Este kdrama me ha resultado emotivo, divertido, tierno y dinámico. Creo que tiene todos los ingredientes para introducirte de lleno en la historia.
Nos narra un proceso de transición, ese paso que todos en algún momento de nuestra vida hemos de dar hacia la madurez. Es realista y precioso contado de una forma en la que puedes sentirte identificada, ya que la vida son etapas que van sucediéndose dejando tras de si experiencias, sentimientos y personas en el camino que albergarás pase lo que pase en tu corazón pues formaron parte de ti y tu historia.

¿Por dónde comenzar? Este kdrama ha sido todo un descubrimiento. Desde el punto de vista psicológico me ha encantado cómo ha abordado diferentes trastornos mentales, su manera de afrontarlos y salir adelante.
Hoy en día, la salud mental es un tema que se encuentra a la orden del día y creo que es fundamental exponer este hecho y no obviarlo. Por otro lado, ha sabido plasmar a la perfección que muchos de los problemas mentales no suelen surgir de la nada y la gran mayoría de las veces las experiencias cotidianas, las relaciones familiares e interpersonales, la carga social, las emociones mal gestionadas, entre otros factores, pesan demasiado. En mi opinión, todo ello ha creado esa atmósfera de realidad.
Finalmente, otro punto a destacar es la forma que tiene en cada episodio de relacionar cada uno de los cuentos tétricos y lúgubres que presenta con una moraleja a aprender y cómo cada capítulo es un nuevo mensaje para reflexionar e interiorizar.

Este kdrama me ha resultado precioso e interesante ya que me ha permitido conocer un poquito más la historia de Corea del Sur y cómo fueron algunos de los trágicos acontecimientos en la lucha por conseguir un país democrático. Sin duda, la veracidad y el realismo de la historia me ha conquistado. Considero que es importante conocer de antemano el contexto histórico en el cual se desenvuelve la trama para poder entender también la complejidad del romance y el por qué de algunas conductas relativas a los protagonistas. Por ello, recomiendo leer brevemente en internet en qué consistió la masacre de Gwangju en mayo de 1980. Opino que de esta forma podrás disfrutarla mucho más y meterte de lleno.

Esta película me ha resultado exquisita, desde su escenografía, el nexo de unión de éstas con las emociones y sentimientos experimentados por la protagonista como por las diferentes actuaciones. Sin obviar, el viaje encaminado a la exploración del mundo junto con el consiguiente autocuestionamiento socrático que la dirigen irremediable e irreversiblemente a la introspección. ¡Una delicia en todos los sentidos!

Es la primera coreana que veo del género y me ha entusiasmado sin lugar a dudas. Creo que la escenografía tenía los toques lúgubres requeridos para darle esa ambientación necesaria. Por otro parte, la idea de la posesión sin el excesivo uso de escenas y detalles de terror dirigidas a amenazar al espectador a conciencia muy típico del cine americano y con su simpleza característica, producía horror por sí mismo. Puntualizar finalmente, la moraleja del último episodio que, a mi modo de ver, da un sentido global al kdrama de forma extraordinaria.