Tengo la sensación de que Ridley Scott lleva mucho tiempo sin encontrarse con su mejor versión. Aún así el espectáculo visual de su trabajo es increíble. Gladiator II muestra lo que maneja con una delicadeza que le ha caracterizado a lo largo de su carrera, las batallas históricas. La película se desarrolla de más a menos, destacando la potencia visual y elogiando notablemente el trabajo de Denzel Washington y Pedro Pascal. Todo concluye de manera digna, aunque muy lejos de su predecesora.

Recuerden el nombre de Taylor Sheridan, ahora sí, el aclamado guionista de Sicario y Comancheria se pone en el asiento de la dirección para tomar las decisiones de lo que hasta el momento, maneja a la perfección, sacar a la luz a la América profunda. Acción con calma, sin sobresaltos pero ejecutada de tal forma, que seguro que repites.

Cuando se presenta en pantalla una cinta en el que su director tiene otra visión a la de su predecesora el resultado es confuso para el espectador. Star Wars: Los últimos jedi es una mezcla de, buenas ideas con otras no tanto, de escenas con potencial visual a otras realmente deplorables. Una vez terminé la película, tenía la sensación de que todo lo interesante de esta nueva trilogía ya había pasado.

Inmersión total en el campo de batalla, sientes el latido de la guerra en cada plano. Rodada con maestría gracias al trabajo de un veterano de guerra. No verás la típica épica de las cintas bélicas americanas, esto es guerra en estado puro, rozando el documentalismo biográfico. Grandísimo trabajo de todo el equipo para la que en mi opinión ya es una de las mejores películas bélicas de los últimos años.

Tom Ewell interpreta a un personaje cansado de la rutina, rutina que cambiaría gracias a Billy Wilder que le puso la tentación de la que hasta el momento es la actriz mas sexy de la historia de Hollywood, Marilyn Monroe. Acepto qué yo, al igual que Tom, también me quedé embobado mirando a la 'Blonde Bombshell'. Años en los que las comedias americanas eran buenas películas.