La primera hora transcurre sin que suceda nada. Se masca una tragedia que nunca termina de llegar. A partir de la hora, cuando por fin empiezan a pasar cosas, es como comerse una paella a la que se han olvidado de echar el arroz. Insulsa, estéril e innecesaria.

El final te deja con la misma sensación que cuando sales de un restaurante pésimo y te preguntas por qué no te habrías comprado un bocadillo de mortadela en el súper de la esquina.

Una pareja decide comenzar una nueva vida tras una tragedia familiar. Sin imaginar que se van de Guatemala a Guatepeor... ¡Toda una innovación en cuanto a guiones cinematográficos!

Nicolas Cage se confirma como sello de identidad de películas pésimas. La novedad en este film está en que antes de grabarla se ha comido muchos, muchos bollos.

La trama es cutre, Cage es cutre, el motel es cutre... Si lees esta crítica antes de verla, plantéate invertir el tiempo que dura la película en algo mejor.... Como, por ejemplo, dormir.

No merece ni un spoiler.

Al César lo que es del César: mantiene bastante bien la tensión, aunque sea a costa de esperar, en todo momento, que la trama pegue un giro y te haga ver que nada era lo que parecía. Desafortunadamente es algo que nunca ocurre: desde el principio sabes quién corta el bacalao y cómo va a terminar todo.

Recuerda demasiado a un episodio de serie policíaca que puedes ver por las mañana en cualquier canal de televisión. Pasable sin pena ni gloria.

Mala con ensañamiento. El guión es terrible. Y eso siendo generosos, porque tiene el mismo guión (y no solo eso) que las películas porno más cutres. Actores pésimos. Fotografía infame. Dirección mediocre. Montaje y realización nefastas ....
Si tienes un poco de amor propio, no pierdas tu tiempo viendo este bodrio.
Es como una película porno cutre sin sexo. De hecho sospecho que el equipo venga de ese campo.

Cuando se habla de una Obra Maestra, "El Proceso" es, sin duda alguna, un perfecto ejemplo.

Basada en el relato homónimo de Kafka, esta película constituye todo un panteón de virtudes. Magníficas actuaciones entre las que destaca un brillante Anthony Perkins. Una fotografía asombrosamente extraordinaria que, junto a una banda sonora hábilmente escogida, transporta al espectador a lo largo de atmósferas asfixiantes unas veces, o de parajes de desoladores otras, pero no dejándolo indiferente nunca.

La maestría en guión, dirección, fotografía, actuación... materializadas en una película en la que cada minuto es un bocado delicioso de Arte.