Me esperaba demasiado de esta película y no me produjo el efecto esperado. Su argumento es una mezcla entre "Los Otros", "El Sexto sentido", aunque estas anteriores notablemente superiores. Es previsible, no da miedo, se hace lenta y se espera más de ella.

Encontramos la figura de la madre protectora, que ya encarnó Nicole Kidman en "Los Otros", el mismo tipo de casa en el que se desarrolla la acción y un montón de similitudes.

Cuenta la historia de Jean-Dominique Bauby, que con sólo 42 años queda postrado en una cama sin poder hablar, moverse, padeciendo una extraña enfermedad "el sindrome de cautiverio". Con ayuda del personal médico del hospital, aprende una forma de comunicarse a través de parpadeos
y consigue escribir un libro "la escafandra y la mariposa". Aunque su cuerpo está postrado ante una cama, su mente es libre y le permite imaginar y recordar. Con su mente, consigue volar a otros sitios y recordar tiempos mejores con su familia, con su amada. Nos hace contemplar la vida de otra forma. A veces, no se valoran las cosas hasta que las perdemos.

Estamos ante el retrato de una historia de amor homosexual. Un drama romántico. No es un western. Los personajes se conocen, se dejan llevar por la pasión e inician una relación que se prolongará durante veinte años. La vida les separará y les hará vivir vidas diferentes en las que ambos formarán otros hogares, pero nunca se olvidarán y quedarán a lo largo de estos años en el lugar en el que se conocieron.

Es una historia de amor muy bonita, muy intensa y muy triste. Aunque pretenden ir de duros (Ennis más que Jack), ambos se mueren por estar en brazos del otro.

Fotografía y música muy buenas.

La película os gustará, os la recomiendo, pero preparar los Kleenex!