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6.6
10,519
9
25 de octubre de 2018
25 de octubre de 2018
23 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
La crítica (quizás mejor pequeño análisis) está dividida en dos apartados, separados por el cajón de spoilers, hay spoilers en los dos.
El Clímax humano
La película abre con una chica herida intentando huir a través de un paisaje blanco, lleno de nieve. Somos nosotros, Noé nos va a machacar, nos avisa. Ella se derrumba justo antes de llegar a un árbol mientras se muestran los créditos iniciales. Como bien ha pasado en varias obras del autor juega a romper el esquema con los créditos, en este caso mostrando aquí el final hasta las últimas consecuencias en el mismo inicio.
Después del final, en un único plano nos explica la película; entrevistas a los bailarines en que nos hablan de ellos, de sus aspiraciones y nos mienten, necesitan entrar en la academia y mienten, pero ya entraré después en ello. No menos importantes son las obras que rodean la TV que muestra las entrevistas, obras que nos anticipan puntos que tratará la película: Suspiria en el caos final, Un Perro Andaluz en la provocación y surrealismo de la propuesta o incluso obras de Nietzsche o diversas poesías sobre la ida y la vuleta del infierno, que recuerdan que todas esas aspiraciones artísticas escondidas entre los sentimientos más bajos que pueden esconder están rodeados de los grandes: pensadores y artistas de verdad que van mucho más allá de cuatros niñatos, gente que fue más allá de los estándares y son auténticos genios, gente que no se conformó con el confort para poder crear sus obras magnas.
Una vez acabadas la entrevistas entramos lo que será el infierno, la sala de baile que, como la película, está orgullosa de ser francesa: libertad, igualdad y fraternidad. Una sala que acoge una de las secuencias de baile más sublimes de la historia del cine, rodada en un plano secuencia que no hace sino demostrar el nivel técnico que adquieren las propuestas de Noé, un baile provocativo dónde se nos muestran las habilidades de cada personaje.
Cuando acaba la cámara empieza a seguir a cada protagonista, girando por toda la sala como si ésta también danzase va mostrando las actitudes de cada personaje, así como el personaje inanimado más importante, la sangría, roja, color que predominará en la parte final. Ésta es una sección en que la cámara da una sensación de estabilidad forzada, cosa que hace que sea algo mareante de primeras, pero puede que nos insinúe algo más: la estabilidad que reina en la sala no es real, puede parecerlo pero cada uno esconde algo más dentro de él que va a aflorar y arrasará con todo.
La cámara se detiene por primera vez en toda la obra para escuchar las conversaciones entre personajes, unas conversaciones que, pese a empezar con temas interesantes, actitudes medianamente inteligentes, van degenerando en la falta de moral, en el follarse a cualquiera y que nada más importante mientras la sangría hace mayor acto de presencia conforme dichas conversaciones demuestran cada vez más las bajezas del ser humano.
Y finalmente el clímax humano, un baile rodado en plano cenital donde cada vez va subiendo la intensidad, la sangría los ha animado, bailan de forma divertida cada vez llegando a movimientos más arriesgados y a estas alturas de la película se muestran los créditos musicales; unos créditos que cambiarán las cosas. Entra el LSD. Volvemos a entrar en el vacío, pero este caso tiene final: el infierno del ser humano donde éste último florece como despertando su verdadero yo.
El Clímax humano
La película abre con una chica herida intentando huir a través de un paisaje blanco, lleno de nieve. Somos nosotros, Noé nos va a machacar, nos avisa. Ella se derrumba justo antes de llegar a un árbol mientras se muestran los créditos iniciales. Como bien ha pasado en varias obras del autor juega a romper el esquema con los créditos, en este caso mostrando aquí el final hasta las últimas consecuencias en el mismo inicio.
Después del final, en un único plano nos explica la película; entrevistas a los bailarines en que nos hablan de ellos, de sus aspiraciones y nos mienten, necesitan entrar en la academia y mienten, pero ya entraré después en ello. No menos importantes son las obras que rodean la TV que muestra las entrevistas, obras que nos anticipan puntos que tratará la película: Suspiria en el caos final, Un Perro Andaluz en la provocación y surrealismo de la propuesta o incluso obras de Nietzsche o diversas poesías sobre la ida y la vuleta del infierno, que recuerdan que todas esas aspiraciones artísticas escondidas entre los sentimientos más bajos que pueden esconder están rodeados de los grandes: pensadores y artistas de verdad que van mucho más allá de cuatros niñatos, gente que fue más allá de los estándares y son auténticos genios, gente que no se conformó con el confort para poder crear sus obras magnas.
Una vez acabadas la entrevistas entramos lo que será el infierno, la sala de baile que, como la película, está orgullosa de ser francesa: libertad, igualdad y fraternidad. Una sala que acoge una de las secuencias de baile más sublimes de la historia del cine, rodada en un plano secuencia que no hace sino demostrar el nivel técnico que adquieren las propuestas de Noé, un baile provocativo dónde se nos muestran las habilidades de cada personaje.
Cuando acaba la cámara empieza a seguir a cada protagonista, girando por toda la sala como si ésta también danzase va mostrando las actitudes de cada personaje, así como el personaje inanimado más importante, la sangría, roja, color que predominará en la parte final. Ésta es una sección en que la cámara da una sensación de estabilidad forzada, cosa que hace que sea algo mareante de primeras, pero puede que nos insinúe algo más: la estabilidad que reina en la sala no es real, puede parecerlo pero cada uno esconde algo más dentro de él que va a aflorar y arrasará con todo.
La cámara se detiene por primera vez en toda la obra para escuchar las conversaciones entre personajes, unas conversaciones que, pese a empezar con temas interesantes, actitudes medianamente inteligentes, van degenerando en la falta de moral, en el follarse a cualquiera y que nada más importante mientras la sangría hace mayor acto de presencia conforme dichas conversaciones demuestran cada vez más las bajezas del ser humano.
Y finalmente el clímax humano, un baile rodado en plano cenital donde cada vez va subiendo la intensidad, la sangría los ha animado, bailan de forma divertida cada vez llegando a movimientos más arriesgados y a estas alturas de la película se muestran los créditos musicales; unos créditos que cambiarán las cosas. Entra el LSD. Volvemos a entrar en el vacío, pero este caso tiene final: el infierno del ser humano donde éste último florece como despertando su verdadero yo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El Climax supremo
Segunda parte de la película abre con la misma sangría en primer plano, siguiendo la cámara una vaso lleno de ella. Algo ha cambiado, algo no va bien. La cámara pierde esa estabilidad, tiembla como empiezan a temblar los personajes y por ende, el espectador; sabemos tanto como los personajes pero sabemos que algo se avecina. En un inicio todo es confusión, provocación (la bailarina alemana meando en el suelo mientras baila) y a partir de ahí se desata el caos, la intensidad crece mientras el ser humano cae hasta lo más profundo.
Pero el auténtico caos no se desata del todo hasta que se dan cuenta de que, efectivamente han sido drogados; momento en que florece la paranoia, dónde lo primero que se desata es la violencia: buscamos culpables para todo y los encontramos aunque no lo sean mostrando nuestra más absoluta crueldad, mostrando como nos gusta hacer sufrir a la gente (todo lo relacionado con la chica embarazada, dónde Noé llega a un punto de crueldad física impactante).
Lo que sigue es la descripción de un colocón como pocas veces se ha hecho, me detendré en un par de momentos que me parecen resaltables por encima del resto.
El primero de ellos es cuando el personaje de Sofía Boutella, avanza desesperada por los pasillos gritando desesperada y llega a la habitación del mural de un bosque, un bosque con una valla cerrada que cuando ve no hace sino reafirmar que está atrapada, no puede salir de ese infierno que se desata sin freno a su alrededor, para luego quedarse atrapada dentro de sus propias medias, sublime.
Otra de ellas es todo lo relacionado con la situación del niño, con Noé introduciendo en la primera mitad un cartel apuntando que el traer una vida es lo más maravilloso que hay (típico humor negro de Noé), para luego, una vez en la segunda mitad la madre encierra al niño en el cuarto de contadores para protegerlo de los propios bailarines drogados y luego perder la llave provocando que cada vez que un personaje para por la zona no se oigan sino los gritos del niño encerrado.
Y finalmente, el clímax supremo, donde el ser humano se muestra desde lo más profundo de sí mismo en medio del infierno desatado por completo, con la imagen teñida de rojo y cámara del revés, inducidos a una espiral de sexo, violencia y crueldad, donde la libertad, la igualdad y la fraternidad se convierten en pasto de los lobos, dónde nada importa más que nosotros mismos y hacer lo que queramos; dónde todo acaba terminando en el sexo, enmedio de la violencia y el caos, pensamos en tener placer ya sea entre hermanos o a quien deseabas destrozar en el suelo (como bien anotaban los diálogos de la primera parte).
Una vez pasa la noche, aparecen las autoridades y se encuentran que el infierno ha cesado, la cámara volverá a estabilizarse y veremos qué ha sido de los personajes: algunos se despiertan al lado de otros, otros han muerto, otros han preferido suicidarse y solo una persona consigue salir de allí: la chica embarazada, herida se embarca sin rumbo hacia esa nieve pura que rodea la escuela.
Después de esto Noé lanza dos mensajes demoledores sobre los cuales ha moldeado la película: uno es que el ser humano no puede vivir en colectivo, mostrándonos cómo puede destrozar a los demás a lo largo de toda la película (también es interesante apuntar cómo en los diálogos uno de los personajes comenta que la droga cuando estás con más gente puede acabar dando problemas); siendo el otro que morir es una experiencia maravillosa (puesto del revés), aclarando que los personajes han muerto, han ido al infierno y han vuelto: diferentes o iguales qué más da, pero han renacido después de llegar a ese clímax donde se han mostrado en su más pura esencia.
La película cierra mostrándonos el culpable, éste seguirá drogándose, nada importa, sólo nosotros, siendo irónico cómo, quién se aleja de Berlín porque hay demasiada droga es la persona que ha drogado a sus compañeros y liberó durante unos instantes a sus auténticos yo.
Segunda parte de la película abre con la misma sangría en primer plano, siguiendo la cámara una vaso lleno de ella. Algo ha cambiado, algo no va bien. La cámara pierde esa estabilidad, tiembla como empiezan a temblar los personajes y por ende, el espectador; sabemos tanto como los personajes pero sabemos que algo se avecina. En un inicio todo es confusión, provocación (la bailarina alemana meando en el suelo mientras baila) y a partir de ahí se desata el caos, la intensidad crece mientras el ser humano cae hasta lo más profundo.
Pero el auténtico caos no se desata del todo hasta que se dan cuenta de que, efectivamente han sido drogados; momento en que florece la paranoia, dónde lo primero que se desata es la violencia: buscamos culpables para todo y los encontramos aunque no lo sean mostrando nuestra más absoluta crueldad, mostrando como nos gusta hacer sufrir a la gente (todo lo relacionado con la chica embarazada, dónde Noé llega a un punto de crueldad física impactante).
Lo que sigue es la descripción de un colocón como pocas veces se ha hecho, me detendré en un par de momentos que me parecen resaltables por encima del resto.
El primero de ellos es cuando el personaje de Sofía Boutella, avanza desesperada por los pasillos gritando desesperada y llega a la habitación del mural de un bosque, un bosque con una valla cerrada que cuando ve no hace sino reafirmar que está atrapada, no puede salir de ese infierno que se desata sin freno a su alrededor, para luego quedarse atrapada dentro de sus propias medias, sublime.
Otra de ellas es todo lo relacionado con la situación del niño, con Noé introduciendo en la primera mitad un cartel apuntando que el traer una vida es lo más maravilloso que hay (típico humor negro de Noé), para luego, una vez en la segunda mitad la madre encierra al niño en el cuarto de contadores para protegerlo de los propios bailarines drogados y luego perder la llave provocando que cada vez que un personaje para por la zona no se oigan sino los gritos del niño encerrado.
Y finalmente, el clímax supremo, donde el ser humano se muestra desde lo más profundo de sí mismo en medio del infierno desatado por completo, con la imagen teñida de rojo y cámara del revés, inducidos a una espiral de sexo, violencia y crueldad, donde la libertad, la igualdad y la fraternidad se convierten en pasto de los lobos, dónde nada importa más que nosotros mismos y hacer lo que queramos; dónde todo acaba terminando en el sexo, enmedio de la violencia y el caos, pensamos en tener placer ya sea entre hermanos o a quien deseabas destrozar en el suelo (como bien anotaban los diálogos de la primera parte).
Una vez pasa la noche, aparecen las autoridades y se encuentran que el infierno ha cesado, la cámara volverá a estabilizarse y veremos qué ha sido de los personajes: algunos se despiertan al lado de otros, otros han muerto, otros han preferido suicidarse y solo una persona consigue salir de allí: la chica embarazada, herida se embarca sin rumbo hacia esa nieve pura que rodea la escuela.
Después de esto Noé lanza dos mensajes demoledores sobre los cuales ha moldeado la película: uno es que el ser humano no puede vivir en colectivo, mostrándonos cómo puede destrozar a los demás a lo largo de toda la película (también es interesante apuntar cómo en los diálogos uno de los personajes comenta que la droga cuando estás con más gente puede acabar dando problemas); siendo el otro que morir es una experiencia maravillosa (puesto del revés), aclarando que los personajes han muerto, han ido al infierno y han vuelto: diferentes o iguales qué más da, pero han renacido después de llegar a ese clímax donde se han mostrado en su más pura esencia.
La película cierra mostrándonos el culpable, éste seguirá drogándose, nada importa, sólo nosotros, siendo irónico cómo, quién se aleja de Berlín porque hay demasiada droga es la persona que ha drogado a sus compañeros y liberó durante unos instantes a sus auténticos yo.
1
9 de enero de 2016
9 de enero de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabamos de ver esta , por decir de alguna manera, película y aún no salimos de nuestro asombro al recordar que en ningún momento los espectadores han esbozado alguna sonrisa. Pésima dirección, pésima actuación y chistes caducos sobre los catalanes. Únicamente se salva en algunos momentos el maestro Karra Elejalde por lo demás es un desfile de personajes simiescos sin ningún tipo de gracia. Realmente nos sentimos estafados !!!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Vaya mierda de película.
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