Remake interesante de "Garde a vue" (vista aqui como "Ciudadano bajo sospecha"), algo distinta, pero con otro tremendo duelo actoral Hackman-Freeman, como en aquella Lino Ventura-Michael Serrault, con el decorado de Monica Bellucci, que luce otros atributos pero poco del actoral, en todo caso, aquí pierde la película con la otra, donde aparecía la dulce Romy Schneider. Algunos críticos, tratándose de una trama policial, esperan el obvio a,b,c, sino, no entienden nada y hablan de un final que no se sabe que pasa. Un comentario realmente de escasas luces.

Es increíble que tan cuidada adaptación de un libro tan famoso, con tan excelentes actuaciones, una extraordinaria recreación de época, con el acertadísimo acompañamiento musical de Morricone, las tonalidades casi siempre opacas que le dan el clima de tristeza implícita en la obra, aún en los momentos de mayor libertinaje, sea olvidada casi. Una bella y jovencísima Isabelle Hupper en un papel inolvidable, con los acompañamientos del siempre extraordinario Gian María Volonte, Bruno Ganz y también Fernando Rey exquisitos en sus papeles. Espero que alguien siga este consejo: una obra para volver a ver siempre.

Mientras los cerebros vacíos se dedican a regalar puntos como caramelos a cualquier basura con tiros, zombis y demás porquerías, los que de verdad amamos el cine, y sabemos que además de un entretenimiento es un vehículo de placer, gozamos como degenerados con esta maravilla que reúne a dos monstruos. Todo es perfecto: el relato, la sinceridad, la emoción, el montaje de archivo, el intercalado de escenas de películas (de modo que Ingmar por momentos es Ingmar, por momentos es Max Von Sidow, por momentos Earl Johanson, íconos también de la filmografía del más grande entre los grandes). Y todo en la voz y la emoción de Liv, su Stradivarius.

Me resulta verdaderamente penoso que no exista en la página ni una sola apreciación sobre esta adaptación de una de las obras cumbres de la literatura, debida a una de las más grandes escritoras que hayan existido. Me resulta a la vez muy difícil imaginar a nadie capaz de representar al gran Zenón de Ligre como este gigantesco Gian Maria Volonte. Con su dignidad, su bonhomía, su absoluta integridad, es casi la perfecta encarnación de un gran librepensador.
Por lo demás, la adaptación de tan gigantesca obra es excelente, plena de respeto como no podía ser de otra manera, con otras muy buenas actuaciones en diferentes papeles, excelente ambientación, técnicamente es irreprochable, y la historia en sí, tan difícil por sí misma, trasladada a la imagen en magnífica forma. Una verdadera joya que no debe ser olvidada.

Los conflictos, los temores, las dudas, las debilidades de los seres humanos son siempre más interesantes que unos cuantos tiros y cadáveres desparramados. Sencilla, simple, no pretenciosa, pero muy bien llevada historia de un personaje... que son muchos.