Hecha con muchísimo cuidado y cariño para los fans de Pink Floyd. Tierna, emocionante y nostálgica a partes iguales. Me parece un documental imprescindible si te gusta la banda. Todavía tengo el corazón encogido de lo que la disfruté. Sencillamente maravillosa. Volvería a verla todas las semanas.

Cuando a mi, tremenda aficionada a las películas bizarras, me dijeron que existía una película de un hombre que hablaba con su pene, supe que tendría que verla esa misma noche. Saber que trataba sobre las historias del Marqués de Sade no hizo sino aumentar mi curiosidad al respecto. Además, ¿un 6,5 de nota media? Para el tipo de cine que es, me pareció casi una nota de obra maestra.

Personajes identificados con animales de una manera muy coherente según su papel, un pene con vida propia que se excita con las historias del Marqués, un montón de situaciones surrealistas (¡Oh, el "momento langosta" es épico!) y cierta fidelidad histórica. ¿Puede pedirse más? Sí. La película tiene además una representación bastante acertada de la personalidad de Sade, mantiene el espíritu perverso pero elegante de sus relatos, y contiene una crítica subyacente hacia las bajezas morales y políticas de la sociedad francesa de la época.

Definitivamente, mis expectativas con la película se han visto superadas con éxito.

¿Qué harías si pudieras describir a tu pareja ideal y hacer que se materializase en tu cocina?

Precisamente eso hace Calvin, y empieza una agridulce crítica a las relaciones de pareja en la sociedad actual. "Es tan perfecta que parece de mentira." - se lee entre líneas - "Y, total, si no me gusta puedo cambiarla, ¿no?".

Sé que a simple vista puede parecer una comedia romántica totalmente arquetípica. Sé, también, que últimamente se abusa mucho en el cine independiente de la "chica-a-la-que-le-daría-mi-contraseña-de-Facebook" (sí, exacto, me estoy refiriendo a todos los papeles de Zooey Deschanel), pero esta película no se queda simplemente ahí. Te coge las tripas, las saca de tu cuerpo y te las expone, haciéndote pensar en todas las veces que la has cagado tratando de cambiar a la persona que ama(ba)s. Te da un puñetazo en la boca mientras te recuerda cada discusión que empieza con una tontería y acaba en un drama, cómo el amor es una estrella fugaz.

Altamente recomendable para todos los que disfrutéis paladeando los errores típicos y tópicos de las relaciones y saboreéis el dulce néctar del dolor de las despedidas.

¿Quién no ha soñado en algún momento con ser una 'rockstar', subirse a un escenario y dar mejor concierto que se recuerte en la historia del rock? Es el caso de los componentes de Anvil, y de seguramente muchos de nosotros, pero el mundo de la música no es fácil. Las bandas caen en el completo olvido, y más en esta generación en la que los grandes clásicos se infravaloran. 'Anvil' es el claro recordatorio de que, para poder cumplir nuestros sueños, aunque sea por un instante, hay que dejarse la piel.
Para todos aquellos que estáis en el mundillo de la música, si algún día os desanimáis, no dejéis de tener presente este documental, porque el camino es largo, pero merece la pena luchar, porque cuanto más duro es el camino, mejor es la recompensa que nos espera al final.
Chicos de Anvil, hoy os habéis ganado una nueva fan.
(Sigo en el spoiler para no desvelar ciertos detalles del final a quienes no hayan visto la película).

El despropósito de los despropósitos. Parece ser que les llevó dos años hacer el montaje de la película y yo me pregunto "¿Qué montaje?". Sucesión de planos de pseudovampiros satánicos, tetas, luces psicodélicas y poco más.

Me gustaría contar de qué va la película, pero todavía no he conseguido descifrar algunas contradicciones entre escenas. Hubo un momento que no se sabía si era de día, de noche, estaban en interiores, estaban en exteriores, en el presente o en el pasado.

Por favor, si alguien la entiende, que me escriba y me lo explique...