La sensación que deja esta película es un salto sin red (a lo que salga). La idea es muy buena: unos personajes con la capacidad de teletransportarse (unos efectos especiales más que correctos) y otros que los persiguen esgrimiendo motivos religioso-morales. Sin embargo, te da la impresión que el guionista y el director tenían muy claro el principio y el final del film pero no el trayecto que éste tenía que seguir para ser una película compacta, global...
Una cinta con buenas intenciones pero con un guión muy flojo en el desarrollo de la historia.

Gris porque esta película carece de brillo, de talento, de entusiasmo, de ritmo...en general, de cine...Porque se queda en la obra detro de la obra, a la mitad de todo y eso cromáticamente es situarse en el gris de la paleta de un pintor...
Siento no ser psicólogo para entender a Nina, Natalie Portman, ni ser crítico de danza para admirarme y marearme con los giros de cámara del director, Darren Aronofsky, del cual sólo espero que no haga un film sobre lucha canaria o esquí en su modalidad de slalom...
Además no encuentro otro motivo para que el Óscar de la Academia recaiga sobre Natalie Portman salvo su monopolio en el metraje, lo cual unido a un personaje con problemas psicológicos, siempre ha sido muy del agrado de los académicos de Hollywood...
Voy a obviar todo lo referente al mundo erótico-psicótico que se masca en esta producción salvo que por fin he encontrado la explicación al por qué de esos "paquetes" tan abultados de los bailarines de ballet...
Resumiendo, hay personas que se duermen viendo "Ciudadano Kane" y son capaces de admirar esta "pinícula"...increible pero cierto...

Una animación impecable para un personaje entrañable.
Pronunciando apenas un par de palabras, este pequeño robot sintetiza los mejores sentimientos del ser humano: el amor (EVE) y la amistad (M-O)...así, le estrecha la mano a E.T. y se hace un rinconcito en nuestros corazones.
Una película sobresaliente precedida de un excelente corto. No se podía esperar menos del sello Dysney Pixar.

La cinta bien se podría haber llamado como mi crítica porque eso es lo único que se ensalza en este film: la búsqueda de dinero como sinónimo de felicidad. Se desechan otros valores como el cariño o la responsabilidad familiar en pro del dolar. Una película por lo demás aburridísima de la que se salva el hijo de Will Smith: un debut más que aceptable en un papel portador de los únicos momentos de ternura de la historia.

Pues eso, si te gustan los perros cómprate uno o disfruta de los que tienen tus familiares y amigos, pero no veas esta película. Y si no te gustan los perros pero sí las comedias románticas...tampoco veas esta película que reune todos los tópicos del género pero de forma desacertadísima: diálogos absurdos, escenas repetitivas, poco humor y un desenlace mil veces visto pero desarrollado sin brillantez ni emotividad.
Seguid con los perros o demás animales de compañía y olvidad este film.