Si te gustó la del 2003 esta nueva entrega es su hermana mayor. Terror, gore, dinamismo, impacto visual, sonidos incómodos, nada puede fallar.

Lee Cronin sabe como generar el clímax adecuado, con sonidos estridentes e imágenes potentes que no aburren en ningún momento. Todo está calculado, hasta el cabello rojo de Alyssa Sutherland quien se vale del recurso corporal para dar vida a un Kandarian temible.

La atmosfera enfermiza del edificio donde transcurre acabará generando una historia asfixiante, la luz parece no colarse dentro de ese lugar embrujado y las esperanzas tampoco.

Las interpretaciones son brillantes tanto a nivel actoral como en la selección de los actores quienes encarnan a jóvenes actuales, difusos, con estilo desenfadado suficientemente desinteresados por el mundo real para advertir la amenaza cuando ya es demasiado tarde. La belleza de los actores contrasta con la mutilación de los cuerpos.