“Dedicado a todos, los abuelos de hoy y los de mañana”. Con estas palabras se despide Arrugas, la película de animación basada en el Premio Nacional del Cómic escrito por Paco Roca, que habla con una mezcla de dureza y amabilidad de los ancianos de hoy, a los que lo serán mañana. Realizada con un gusto estético excepcional, la película relata la historia de Emilio, un antiguo director de banca a la que la vejez hace estragos y el Alzheimer acecha. Su historia de amistad y soledad, enfermedad y vida, lucha y resignación en un asilo gallego toca la fibra sensible, pero también golpea la conciencia ante el sufrimiento que provoca el Alzheimer. Arrugas no es solamente una película de superación personal, ni es en absoluto un retrato afable de la enfermedad o la vejez. Es el relato de la lucha por sobrevivir, en sus múltiples formas, y la cruda representación de la senectud, con sus tristezas, sus alegrías y sus recuerdos, difuminados por el viento.

La comedia francesa siempre tiene algo que encandila. Intouchables arranca una sincera sonrisa a cada plano y varias carcajadas, pese a tener un fondo realmente dramático. Phillipe es un millonario parisino y viudo que ha quedado tetrapléjico, Driss es un joven de origen senegalés de los suburbios y con problemas con la ley. Película basada en hechos reales que hace chocar dos mundos distintos, principal fuente de comicidad de la cinta, con la elegancia, sencillez y humor blanco que caracteriza las buenas comedias del país vecino. Una película indispensable del cine francés reciente. Por algo es la película más vista del año en la siempre exigente patria del roquefort.

Dicen que George Clooney hace el papel de su carrera… Y probablemente tengan razón. Muy lejos quedan aquellos papeles de galán hollywoodiense. Matt King, el empresario hawaiano a quién Clooney encarna es un padre de familia que ronda los cincuenta y que apenas ha ejercido como tal. Su mujer, en coma, es casi una desconocida y sus hijas un leve reflejo de lo que recordaba. Es un hombre aletargado por su trabajo al que el accidente de su mujer le cae cómo un barreño de agua fría y le obliga a recapacitar. A sus torpes intentos por reconducir su relación con las hijas se le suma la complicada venta de unos terrenos familiares (trama secundaria y que queda francamente mal hilada) y el descubrimiento de la infidelidad de su esposa. La interpretación de Clooney en este punto saturado de problemas, a caballo entre el drama y la comedia, es sencillamente magistral. Los descendientes es una buena película, que deja algún cabo suelto y raya por momentos el panfleto vacacional, pero que gracias a Clooney, a una sensacional Shailene Woodley (la adolescente hija mayor de King), y una solvente dirección llega a buen puerto.