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Críticas ordenadas por utilidad
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7.2
9,284
8
8 de febrero de 2025
8 de febrero de 2025
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La estrella azul" (2023). Preciosa película en los Goya 2025. El viaje de Mauricio Aznar, rockero de Zaragoza que se reencuentra en el folklore argentino. En busca de Atahualpa Yupanqui, se encuentra con la chacarera y su "padre", Carlos Carbajal, en Santiago del Estero. Esa guitarra, mi hermano, y mi maestro. "Mi guitarra, esa guitarra, antes de ser guitarra, tiene que haber sido un árbol... Es la guitarra... El hombre y la guitarra se buscan porque tal vez algún día fueron parte de la misma estrella".
Un viaje en busca de la belleza, un viaje para sanar, un viaje espiritual. Pausado relato, cuidado montaje. Todo un carácter, músico en Europa, huye de las drogas. En la América rural encuentra otro ritmo, otro aire, otra luz. Otros rostros, otros carácteres, otra música. "Solo algunos serán capaces de oir la voz de los dioses que transitan por la sangre de nuestra América, deslumbrante y misteriosa".
"Ya me voy vida para no volver"... "Nada tengo que hablar con el ayer / si hay razón para llorar lo haré de pie / cuando siento el dolor cercándome/ sé que a golpe de guitarra y versos sanaré". Una buena persona con la que muchos se identificarán, que huye de sus demonios y busca la belleza. Triste y delicada. In memoriam.
Un viaje en busca de la belleza, un viaje para sanar, un viaje espiritual. Pausado relato, cuidado montaje. Todo un carácter, músico en Europa, huye de las drogas. En la América rural encuentra otro ritmo, otro aire, otra luz. Otros rostros, otros carácteres, otra música. "Solo algunos serán capaces de oir la voz de los dioses que transitan por la sangre de nuestra América, deslumbrante y misteriosa".
"Ya me voy vida para no volver"... "Nada tengo que hablar con el ayer / si hay razón para llorar lo haré de pie / cuando siento el dolor cercándome/ sé que a golpe de guitarra y versos sanaré". Una buena persona con la que muchos se identificarán, que huye de sus demonios y busca la belleza. Triste y delicada. In memoriam.

6.5
4,372
8
8 de febrero de 2025
8 de febrero de 2025
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Los destellos" (2024). Otra joya para minorías de los Goya 2025. Natural, agradable, así es la actuación de Patricia López Arnaiz. Preciosa fotografía: esa casa para restaurar, atemporal, esos botijos, esos suelos, esas fachadas y paredes con la pintura desconchada.
El morirse, el muriéndose. "¿Cómo lo afrontas? ¿Te asusta?....— Es inevitable, pero no en términos de ay qué pena, sino que los de alrededor no sufran...".
Los cuidados, los que cuidan. "Mirarla de frente... yo me voy a morir; no lo hacemos nunca... y es interesante porque... la presencia de amor hace la vida mucho más interesante. Si la apartamos por completo de nuestro universo de conciencia... mal asunto. Tampoco es que haya uno que regodearse en la finitud pero... tener presente que nos puede pasar... a ti también... Prisa no tenemos ninguno... pero es importante, hay que saber que tenemos fecha de caducidad".
Recortar la distancia generada, acercarse otra vez. Pasear juntos, agarrados del brazo, respirando por el otro. Afecto. Destellos del amor, de luz. Detalles.
"Me voy ya, ¿vale? —Quédate, por favor". "Gracias, Isa". "De verdad, muchas gracias, mamá".
El morirse, el muriéndose. "¿Cómo lo afrontas? ¿Te asusta?....— Es inevitable, pero no en términos de ay qué pena, sino que los de alrededor no sufran...".
Los cuidados, los que cuidan. "Mirarla de frente... yo me voy a morir; no lo hacemos nunca... y es interesante porque... la presencia de amor hace la vida mucho más interesante. Si la apartamos por completo de nuestro universo de conciencia... mal asunto. Tampoco es que haya uno que regodearse en la finitud pero... tener presente que nos puede pasar... a ti también... Prisa no tenemos ninguno... pero es importante, hay que saber que tenemos fecha de caducidad".
Recortar la distancia generada, acercarse otra vez. Pasear juntos, agarrados del brazo, respirando por el otro. Afecto. Destellos del amor, de luz. Detalles.
"Me voy ya, ¿vale? —Quédate, por favor". "Gracias, Isa". "De verdad, muchas gracias, mamá".

6.7
25,803
10
3 de marzo de 2024
3 de marzo de 2024
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se merecía el Óscar que ganó, sin duda, no así la película surcoreana del año anterior... Pero bueno. Nomadland tiene drama, tiene documental, tiene estética. Recuerda a veces a Terence Mallick, pero es más explícita, más sencilla. Y tercer Óscar para Frances McDormand, por cierto.
Nómadas de hoy. Los nómadas siempre han sido atractivos, libres de ataduras, y nos admira esa vida exigente, ese no tener un hogar propio, lo que tiene de desarraigo. El prototipo son los tuareg, románticos ganaderos nómadas del desierto. Pero hoy y en occidente también existen nómadas. De eso trata Nomadland.
"Sí que tengo donde vivir, lo que no tengo es una casa, pero no es lo mismo, ¿verdad?". Ambientada en Estados Unidos y, aunque muchas son las diferencias con Europa, aporta enseñanzas universales. Se centra en los que viven en caravana o furgoneta, moviéndose de aquí para allá, solos y encontrándose, y muestra distintas motivaciones para la vida nómada hoy. En la película se describen al menos tres grupos, aunque seguro hay más. Por una parte están los que no tienen hogar, porque la vivienda es cara, porque no tienen dinero, afectados también por la crisis económica. La película tiene su punto de crítica social. Están también los alternativos, dejémoslo en eso, prefieren vivir de esta manera, muestran otro modo de vivir en sociedad, no quieren estar encorsetados por estilos de vida normativos o por convencionalismos sociales. Y también hay personas que han sufrido, personas que han perdido, personas en duelo, personas que buscan. Aunque tengan oportunidades o posibilidades, les cuesta volver, les cuesta encontrarse con ellos mismos, no son capaces de "rearraigarse" en la familia. Necesitan hacer un camino. See you down the road.
La vida nómada es un contraste con nuestro modo de vivir, con lo que vemos a nuestro alrededor, con lo que tendemos a hacer. La vida nómada nos ayuda a cuestionarnos si necesitamos tantas "cosas" para vivir, está claro que no. Nos hace pensar. ¿Necestiamos tener casa en propiedad? ¿Necesitamos tener un coche para el uso que le damos? Ahora estamos más sensibles. Estaremos más o menos de acuerdo con las leyes de vivienda, pero está claro que la vivienda también es un servicio y no puede reducirse a moneda de cambio. También estamos más sensibles porque ahora sabemos mejor que el suelo está vivo, se mueve, lo vimos en la isla de La Palma, y no nos da mucha seguridad que nuestra vida dependa de una casa o de una parcela de terreno.
En Nomadland vemos buenas personas. Vagabundos que no son delincuentes. Inclusión. Sin seguridad social, con problemas de salud. Amistad, camaradería, ayuda, comunidad. Conexión con la naturaleza, vida sencilla, contemplación. Camino de sanación.
Para degustar.
Nómadas de hoy. Los nómadas siempre han sido atractivos, libres de ataduras, y nos admira esa vida exigente, ese no tener un hogar propio, lo que tiene de desarraigo. El prototipo son los tuareg, románticos ganaderos nómadas del desierto. Pero hoy y en occidente también existen nómadas. De eso trata Nomadland.
"Sí que tengo donde vivir, lo que no tengo es una casa, pero no es lo mismo, ¿verdad?". Ambientada en Estados Unidos y, aunque muchas son las diferencias con Europa, aporta enseñanzas universales. Se centra en los que viven en caravana o furgoneta, moviéndose de aquí para allá, solos y encontrándose, y muestra distintas motivaciones para la vida nómada hoy. En la película se describen al menos tres grupos, aunque seguro hay más. Por una parte están los que no tienen hogar, porque la vivienda es cara, porque no tienen dinero, afectados también por la crisis económica. La película tiene su punto de crítica social. Están también los alternativos, dejémoslo en eso, prefieren vivir de esta manera, muestran otro modo de vivir en sociedad, no quieren estar encorsetados por estilos de vida normativos o por convencionalismos sociales. Y también hay personas que han sufrido, personas que han perdido, personas en duelo, personas que buscan. Aunque tengan oportunidades o posibilidades, les cuesta volver, les cuesta encontrarse con ellos mismos, no son capaces de "rearraigarse" en la familia. Necesitan hacer un camino. See you down the road.
La vida nómada es un contraste con nuestro modo de vivir, con lo que vemos a nuestro alrededor, con lo que tendemos a hacer. La vida nómada nos ayuda a cuestionarnos si necesitamos tantas "cosas" para vivir, está claro que no. Nos hace pensar. ¿Necestiamos tener casa en propiedad? ¿Necesitamos tener un coche para el uso que le damos? Ahora estamos más sensibles. Estaremos más o menos de acuerdo con las leyes de vivienda, pero está claro que la vivienda también es un servicio y no puede reducirse a moneda de cambio. También estamos más sensibles porque ahora sabemos mejor que el suelo está vivo, se mueve, lo vimos en la isla de La Palma, y no nos da mucha seguridad que nuestra vida dependa de una casa o de una parcela de terreno.
En Nomadland vemos buenas personas. Vagabundos que no son delincuentes. Inclusión. Sin seguridad social, con problemas de salud. Amistad, camaradería, ayuda, comunidad. Conexión con la naturaleza, vida sencilla, contemplación. Camino de sanación.
Para degustar.

6.2
38,404
10
2 de marzo de 2024
2 de marzo de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Espectacular, de lo más sabroso que se estrenó durante la pandemia: se agradeció. Lo sé: o la amas, o la odias. Aunque la mayoría la odie, es una de las películas de ciencia ficción recientes más original y sugerente.
El tiempo. Christopher Nolan vuelve a jugar con el tiempo, le da otra vuelta de tuerca. El tiempo como dimensión de la realidad. Vamos hacia delante pero... ¿y si pudiéramos ir hacia atrás? No ya si pudiéramos viajar al pasado... ¿y si pudiéramos recorrer el tiempo en sentido inverso? Está claro que no es posible, ya habríamos conocido a algún viajante "invertido", pero nos ayuda a reflexionar. Intentamos comprender la realidad de acuerdo a las dimensiones que manejamos, pero no es difícil pensar que hay al menos alguna otra dimensión. Por lo menos, quizá nos ayude a no estar tan tan seguros de lo que creemos saber, la realidad es más compleja y rica de lo que vemos.
Nolan explica al principio las reglas de este juego y después desarrolla una película a lo James Bond. Lo mismo que en Matrix, que explicaba las reglas del juego en la primera parte de la trilogía y en las dos siguientes había acción sin parar. Solo que en este caso, todo en la misma película. Eso hace que la primera vez que ves la película entiendes menos de la mitad. Es la segunda vez cuando la entiendes del todo, si prestas atención. Si no, como se dice en la película: "no trates de entenderlo, siéntelo".
"Vivimos en un mundo crepuscular... y no hay amigos en el ocaso".
El tiempo. Christopher Nolan vuelve a jugar con el tiempo, le da otra vuelta de tuerca. El tiempo como dimensión de la realidad. Vamos hacia delante pero... ¿y si pudiéramos ir hacia atrás? No ya si pudiéramos viajar al pasado... ¿y si pudiéramos recorrer el tiempo en sentido inverso? Está claro que no es posible, ya habríamos conocido a algún viajante "invertido", pero nos ayuda a reflexionar. Intentamos comprender la realidad de acuerdo a las dimensiones que manejamos, pero no es difícil pensar que hay al menos alguna otra dimensión. Por lo menos, quizá nos ayude a no estar tan tan seguros de lo que creemos saber, la realidad es más compleja y rica de lo que vemos.
Nolan explica al principio las reglas de este juego y después desarrolla una película a lo James Bond. Lo mismo que en Matrix, que explicaba las reglas del juego en la primera parte de la trilogía y en las dos siguientes había acción sin parar. Solo que en este caso, todo en la misma película. Eso hace que la primera vez que ves la película entiendes menos de la mitad. Es la segunda vez cuando la entiendes del todo, si prestas atención. Si no, como se dice en la película: "no trates de entenderlo, siéntelo".
"Vivimos en un mundo crepuscular... y no hay amigos en el ocaso".

7.0
17,531
6
27 de abril de 2025
27 de abril de 2025
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Cónclave", película de Edward Berger basada en la novela homónima de Richard Harris (2016), se ha estrenado a finales de 2024 previendo que estaría de rabiosa actualidad más pronto que tarde, y lo ha clavado: escribo estas notas a finales de abril de 2025, en periodo de sede vacante y con cónclave inminente a la vista.
Domina la película Ralph Fiennes en el papel de Thomas Lawrence, decano del colegio de cardenales, sobre quien recae la responsabilidad de dirigir el proceso de elección del nuevo papa. El actor británico nos tiene acostumbrados a su gesto atormentado en otras películas, y borda a un Lawrence al que le invaden las dudas: nos brinda una homilía que es imagen especular de la que hizo el cardenal Ratzinger en 2005 denunciando la dictadura del relativismo, pero en este caso denunciando la certeza como "el gran enemigo de la unidad, el enemigo mortal de la tolerancia". Destacan también las actuaciones de Stanley Tucci como cardenal Aldo Bellini, ambicioso progresista, y Joseph Lithgow como cardenal Joseph Tremblay, timorato conservador. Quizá algo desaprovechados están Sergio Castellito en el papel del cardenal Goffredo Tedesco, esperpéntico tradicionalista, así como Isabella Rossellini, perfecta en su papel de religiosa al cuidado de los cardenales pero con muy poca presencia incluso para optar al óscar a mejor actriz de reparto al que fue nominada. La ambientación y vestuario son muy buenas, y ayuda a hacerse cargo de cómo es el proceso de las votaciones en el cónclave.
El ritmo es trepidante, se trata de un intenso thriller de intriga política, ambiciones y miserias, alianzas y corrupciones. Lo tiene todo: el que se descubre que tiene un hijo con una monja, el que compra votos de otros cardenales, y se echan de menos más intereses económicos mezclados con banca y otros gobiernos, yo pensaba que por ahí podía ir la trama final... pero no. Tiene de todo, salvo que esto de la Iglesia y de la elección de un papa no es cuestión únicamente humana, y no estaría de más que al menos algún cardenal rezara un poco. Pero no: nadie, ni uno, ninguno, tene su gracia.
Sigo en zona spoiler. La película entretiene y me ha interesado a pesar de su final y de la pobre visión que presenta de la Iglesia y de las personas de la Iglesia sin ningún atisbo de trascendencia. Ante las limitaciones y miserias humanas, no es fácil expresar la articulación entre lo humano y lo divino en la Iglesia, entre la libertad humana y la acción de Dios. Pero ahí está la clave.
Domina la película Ralph Fiennes en el papel de Thomas Lawrence, decano del colegio de cardenales, sobre quien recae la responsabilidad de dirigir el proceso de elección del nuevo papa. El actor británico nos tiene acostumbrados a su gesto atormentado en otras películas, y borda a un Lawrence al que le invaden las dudas: nos brinda una homilía que es imagen especular de la que hizo el cardenal Ratzinger en 2005 denunciando la dictadura del relativismo, pero en este caso denunciando la certeza como "el gran enemigo de la unidad, el enemigo mortal de la tolerancia". Destacan también las actuaciones de Stanley Tucci como cardenal Aldo Bellini, ambicioso progresista, y Joseph Lithgow como cardenal Joseph Tremblay, timorato conservador. Quizá algo desaprovechados están Sergio Castellito en el papel del cardenal Goffredo Tedesco, esperpéntico tradicionalista, así como Isabella Rossellini, perfecta en su papel de religiosa al cuidado de los cardenales pero con muy poca presencia incluso para optar al óscar a mejor actriz de reparto al que fue nominada. La ambientación y vestuario son muy buenas, y ayuda a hacerse cargo de cómo es el proceso de las votaciones en el cónclave.
El ritmo es trepidante, se trata de un intenso thriller de intriga política, ambiciones y miserias, alianzas y corrupciones. Lo tiene todo: el que se descubre que tiene un hijo con una monja, el que compra votos de otros cardenales, y se echan de menos más intereses económicos mezclados con banca y otros gobiernos, yo pensaba que por ahí podía ir la trama final... pero no. Tiene de todo, salvo que esto de la Iglesia y de la elección de un papa no es cuestión únicamente humana, y no estaría de más que al menos algún cardenal rezara un poco. Pero no: nadie, ni uno, ninguno, tene su gracia.
Sigo en zona spoiler. La película entretiene y me ha interesado a pesar de su final y de la pobre visión que presenta de la Iglesia y de las personas de la Iglesia sin ningún atisbo de trascendencia. Ante las limitaciones y miserias humanas, no es fácil expresar la articulación entre lo humano y lo divino en la Iglesia, entre la libertad humana y la acción de Dios. Pero ahí está la clave.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El final sorprende y resulta cómico porque rompe con el ritmo y género de la película, como si se aprovechara el circo montado para meter otro tema con calzador. Y es que es elegido papa un cardenal que, justo después de aceptar la elección y antes de ser presentado al mundo como papa, reconoce al decano Lawrence (Fiennes) que tiene útero y ovarios. Toma ya. Ahora, tú, sorprendido espectador, interpreta lo que está diciendo o queriendo decir. Un amigo con el que veía la película entendíó que estaba diciendo que era transexual, pero no: es intersexual. Pero ¿qué es eso? Veamos primero las palabras textuales en el guión:
"Mi situación es la misma que cuando me nombraron sacerdote... cerca de los cuarenta tuvieron que operarme de apendicitis, y entonces los médicos descubrieron que tenía útero y ovarios... para algunos, mis cromosomas me definirían como mujer... pero también soy lo que usted ve...".
La complejidad médica de las poco frecuentes situaciones que se consideran dentro de la intersexualidad se despacha con dos palabras al final de la película, nada fácil de digerir. Por cierto, lo que se apunta en la película —que el adulto cardenal tenga genética de mujer XX, útero y ovarios, se supone que también genitales externos ambiguos, y no darse cuenta hasta los 40 años con una cirugía de apendicitis...— es un subtipo de intersexualidad y una situación... imposible. Pero eso es casi lo de menos.
Tiene genialidad, digámoslo así, en soltar en el mismísimo final, juntos, varios conceptos que confunden y resuenan en nuestro subconsciente aprendido: que no se puede discriminar a nadie por su condición sexual, sea la que sea; que la posición de la Iglesia no es clara ante algún colectivo diverso; que la Iglesia se mueve entre un rancio conservadurismo y un abierto progresismo; que los conservadores discriminan y los progresistas acogen con apertura; que el hecho de que las mujeres no puedan acceder al sacerdocio católico es otro tipo de discriminación; y más se podría añadir, todo junto. Apuntar, generar una emoción, y cerrar. Perversa genialidad.
"Mi situación es la misma que cuando me nombraron sacerdote... cerca de los cuarenta tuvieron que operarme de apendicitis, y entonces los médicos descubrieron que tenía útero y ovarios... para algunos, mis cromosomas me definirían como mujer... pero también soy lo que usted ve...".
La complejidad médica de las poco frecuentes situaciones que se consideran dentro de la intersexualidad se despacha con dos palabras al final de la película, nada fácil de digerir. Por cierto, lo que se apunta en la película —que el adulto cardenal tenga genética de mujer XX, útero y ovarios, se supone que también genitales externos ambiguos, y no darse cuenta hasta los 40 años con una cirugía de apendicitis...— es un subtipo de intersexualidad y una situación... imposible. Pero eso es casi lo de menos.
Tiene genialidad, digámoslo así, en soltar en el mismísimo final, juntos, varios conceptos que confunden y resuenan en nuestro subconsciente aprendido: que no se puede discriminar a nadie por su condición sexual, sea la que sea; que la posición de la Iglesia no es clara ante algún colectivo diverso; que la Iglesia se mueve entre un rancio conservadurismo y un abierto progresismo; que los conservadores discriminan y los progresistas acogen con apertura; que el hecho de que las mujeres no puedan acceder al sacerdocio católico es otro tipo de discriminación; y más se podría añadir, todo junto. Apuntar, generar una emoción, y cerrar. Perversa genialidad.
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