aliñado con imágenes totalmente fuera de toda lógica o carentes de razón: como la escenita del caballo remontando el viento mientras los pipiolos cabalgan felices y ansiando, supongo, liberarse de sus miedos interiores ( ambos han sido maltratados, uno en la cárcel, la otra en el orfanato). Y qué me dicen del caballo pululando tan ricamente por una ciudad como Santiago: lo más normal del mundo ( ¿se acuerdan de Pippi Cazaslargas?, pues eso.).
De verdad, me siento profundamente decepcionado. Me he cargado una tarde de mis preciados días de asueto, con la ilusión que tenía de ver y disfrutar de mi admirado Fernando Trueba a través de su sapiencia cinematográfica. Pero bueno: el mejor escribiente echa un borrón, y como creo que el peor castigo es la conciencia, seguro que nuestro director ya estará penando por el producto perpetrado. Eso espero por el bien del cine español. Y que vuelva Fernando, el de obras memorables que tanto han hecho por el magnífico cine español.