Esta es la primera crítica que escribo en filmaffinity y he querido hacerla sobre esta película que es mi favorita.

Por encima de que represente una crítica al american way of life pienso que representa un enaltecimiento de valores que afecta a toda persona humana. Pienso que el estar la historia asentada en una familia medio-acomodada americana no es sino el hilo conductor o vehiculo, mediante el que el director Sam Mendes, consigue hacernos llegar un compendio de sentimientos profundos. Creo, y esto es algo verdaderamente difícil, que consigue que empaticemos con mayor o menor distancia con todos los personajes aquí mostrados. Los sentimientos de los personajes quedan descritos con sublimes pinceladas y el juego que entre todos conforman es redondo.
No es una película con moraleja o mensaje final, sino que toda la película es un mensaje en sí, un alegato a la vida y al carpe diem, una aplastante oposición a convencionalismos, apariencias y falsedades.
Ver esta película da ganas de vivir, enfrenta al espectador a partes de sí mismo que debería reformular. Insisto en que todxs tenemos algo en común con alguno de estos personajes y creo que, en mayor o menor medida, se debe a la magistral exposición que supone esta película.
El guión está muy conseguido, entrelazando historias personales y mezclándolas en un apoteósico-trágico final.
La fotografía me parece muy acertada, incluyendo la incrustación de pétalos de rosa para acentuar las ensoñadoras sensaciones que vive lester. A demás cabe destacar la omnipresencia del color rojo a lo largo de todo el film.
En el apartado de actores mención aparte se merece Kevin Spacey que con este Lester Burham borda su papel más redondo. Cabe destacar también el papel de Anette Bening y un inconmensurable Chris Cooper.
La banda sonora de Thomas Newman es en mi opinión una de las más acertadas para una película de toda la historia del cine, por sutil y emotiva.
También me parece destacable la voz de doblaje de Spacey.
En definitiva, una película que de un modo poco convencional logra emocionarnos contemplando la vida de unos personajes con los que, en mayor o menor medida, compartimos algo. ¡Chapeau!
Larga vida al celuloide.